Bogotá, 19 Ago (Notimex).- Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) conciben un futuro en donde se ven convertidas de guerrilla izquierdista en partido político legal, en un país con una nueva Constitución Política y un órgano electoral autónomo e independiente.
En la fase final de negociaciones de paz que iniciaron en noviembre de 2012, el grupo guerrillero respondió a un cuestionario de la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, Notimex, y destacó que los conflictos económicos, políticos y sociales que agobian al país continuarán vivos, pero sin manifestarse en forma armada.
El encargado de responder fue el comandante Gabriel Angel, un abogado de 58 años de edad egresado de la Universidad Nacional de Colombia, sobreviviente del movimiento de izquierda Unión Patriótica (UP) y asesor político del jefe máximo de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, conocido como Timoleón Jiménez o Timochenco.
Luego de 52 años, la guerra fratricida en Colombia es el último conflicto armado que pervive en América Latina, una vez que fueron superadas las guerras intestinas en El Salvador, Nicaragua y Guatemala que en la década de los años 80 incendiaban Centroamérica.
A continuación las respuestas de las FARC a las preguntas de Notimex.
NTX: ¿Creen que existen condiciones políticas en Colombia para una nueva Asamblea Constituyente? ¿No creen que sea un escenario peligroso que favorezca más a las derechas del país?
FARC: La Asamblea Nacional Constituyente con participación popular amplia y decisoria, de la que surja una nueva Constitución Política que estructure un país muchísimo mejor que el actual, continúa y continuará siendo una bandera del movimiento democrático y revolucionario para Colombia. Lo que creemos que se convierte en una posibilidad cada vez más lejana en nuestro país, es la convocatoria y realización de una ANC inspirada desde la derecha.
NTX: ¿Las FARC-EP en su nuevo rol de partido político, se mantendrá como fuerza monolítica o partido único? ¿Mantendrán la sigla de FARC o la cambiarán?
FARC: Tendremos que esperar las conclusiones de nuestra Décima Conferencia Nacional. Pero quisiéramos precisarles algo, las FARC de por sí, siempre hemos sido una organización política, un partido comunista, pero que siempre ha manejado la idea de conformar un movimiento político muy amplio sobre la base de unos postulados generales fundamentales que aúnen un inmenso caudal de colombianos. Hasta ahora no vemos la necesidad de cambiar esa concepción. Habrá que ver la forma de realizarlo en la legalidad.
NTX: ¿Buscarán conformar un frente amplio de los sectores de izquierda e independientes y sobre qué criterios? ¿En que franja se ubicarán, izquierda o socialdemocracia?
FARC: En principio podríamos decir que coincidimos con la primera parte de su pregunta. Los criterios podrían ser la conversión de nuestro país en territorio de paz, sobre la base de la más amplia democratización política, la sustitución del acendrado neoliberalismo aplicado en los últimos 25 años, la independencia y la soberanía nacional, la integración latinoamericana y caribeña, la igualdad de los derechos de la mujer y el fin a toda discriminación por motivo de género, la defensa del medio ambiente y la biodiversidad, entre otras consignas que no solamente interesarán a sectores tradicionales de izquierda sino hasta a parte de algunos que fueron considerados de centro o hasta de derecha.
El apellido que lleve eso no es tan importante como la advertencia que nos legó Manuel Marulanda (Vélez), acerca de que lo que cuenta es no ir a vestir altares para que otros celebren la misa.
NTX: ¿El proyecto político de las FARC en el post-conflicto buscará alcanzar los más altos cargos de elección popular? ¿En cuánto tiempo?
FARC: No somos partidarios de fijar plazos en esas cuestiones. Pero lo que podemos decir es que no poseemos vocación de perdedores, nuestra meta es organizar y movilizar la población colombiana para arrebatarle el poder político a la clase que lo ha detentado durante siglos, a fin de crear un país democrático, justo y próspero en el término más corto posible.
NTX: ¿Aceptarán cargos públicos y políticos una vez se firmen los acuerdos de paz definitivos?
FARC: Hasta ahora nadie nos ha hecho ofrecimientos de esa naturaleza. Habría que ver de qué se trata y con qué propósitos.
NTX: ¿Qué propuestas tienen para el diseño de un nuevo sistema electoral que sea más equitativo y justo con todos los sectores políticos y con las minorías?
FARC: En primer lugar la creación de un organismo de carácter electoral absolutamente independiente y autónomo, suficientemente dotado con una planta de personal intachable, y recursos económicos y tecnológicos modernos, de manera tal que puedan erradicarse todas las formas fraudulentas que caracterizan el sistema actual.
Habría que pensar en el voto electrónico seguro, es decir que no pueda ser manipulado de ningún modo. La oposición y las minorías deben estar justamente representadas en él.
