Hernando Vanegas Toloza,
Postales de Estocolmo.
La Corte Constitucional se
erige como la nueva “vaca muerta” en el camino hacia una Paz estable y duradera
en Colombia.
Acojen el planteamiento de un
jurado “enemigo de la paz” contra la aprobación mediante el fast track para aprobar el Acuerdo de
Paz con las FARC-EP y contra el sagrado derecho de alzarse en armas cuando un régimen
como el colombiano ataca un grupo de campesinos que no tuvieron otro camino que
tomar las armas para defenderse de la agresión. Agresión que
cada 4 años era reiterada por parte del presidente de turno.
Evidentemente que en un proceso de Paz no se pueden juzgar igualmente los
delitos políticos de los insurgentes con los delitos comunes cometidos por los
miembros, por ejemplo, del CD o del establecimiento en todo lo relacionado con
corrupción común (Reficar, Oderbrecht, Cafesalud, corrupción en justicia, etc,
etc), con corrupción electoral (compra de votos, compra de jurados de votación,
cambio de papeletas, compra de registradores, retención de cédulas, etc) que ha
convertido el congreso, las asambleas, los concejos, las alcadías, las gobernaciones,
y la justicia, también, en un inmenso estercolero de corrupción.
Las FARC-EP negociaron con el gobierno nacional durante 6 años el Acuerdo Final para una Paz Estable y
Duradera y ahora de un plumazo se reversará todo lo alcanzado en esa negociación
(pareciera que la CC quiere que los salones del hospital militar y los otros hospitales
regionales estatales militares se llenen nuevamente heridos y muertos por
cuenta del conflicto armado). Es de resaltar que esa negociación se presenta, después
de los miles de millones mal gastados en la guerra, por la incapacidad
manifiesta de las fuerzas estatales (justicia, legislativo, ejecutivo, militar)
de vencer a la insurgencia, y a la vez de no poder vencer la insurgencia a las
fuerzas estatales, y después de los miles de miles de colombianos muertos en la
confrontación (44.000 militares y polcías según el último reporte) y de los
miles de miles de civiles, desarmados, inermos, ejecutados bajo la política del
Terrorismo de Estado que han adelantado éstos gobiernos que nos sumieron en una
guerra fratricida entre colombianos y que solamente el gobierno de JM Santos
tuvo la valentía de decir ”no más! paremos la guerra”.
También llama la atención que los medios de comunicación en poder de la
élite por fuera y dentro del gobierno celebren alborozados ésta postura de la
Corte Constitucional. No debemos olvidar que todo el estado, absolutamente todo, adelantó con
todas sus fuerzas la pretensión de derrotar al los “desharrapados” campesinos
que se atrevieron a enfrentárseles a la maquinaria de guerra estatal (militar-narcoparamilitar).
Y ese estado lo conforma en parte la Corte Constitucional. Y lo ratifican los
medios mediáticos al servicio del gran capital.
Queda demostrado que la guerra
en Colombia fue adelantada por todo el estado en su conjunto y no parecen estar
contentos con no haber podido vencer a las FARC-EP en la cambo de batalla y ahora
pretenden vencerla en los estados judiciales y en el congreso, ese antro de
atrocidades y corrupción.
Esperamos no se equivoquen en
sus cálculos. El pueblo colombiano tiene la incommensurable capacidad de
resisitir si es necesario 50 años hasta alcanzar el sagrado derecho humano a la
Paz. La Paz es un bien que va de la mano del derecho a la
vida, y sin derecho a la vida no hay posibilidad de ejercer los otros derechos.
Por eso es nuestra lucha.
Tenemos confianza en que la CC
estudiará conciencienzudamente su posición. Si no, diremos con Iván Cepeda, del Polo Democrático, qien considera
que esta decisión "puede ser terriblemente contraproducente en relación
con la implementación legislativa de los Acuerdos. Yo espero que la Corte
Constitucional esté midiendo las consecuencias de sus decisiones, porque el
hecho de abrir una discusión sobre las leyes para implementar el acuerdo en el
Congreso significa anular lo que se ha negociado durante años en La Habana y
darle un golpe al espíritu del acuerdo de paz”.
Se está cumpliendo la amenaza del
pre-candidato del CD, Fernando Londoño, de “volver trizas el papeluco del
Acuerdo con las FARC”?
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