La Corte Penal Internacional ha absuelto discretamente al último presidente de Serbia, Slobodan Milošević, de los "crímenes" cometidos durante la guerra de Bosnia
La exoneración de un hombre acusado del peor de los crímenes, genocidio, no apareció en titulares. No fue publicado ni por la BBC ni la CNN. The Guardian se permitió un breve comentario.
Un reconocimiento tan inusual fue enterrado o suprimido, comprensiblemente.
Pues diría demasiado sobre cómo hacen su trabajo los gobernantes del mundo. La Corte Penal Internacional de la Haya para la antigua Yugoslavia (ICTY, por sus siglas en inglés) ha absuelto discretamente al último presidente de Serbia, Slobodan Milošević, de los "crímenes" cometidos de 1992 a 1995 durante la guerra de Bosnia. Lejos de conspirar con el convicto líder serbobosnio Radovan Karadžic, Milošević, de hecho, “condenó la limpieza étnica”, se opuso a Karadžic e intentó detener la guerra que desmembraba a Yugoslavia. Enterrada casi al final de una sentencia de 2.590 páginas sobre Karadžic del mes de febrero último, esta verdad, además, demuele la propaganda que sirvió para justificar el ilegal ataque de la OTAN a Serbia en 1999
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