Domínico Nadal, El
Cuento de la Semana. @CtTotal
Después del anuncio del
Premio Nobel de Paz al presidente JM Santos y no a la otra parte de la Mesa de
La Habana y a ninguna de las víctimas nos queda un sabor en la boca, que yo no
llamaría mal sabor, sino un sabor agridulce.
Dulce porque nunca un
Nobel de Paz fue más oportuno que éste y porque nos permite preguntarle al
creador de la campaña por perpetuar la guerra, Uribe Vélez, cómo te quedó el
ojo?
Definitivamente cada uno tiene su lugar en la historia. Quizás por eso veíamos que el Uribhitler estaba
desencajado después de su pírrico “triunfo” por 50.000 votos y no por mayor votación que le permitiera pisar firme en
Palacio de Nariño al hablar con el primer mandatario actual.
Uribhitler será recordado
–si no es que se nos olvida que existió- como un ser mezquino, mafioso, amigo
del “Don” Pablo Escobar, promotor de los narco-paramilitares y que intento institucionalizar
el narco-paramilitarismo en el Estado con su “corralito de Ralito”.
Hoy más que nunca estará
rumiando que su mezquindad le impidió llegar a donde está hoy el presidente JM
Santos, obtener el premio Nobel de Paz.
Lo agrio fue que el
Comité del Nobel en Oslo no tuviera la agudeza de considerar a la otra parte
del Acuerdo Final, las FARC-EP, quizás porque ellos saben que la organización
insurgente colombiana profesa ideas comunistas, de izquierda, y olvidó que ella
ha estado luchando –con los fusiles en la mano porque fue la alternativa que
les dejaron- por la Paz, demostrado en sus documentos y en sus intentos por llegar
a una salida política negociada del conflicto interno colombiano.
Las FARC-EP encontró en
JM Santos al enemigo despiadado que no dudó en ordenar la muerte del Comandante
Alfonso Cano, mientras se desarrollaban los diálogos, pero ese enemigo al darse
cuenta de la seriedad de la contra-parte se la jugó toda por la paz.
La acidez es mayor
cuando el comité del Nobel no tuvo la consecuencia de lo que decía al ponderar
a las víctimas y las dejó de lado, al igual que a las FARC-EP.
Mas es menester
considerar que el Premio Nobel de Paz otorgado al presidente JM Santos es un
espaldarazo al proceso de Paz, el cual deberá encontrar la manera de llevar a
realidad lo acordado en el Acuerdo Final.
Felicitamos al presidente
Santos y también a las FARC-EP por el esfuerzo conjunto realizado por sacar adelante
el proceso de paz, y a las víctimas que señalaron -y lo continúan haciendo- el
camino de perdón y reconciliación que debemos experimentar entre todos los
colombianos para alcanzar la soñada Paz.
Es realmente importante
que todos los sectores amantes de la Paz se pronuncien y movilicen para hacer
realidad nuestro sueño.
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