Allende La Paz, Cambio Total.
Hemos reiterado hasta el agotamiento que el Estado y
sus gobiernos la única política que tienen en realidad es el Terrorismo de
Estado de la DSN, terrorismo que resume la vision que ellos tienen de la vida
nacional. Las estadísticas cada día arrojan resultados dolorosos, que no por lo
dolorosos son menos sorprendentes.
Inscrito en las conversaciones de la Mesa de La Habana
entre la organización guerrillera de las FARC-EP y el gobierno nacional en
representación del Estado, a su vez en representación y ejecución de una
oligarquía-terrateniente-ganadera-narcotraficante, vemos a diario
requerimientos a las FARC-EP que den muestras de su ”disposición de paz”, en
tanto al gobierno nacional (y sus fuerzas narco-paramilitares) no le exigen
nada, es más, pareciera que los medios de comunicación –burgueses, aclaro- la
responsabilidad estatal en la violación de los derechos humanos son “legales”,
responden a “intereses” estatales, y por ello de nada sirve que el Estado sea responsable
del 83% y hasta el 100% de las violaciones de derechos humanos (desplazamiento,
en éste caso).
Política
estatal
Según el último informe
presentado por Codhes en 2015 se registraron 225.842 personas que abandonaron
sus hogares y llegaron a 961 municipios. Un incremento del 9% con respecto a lo
reportado en 2014 (204.832). Son los indígenas, afrodescendientes y las
mujeres, los más afectados. Esta modalidad criminal de desplazamiento y el
apoderamiento de las tierras de campesinos e indígenas ha sido constante y
consuetudinaria, así el propio CODHES quiera lavar la cara del gobierno
colombiano al negar su característica constante y permanente.
El número acumulado de desplazados es de 7.345.023, lo que ubicaría al país en el primer lugar del ranking de las
naciones con más desplazados, junto a República del Congo, Iraq, Sudán y Sudán
del Sur.
Es de resaltar que los
máximos de desplazamiento forzoso tuvo sus picos más altos durante las
administraciones de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe (519.047 y 739.053
respectivamente), cuando se implementaron el Plan Colombia (2.000-2002) y la
Política de Seguridad Democrática (2002-2010). Más el fenómeno persiste y sigue
aplicándose ante la mirada de la comunidad internacional y nacional.
El que el desplazamiento
forzoso es constante está reflejado por los consolidados. Entre 1985-2009 había
un acumulado de 4,7 millones de desplazados, para el 2013 esa cifra había
aumentado a 5,9 millones y en 2015 alcanzó la descomunal cifra de 7,4 millones,
alrededor del 16,5% de la población.
El desplazamiento forzoso
como política estatal obedece al ejercicio del poder por parte de sectores que
la única forma de acumulación capitalista que han desarrollado es el despojo de
los campesinos, indígenas y pobres de sus tierras, única forma de sustento para
éstas familias. Resaltamos que los desplazados engrosan los ejércitos de
pobres, indigentes, que tienen que vender en cualquier semáforo de las ciudades
baratijas o dulces como única forma de sobrevivencia.
Resaltamos también que si
bien podríamos explicar el desplazamiento por la política contrainsurgente
aplicada por las fuerzas militares-narcoparamilitares (“secar el agua al pez”),
el desplazamiento forzoso tiene una dinámica de despojo y su exacerbación en
algunas zonas del país se presenta en la medida en que esas zonas sea objeto
del apetito de los empresarios del campo, de las bandas de narco-paramilitares
y ganaderos.
Conclusión
El desplazamiento forzoso
es una política estatal desarrollada por sectores calificados como “empresarios
del campo”, terratenientes, ganaderos, narco-paramilitares que la única forma
de acumulación capitalista que conocen es el despojo de las tierras de los
campesinos e indígenas, tierras que ante el despojo permantente van corriendo la
frontera agrícola y su esfuerzo es robado al colectivo de desplazados.
Ya somos el primer país que produce el mayor número de
desplazados en el mundo. 7.345.023, lo que ubica al
país en el primer lugar de
desplazados forzados.
Razón tienen los que
aseveran que ”la dictadura perfecta es la que arropa con el manto de democracia
sus acciones dictatoriales”.
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