Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo.
Sobresale entre todos los pronunciamientos de la mediática
andanada contra Venezuela el del presidente colombiano JM Santos. Sobresale por
varias razones. Entre ellas, porque el presidente Santos debería tener un
mínimo de agradecimiento con Venezuela por el papel jugado por Chávez y el
subsiguiente gobierno de Maduro en la consecución de la paz en Colombia. Mas
sabemos que las oligarquías son ingratas cuando se trata de hacer causa común
para defender sus intereses egoístas.
Igualmente, el gobierno Santos debería agradecer a Venezuela
–y a Ecuador- por permitir la llegada de refugiados, expulsados de Colombia por
el Terrorismo de Estado, que en últimas son una válvula de escape a la
explosiva situación que se ha vivido en Colombia desde 1964, particularmente en
las últimas décadas en las cuales se hizo patente para el mundo la crisis
humanitaria que soportaba el pueblo
colombiano.
1 millón de refugiados colombianos acogidos por Venezuela y
6 millones en toda su historia es una muestra de la solidaridad de los
venezolanos con el pueblo colombiano. Refugiados
que recibían todas las prerrogativas de que disfrutaba –y disfruta- el pueblo
venezolano. Vivienda, salud, educación gratuitas, y un sin fin de etc, de las
cuales no disfrutaban –ni disfrutan- los colombianos pobres en Colombia.
Santos se declara enemigo de la Constituyente en Venezuela,
al igual que se ha declarado jurado enemigo de la Constituyente en Colombia. Por
qué ésta posición de JM Santos? No hay
otra explicación que el miedo cerval que sufren los oligarcas cuando ven –o vislumbran-
que el pueblo puede tomar su destino en sus manos. Por ello, se mostró renuente
a la propuesta de las FARC-EP de una Asamblea Constituyente –y de otros
sectores de la sociedad colombiana-, propuesta que hubiera adelantado un
verdadero Tratado de Paz y no el remedo de “tratado” de Paz, el Plebiscito, el
cual ya sabemos todos fue un rotundo fracaso para Santos, no así para las FARC
ni para el pueblo colombiano.
Santos lo único que
tiene para mostrar como realización de su gobierno es haber firmado la Paz con
las FARC-EP, mas con su usal tacañería de clase pretende escamotear los
Acuerdos alcanzados para incumplirles, no a las FARC-EP, sino al conjunto del
pueblo colombiano.
De resto, la situación sigue igual, si no peor, a los
anteriores gobiernos de Uribe Vélez y Andrés Pastrana, en materia de derechos
humanos y Terrorismo de Estado, en materia social en general, en materia económica,
etc. Es tal la desfachatez de JM Santos que se preocupa por los muertos en
Venezuela –causados su mayoria por el terrorismo de la ultraderecha-, en tanto
esconde los más de 152 muertos causados por el Terrorismo de Estado en su
propio país y de los cuales hace oídos sordos.
Como si fuera poco, el gobierno Santos quedará en la
historia como el gobierno que aumenta el presupuesto de Defensa, para comprar
más armas, en pleno proceso de Paz, con FARC y ELN, cuando la opinión
colombiana esperaba la reducción del hipertrofiado presupuesto militar
realizado a expensas de la reducción del presupuesto social (viviendas, salud,
educación, etc).
Evidentemente que ese aumento en Defensa muestra que
Colombia se apresta a adelantar guerras contra los países latinoamericanos y de
otros continentes, especialmente contra Venezuela y su petróleo y otras
riquezas naturales, la cual será tratada como una nueva Yugoslavia, convirtiéndose
en la práctica Colombia en el Israel de Suramérica, nombre que ya le dan
importantes sectores de la opinión latinoamericana.
El pueblo colombiano espera que así como el Plebiscito fue
un rotundo fracaso para el gobierno Santos, así su posición sobre la
Constituyente se caiga por su propio peso. Lógicamente que para ello contará
con la activa participación de la movilización de los colombianos por la
implementación de la Paz. Y será
recordado al lado de la consecución de la Paz con las FARC-EP como JM Santos,
el anti-Constituyente.
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