Por qué yo no creo en la
justicia colombiana? Por qué las FARC-EP no creen en la justicia colombiana?
Por qué los de abajo no creen en la justicia colombiana?
Las razones sobran.
Porque la justicia
colombiana –como todo el estado- está permeada por la corrupción. Los jueces y
magistrados dictan sentencia de acuerdo con el fajo de billetes que el
procesado coloca en los bolsillos del juez o magistrado o que deposita en su
cuenta (muy pocos lo hacen porque cuidan sus espaldas). Igualmente, cuando el
negocio es de narcotráfico se frotan las manos porque el pago será en verdes,
los malditos dólares verdes del narcotrafio y del narco-paramilitarismo.
Porque la justicia
colombiana se aplica a los de ruana. Siempre los pobres, los
desclasados, son los que llevan del bulto. A ellos se les desaloja –como en el
Bronx de Peñaloza- y ningún derecho los cobija, así se desgañiten los
funcionarios diciendo que tienen programas para los desvalidos. A ellos les cae todo el peso de la ley.
Porque la justicia
favorece a los de cuello blanco. Solo en los casos de escándalos la justicia se
”mueve”. De resto padece de una inmovilidad que parece muerta.
Porque la impunidad de
toda clase de delitos es casi total, 97%. Desde hace muchos años ha sido
denunciada la impunidad como uno de los “cánceres” de la justicia colombiana,
justificada por falta de jueces y sobrecarga de trabajo.
Porque un
narco-paramilitar nombrado el No 82 en la lista Clinton llegó a ser presidente
de Colombia durante dos períodos (8 años), cometió toda clase de delitos
(amenazas a periodistas, amenazas y señalamientos de líderes populares y de
derechos humanos, con frases como “te doy en la jeta, marica” (sic), qué lenguaje
edificante en boca de un presidente!).
Porque nunca ha
judicializado de manera adecuada el problema de tierras que persiste por la
persistencia de los actores que la dinamizan: los terratenientes, ganaderos,
“empresarios del campo”, que hacen la guerra (ejército anti-restitución) y
despojan, asesinan y desplazan a miles de miles de campesinos cada año sin que
nadie desde el Estado haga nada.
Porque la justicia
colombiana es racista, machista y excluyente. Los “blancos” magistrados odian a
los negros y por ello sentencian en contra de los derechos de los negros.
Porque son machistas y se van hacia el lado del “macho” que golpea a su esposa,
mujer o amante (como el Bolillo). Porque excluye a sectores minoritarios que
son diversos, que tienen otra escogencia sexuales (LGTBI).
Porque la justicia
colombiana ha sido hecha con la visión de la Doctrina de Seguridad Nacional y
siempre se espera “castigar” –detener sin fórmula de juicio, condenar al máximo
de penas, desaparecer, matar políticamente, etc- al proceso, siempre con la
sospecha de ser ”guerrillero”, auxiliar de la guerrilla o colaborador de ésta.
En el momento actual hay 10.000 presos políticos, muchos de ellos con largos
años de estar encarcelados sin que se les resuelva su situación, y soportando maltratos,
hacinamiento, y desapariciones.
Imagino que las
sospechas de la inefectividad de la justicia es mayor por parte de los
guerrilleros de las FARC-EP y por ello negociaron con el Gobierno la
conformación de un Tribunal Especial de Paz. Que conste que no se trata de
suplantar la justicia ordinaria. No. De lo que se trata es de hacer que la
justicia sea real, esclareciendo la verdad, y que haya cero impunidad, no como
el remedo de justicia contemplada en la Ley de Justicia y
Paz. aprobada en 2005, que de 31.671 miembros de las
narco-paramilitares desmovilizados se acogieron a esa ley 4.000 miembros y solo
se han producido 52 sentencias, a pesar de la confesión de miles de miles de
ejecuciones, massacres, desapariciones, torturas, uso de motosierras para
cometer los asesinatos, etc.
Y seguiría enumerando
razones. Por ello yo no creo en la justicia colombiana ya que soy un exiliado
político porque la justicia nunca resolvió mi caso: “acusación por un oficial
de la policía de ser guerrillero”. Así
también piensan los colombianos pobres cuando dicen “la justicia es para los de
ruana*”.
No, definitivamente, en esa justicia
yo no creo ni un tris.
Publicar un comentario