Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo.
El país está convulsionado. Sin embargo, algunos –incluídos medios-
siguen mirando hacia Venezuela.
El paro de los maestros de FECODE estuvo acompañado por más
de 500.000 empleados estatales, sin meter a los educadores, lo cual nos da una
idea del descontento contra las políticas estatales. Como si fuera poco en la
base de todo está el incumplimiento gubernamental señalado por el
presidente de Fecode, Carlos Rivas, quien indicó que “hay más compromisos
pactados que el Gobierno debe cumplir”.
Por su parte la Corte Constitucional (CC) acaba de arrojar una bomba a la implementación del
Acuerdo de Paz entre las FARC-EP y el gobierno nacional. Acoge una demanda
del CD del narco-paramilitar número 82 y ex presidente, sediento del poder para esconder su
corrupción con Odebrecht y el Ubérrimo, y lentifica la aprobación mediante el
fast track del Acuerdo de Paz, lo cual, conociendo como conocemos a los
politiqueros tradicionales y ”emergentes”, retardará la implementación hasta ”el
año de San Blando”, que no tiene cuándo.
Un proceso de implementación del Acuerdo de Paz que en su fase
inicial ha tenido que sortear innumerables dificultades, en parte por la acción
de funcionarios enemigos de la paz, en parte por la no construcción de los
campamentos con el anodino y mezquino argumento de construir ”hoteles cinco
estrellas”-otra mentira más del CD-, carencia de agua y servicios públicos como
si los guerrilleros por ser de pueblo no merecen vivir en condiciones de
salubridad.
Además persiste el Terrorismo de Estado aplicado por miembros de la Fuerza Pública en
alianza con ”fuerzas oscuras” –CD, ganaderos, terratenientes,
narcoparamilitares, agrupados en los ejércitos antirestitución de tierras, es
decir, devolverles las tierras a los desplazados y devolver los baldíos
obtenidos fraudulentamente-, que ha arrojado desde diciembre del 2016 hasta el día de hoy más de 151 líderes
populares asesinados (asesinados), incluyendo 2 guerrilleros de las FARC-EP y
algunos familiares de guerrilleros; todo lo cual nos coloca en máxima
alerta para exigir el cese del accionar de la máquina de ”guerra sucia” contra
el pueblo.
De igual manera tampoco se ha dado cumplimiento a la
liberación de prisioneros políticos y de guerrilleros aprobados por la Ley de
Amnistía aprobada hace casi 6 meses sin que el paquidérmico poder judicial se
de prisa por resolver ésta situación por simple humanidad.
Con el bombazo de la CC se cumple la amenaza de ”hacer
trizas el papelucho” del Acuerdo de Paz por parte de los corrompidos
precandidatos del CD ya que según ha expresado el profesor Francisco Barbosa ”se
puede modificar lo acordado con las FARC”, lo cual nos retrotraería a otra
negociación –ésta vez con el corrompido congreso colombiano- y posteriormente
esperar la aprobación ”constitucional” de la CC.
O sea, estaríamos ad
portas de 2 negociaciones más, con el agravante que en esas negociaciones no
estarán las FARC-EP presentes, lo cual permitiría al Congreso y a las Cortes “hacer
lo que les venga en gana” con el Acuerdo Final.
Evidentemente que el
pueblo está movilizado. El plantón de ayer desde las 4 de la tarde es
una muestra de la capacidad de movilización del pueblo en defensa de sus más
sentidas reivindicaciones, en especial la Paz. Si los guerrilleros de las
FARC-EP han sido capaces de entregar la vida por la Paz, su pueblo no será
inferior en su defensa. El pueblo defenderá el Acuerdo de Paz al precio que
sea, aún a costa de la propia vida como en efecto ha venido sucediendo con los
151 asesinados por el Terrorismo de Estado y el accionar de las “fuerzas oscuras”
que quieren continuar sometiendo a Colombia a las masacres, desapariciones
forzadas, ejecuciones extrajudiciales y desplazamiento forzado, a fin de
apoderarse de la tierra de los campesinos e indígenas, a más de continuar
explotando inmisericordemente a los trabajadores, los únicos creadores de
riqueza en Colombia.
Llamamos a la comunidad internacional, a los países garantes
del proceso de Paz con las FARC-EP, a realizar su Buena injerencia para
redireccionar el proceso y evitar un nuevo fracaso que sumiría a Colombia en la
desolación de una guerra civil.
Por ello reiteramos,
conseguiremos la Paz, al precio que sea !!!
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