Habría que reexaminar lo relacionado con la financiación de las campañas políticas, en un país en donde los dineros de mafias y narcotráfico se han apoderado del trabajo de proselitismo político mediante las formas más sucias de corrupción.
NTX: ¿Cómo lograr que las regiones tengan una representación equilibrada en el Congreso, en el post-conflicto y qué expectativa tienen para las próximas elecciones regionales y presidenciales? ¿Presentarán candidatos únicos o en coalición?
FARC: Insistimos en que preferimos hablar siempre de post acuerdos, el conflicto económico, social y político que agobia a Colombia continuará vivo y seguramente mucho más agitado, sólo que no va a manifestarse en su forma armada.
En los acuerdos se habló de la creación de circunscripciones electorales especiales para las zonas tradicionalmente en conflicto. Mediante la organización, la movilización y la lucha democrática más amplia trabajaremos por ampliar al máximo tal representación.
Aún es temprano para hablar de la próxima participación en elecciones, pero es obvio que nuestra aspiración es la de contribuir a la generación de un gran movimiento político de carácter realmente alternativo y eso implica pensar en actuar mucho más allá de los propios espacios.
NTX: Corrupción, mesianismo, nepotismo, populismo, son calificativos que han cruzado a los líderes de diferentes sectores de la izquierda colombiana, en los últimos 25 años, ¿cómo se blindarán las FARC frente a estas realidades?
FARC: Los términos y el sentido de esa pregunta parecen elaborados para hacernos aparecer como acusadores de la izquierda tradicional colombiana. Por eso no los compartimos. Usted no tiene idea de los calificativos con los que la gente en el poder en Colombia, los grandes medios a su servicio y la capa cooptada por ellos denuestan y desprestigian cualquier propuesta de cambio.
Quizás podría aceptarse que como en toda agrupación humana pueden existir elementos infectados, pero jamás predicarlo del conjunto de una izquierda perseguida y victimizada en Colombia como pocas en el mundo. Nosotros somos revolucionarios, con ética y principios de tales, sabremos cómo demostrarlo en los hechos. Pero desde ya imaginamos las horrendas campañas de difamación con las que desde los sectores del poder se intentará empañar nuestra imagen.
NTX: ¿Qué proponen para evitar que las zonas de los cultivos ilícitos sean retomadas por grupos armados ilegales vinculados con el negocio del narcotráfico?
FARC: Entendemos que se refiere a grupos paramilitares y de algún modo descendientes de estos. Al respecto existe un acuerdo muy amplio y preciso con el gobierno nacional en el sentido de que serán combatidos con todo el poder del Estado. Hay pactadas formas de seguimiento a esa persecución.
No se trata de que desaparecidas las FARC del escenario armado la pobre gente quedará inerme e impotente. Allí estaremos nosotros también, haciendo política, organizando las comunidades, movilizándonos con ellas en defensa de sus derechos y del cumplimiento de unos acuerdos muy estrictos. Hay que leer estos con detenimiento para dejar de hacer tanto reparo alarmante.
NTX: ¿Qué propuesta tiene las FARC para la reconciliación en Colombia?
FARC: Ahí están los acuerdos firmados. Si su cumplimiento se convierte en realidad para Colombia, necesariamente tendrán que arrinconarse y extirparse los odios y la violencia en el campo de la política.
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Bogotá, 21 Ago (Notimex).- Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) “captaron” el sentimiento generalizado de fastidio y repudio contra la guerra, por lo que aceptaron negociar con el gobierno -que no condicionó su participación- el fin del conflicto que por 52 años ha causado miles de muertos y millonarias pérdidas económicas.
Un “período exploratorio” de contactos que duró seis meses entre representantes del gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC, con el apoyo de Cuba y Venezuela, fue el paso previo al inicio de negociaciones en noviembre de 2012 que están a punto de culminar con un acuerdo de paz.
De esta manera y a nombre del grupo guerrillero, el comandante Gabriel Angel resumió en exclusiva para la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, Notimex, por qué decidieron sentarse a la mesa de negociaciones y cómo fue la fase previa al inicio de las conversaciones que en las próximas semanas culminarán con la firma de un acuerdo general de paz que pondrán fin al último enfrentamiento de la guerra fría en América Latina.
Gabriel Ángel, un abogado de 58 años de edad egresado de la Universidad Nacional de Colombia, sobreviviente del movimiento de izquierda Unión Patriótica (UP) y asesor del jefe máximo de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri (Timochenco), respondió a las preguntas desde La Habana, Cuba, donde se realizan las conversaciones de paz.
