Hablar del fin del Conflicto Interno colombiano porque las FARC-EP y el
gobierno nacional firmaron el Cese Bilateral de Fuegos y están Ad portas de
firmar el Acuerdo General no deja de ser una perogrullada. Según sectores
colombianos el día de la firma de los Acuerdos Generales se acabará, por arte
de la firma del presidente JM Santos y el comandante de las FARC-EP, Timoleón
Jiménez, el Conflicto Interno que tiene más de 60 años.
Esa firma es apenas un primer paso para abordar las causas que dieron
origen -y perpetúan- el Conflicto Interno, causas cuya bases se encuentran en
el ejercicio del poder excluyente del
Bloque de Poder Dominante (10 por ciento de la población) en detrimento de
las clases menos favorecidas, el pueblo, es decir, obreros, campesinos,
indígenas, estudiantes, mujeres, etc, más del 70 por ciento de los 44 millones
de colombianos.
Una vez estampadas las firmas comienza realmente un proceso arduo, duro, complejo, de mucha
incertidumbre, ya que son más de 206 años de ejercicio excluyente del poder
y de las grandes decisiones nacionales. Comienza, en primer lugar, el proceso
de inclusión de las grandes mayorías en la toma de decisiones de todos los
aspectos de la vida nacional. Decisiones en el ámbito político, económico, social, cultural, etc.
En el ámbito político las FARC-EP están poniendo la "carne en el asador" ya que hay
sectores en el Estado y la sociedad, muy pocos afortunadamente, pero con gran
capacidad económica y poder de hacer daño –la derecho y la extrema derecha-,
que no pueden superar sus odios irracionales y están acostumbrados a dirimir la
controversia política con el asesinato de sus contradictores politicos (caso
U.P., por ejemplo). Los medios de comunicación en poder del Bloque de
Poder Dominante venden el cuento que las FARC no están arriesgando nada ni
entregando nada. No sean obtusos, hombre!
Por su parte, los campesinos e indígenas, por ejemplo,
no sólo continuarán en la lucha por recuperar sus tierras usurpadas y a luchar
aquellos que no la tienen por acceder a los miles de territoris baldíos,
baldíos que se están entregando contrariamente a "empresarios del
campo" conformando nuevos terratenientes o agrandando los viejos.
Ahí habrá otro de los primeros escollos a superar. Se requerirá una fuerza
extraordinaria para vencer reticencias, resistencias, indiferencias, etc. Sabemos,
porque las conocemos, la enorme capacidad de fuerza que tienen las FARC-EP, su
enorme resistencia y su gran capacidad de improvisación. Por ese lado no nos
preocupamos. Nuestra preocupación es por la capacidad del Estado colombiano, o major
dicho, la decision política real para adelantar todas los cambios que se
requieren para transformer nuestro país en un país de Paz.
Además tendremos otros escollos que se presentarán en todas y cada una de
las clases o sectores. Cada clase popular tiene sus propias causas del
conflicto interno. Los obreros, por ejemplo, tendrán que luchar por empleo, por
nueva jornada laboral, por mejores condiciones laborales, etc, y otras
reivindicaciones. Los estudiantes tendrán las suyas propias. Las mujeres otras.
Y así…
Esa preocupación se ve acrecentada por la injerencia estadounidense en
nuestros asuntos, más todavía con la entrega de la soberanía nacional al ceder
totalmente 7 bases militares al gobierno gringo, además de la entrega de la
explotación de nuestros recursos naturales a las multinacionales gringas y
europeas.
Si realmente se quiere el fin del Conflicto Interno deberá haber un
acompañamiento internacional durante 15-20 años a fin de verificar el
cumplimiento de los Acuerdos por parte del Gobierno Nacional y por parte de las
FARC-EP. A quiénes debe la comunidad internacional “ponerle el ojo” no es
solamente a las FARC, sino especialmente al Gobierno Nacional, experto en
hacerle “conejo” –birlar- a sus compromisos adquiridos. Así ha sucedido en el
pasado –recordar Guadalupe Salcedo y Carlos Pizarro- y tenemos fundados temores
que podría suceder en ésta ocasíón.
Si el Gobierno colombiano actúa con transparencia, honestidad y decision política
podremos ver en algunos años esa Colombia que todos queremos, en Paz con
Justicia Social.
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