Definitivamente el
estado colombiano es quizá uno de los más incompetentes del mundo. O
quiere serlo.
Con ocasión del proceso de paz y de la firma del Acuerdo de
Paz se le advirtió, se le dijo, se le repitió, se le reiteró, que con los
espacios dejados por las FARC-EP éstos iban a ser tratados de ser copados por
las bandas de narcotraficantes, quienes
ahora se sintirían a sus anchas panchas para realizar sus negocios y
hasta tratrarían de vengarse de las FARC-EP –algunos- de la regulación a que
los sometió los farianos en sus años de vida en favor de los campesinos.
Quizás con la oculta intención de que así –como en la 2a
Guerra Mundial- matarían dos pájaros de un solo tiro: dejarían que los
narcotraficantes se vengaran de las FARC-EP y después entrarían las ”fuerzas
del orden” y reducirían a esas bandas narcotraficantes.
Desde luego que nosotros sabíamos –y sabemos- que el
narcotráfico es un sub-producto del capitalismo, una mercancía más, que se
ofrece en el mercado, sin importar las consecuencias que ella trae. Ejemplo lo
tenemos con la alharaca que montaron con el aumento de las áreas de cultivos de
coca y con el aumento de la mortalidad producida por drogas estupefacientes,
sin analizar que esa mortalidad es producida por las drogas sintéticas
–eleboradas en los laboratorios farmacéuticos- y no por el consumo de la
cocaína.
Ahora los medios en poder de la oligarquía se están dando
golpes de pecho y acusan al gobierno y al estado de por su incapacidad. Strike
cantado! Nada nuevo en el panorama!
Un estado que no hace presencia en el territorio nacional ni
siquiera en períodos de ”calma”, mucho menos la hará en períodos de cambios y
convulsión. Llama la atención que los medios oligárquicos se lamentan de la no
presencia de las FARC-EP como si las estivueran invitando a regresar al monte.
Cantos de Sirena?
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