El grupo armado considera que alcanzar la paz será un “hecho irreversible” que deberá ser ratificado en un plebiscito nacional que ya fue aprobado por la Corte Constitucional. Durante los 52 años del conflicto se registran, según estimaciones oficiales, unos 300 mil muertos, y pérdidas económicas por unos mil millones de dólares en los últimos 10 años, de acuerdo con diversos centros de estudio.
A continuación la segunda parte de las respuestas de las FARC al cuestionario de Notimex.
NTX: ¿Por qué las FARC-EP decidieron negociar con el gobierno de Juan Manuel Santos? ¿Cuáles fueron las razones subjetivas y objetivas para esta determinación?
FARC: Podríamos referirnos a la arraigada concepción fariana acerca de la solución política, una idea que siempre ha acompañado las formulaciones nuestras acerca del futuro del país. Hasta febrero de 2002 tuvieron lugar las conversaciones en el Caguán, que el gobierno de (Andrés) Pastrana rompió abruptamente luego de tres años de permanente dilación en el abordaje de los temas de la Agenda Común.
Enseguida se vino con todo el Plan Colombia y luego con (Alvaro) Uribe el Plan Patriota y otras operaciones militares gigantescas con las que el Estado colombiano pretendió de nuevo aniquilarnos.
La guerra adquirió niveles insospechados, pero ni así lograron su objetivo de acabar con las FARC. Al posesionarse Santos, vuelve a hablar de conversaciones y, pese a que la guerra se intensificaba, da ciertas muestras de interés real en propiciar las condiciones para llegar a un acuerdo final.
No hubo condicionamientos para dialogar, los términos del proceso fueron acordados por ambas partes en un período exploratorio que se extendió por seis meses.
El presidente (de Venezuela, Hugo) Chávez nos ofreció toda su colaboración y el gobierno colombiano aceptó y facilitó su desinteresada ayuda. Cuba también se mostró más que dispuesta a apoyar todos los esfuerzos porque se concretara la paz en Colombia.
En nuestro país, cada día con mayor eco, se erguía el coro de numerosísimas personalidades, organizaciones políticas, sociales y populares por una salida dialogada al conflicto. Diversas voces del Establecimiento comenzaron a expresarse en el mismo sentido. Hubo también un revuelo internacional en la misma dirección.
Captamos, por decirlo de algún modo, un sentimiento generalizado de fastidio y hasta de repudio por la continuación de una confrontación que parecía de nunca acabar. ¿Por qué entonces no intentar de nuevo lo que no se había podido alcanzar en anteriores ocasiones? Por eso fuimos a la Mesa (de negociaciones).
NTX: ¿Qué es lo malo, lo feo y lo bueno del proceso de negociación en La Habana?
FARC: Lo feo es descubrir cuántas personas y grupos de la sociedad tienen el alma inyectada de odios y trabajan por generalizarlos al conjunto de la población.
Lo malo, hallarse frente a un interlocutor que parece tener siempre un doble discurso, uno para la Mesa de Conversaciones en donde incluso firma acuerdos como el de Reforma Rural Integral, Participación Política y Cultivos de uso ilícito, y otro simultáneo para los sectores del gran capital, para quienes genera graciosas facilidades de negocios en contravía de lo pactado en la Mesa, obsequia antipopulares medidas de represión policial y militar que amainan sus temores ante la lucha social, y continúa decretando planes de erradicación forzada de cultivos de uso ilícito que golpean al eslabón más débil de la cadena, el campesino abandonado por el Estado.
Lo bueno es percibir el entusiasmo por la paz en las comunidades que han sufrido directamente el conflicto, la alegría de millones de colombianos en pueblos y ciudades porque avistan en el horizonte de la paz, algo que puede significar, si prospera, un cambio real en la situación económica, política y social del país.
NTX: ¿El Acuerdo Final de Paz es un hecho irreversible en el corto plazo?
FARC: Todo indica que sí. Pero ustedes deben conocer que el gobierno nacional insistió desde un comienzo en incluir en el Acuerdo General de agosto de 2012, base de las conversaciones de paz, la máxima según la cual nada está acordado hasta que todo esté acordado. Es decir, que por un desacuerdo insalvable del último día puede venirse todo abajo. Confiamos en que no sucederá así, pero no deja de inquietar el por qué de esa previsión gubernamental.
NTX: Refrendación de los acuerdos de paz: Plebiscito ¿por qué?
FARC: El 23 de junio se pactó una fórmula de solución para la refrendación. Ya la Corte Constitucional se pronunció acerca de la viabilidad del plebiscito. Pero no hay que olvidar que éste sólo puede echarse a andar cuando exista un acuerdo final, y que esta última parte de los diálogos se ha tornado complicada, en la medida en que se nos quiere presionar por aceptar ciertas fórmulas, bajo las urgencias que entrañan los plazos legales para convocar y realizar el plebiscito.
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