Por Alexander Escobar/Rebelión
REMAP
Trece días completan en huelga de hambre los prisioneros y prisioneras de las FARC que permanecen en las cárceles debido al incumplimiento del Acuerdo de Paz por parte del Gobierno.
La ley de amnistía e indulto aprobada en diciembre pasado no ha sido aplicada, y después de más de seis meses de incumplimiento, los prisioneros políticos de las FARC se declararon en huelga de hambre, sin que los medios cubran debidamente esta dramática y vergonzante situación para un país que presume de democrático y civilizado.
Sus quebrantos de salud ya son evidentes y requieren atención inmediata. Jesús Santrich, comandante del Estado Mayor Central de las FARC, quien también se declaró en huelga de hambre, el día de ayer no salió en su cuenta de Twitter a dar el informe habitual sobre la situación de los prisioneros. Su salud se deteriora y sus compañeros debieron dar informe sin él.
“El camarada Jesús Santrich, debido al agotamiento que va sufriendo por la huelga que viene desarrollando también de hambre en solidaridad con nuestros prisioneros políticos, no pudo estar en el día de hoy”, afirmaron sus compañeros en Twitter durante el informe que cerró la noche de este viernes.
Las cifras de los prisioneros en huelga de hambre son escandalosas y preocupantes, y llenan de indignación por la gravedad que ello conlleva, y cuyo despliegue informativo no está a la par de la gravedad de esta situación. Hasta el día de ayer, según el último informe, 1.784 prisioneros se encuentran en desobediencia, de los cuales 1.341 continúan en huelga de hambre. “Tenemos 35 compañeros que tienen cosidos los labios”, agrega el informe.
A pesar de ello, la solidaridad crece. Y quienes le apostamos a la paz, seguimos firmes exigiendo al Gobierno el cumplimiento del Acuerdo de Paz y la liberación inmediata de las prisioneras y prisioneros políticos de la insurgencia. Las FARC ya cumplieron dejando las armas, ahora el Gobierno debe dejar la corrupción, el terrorismo de Estado, que crece con el paramilitarismo, y cumplir lo pactado.
La ley de amnistía e indulto aprobada en diciembre pasado no ha sido aplicada, y después de más de seis meses de incumplimiento, los prisioneros políticos de las FARC se declararon en huelga de hambre, sin que los medios cubran debidamente esta dramática y vergonzante situación para un país que presume de democrático y civilizado.
Sus quebrantos de salud ya son evidentes y requieren atención inmediata. Jesús Santrich, comandante del Estado Mayor Central de las FARC, quien también se declaró en huelga de hambre, el día de ayer no salió en su cuenta de Twitter a dar el informe habitual sobre la situación de los prisioneros. Su salud se deteriora y sus compañeros debieron dar informe sin él.
“El camarada Jesús Santrich, debido al agotamiento que va sufriendo por la huelga que viene desarrollando también de hambre en solidaridad con nuestros prisioneros políticos, no pudo estar en el día de hoy”, afirmaron sus compañeros en Twitter durante el informe que cerró la noche de este viernes.
Las cifras de los prisioneros en huelga de hambre son escandalosas y preocupantes, y llenan de indignación por la gravedad que ello conlleva, y cuyo despliegue informativo no está a la par de la gravedad de esta situación. Hasta el día de ayer, según el último informe, 1.784 prisioneros se encuentran en desobediencia, de los cuales 1.341 continúan en huelga de hambre. “Tenemos 35 compañeros que tienen cosidos los labios”, agrega el informe.
A pesar de ello, la solidaridad crece. Y quienes le apostamos a la paz, seguimos firmes exigiendo al Gobierno el cumplimiento del Acuerdo de Paz y la liberación inmediata de las prisioneras y prisioneros políticos de la insurgencia. Las FARC ya cumplieron dejando las armas, ahora el Gobierno debe dejar la corrupción, el terrorismo de Estado, que crece con el paramilitarismo, y cumplir lo pactado.
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