Allende la Paz.
El primero de mayo de 2017 nos mostró que el Terrorismo de
Estado y la precariedad laboral de los trabajadores siguen primando sobre todo
en Colombia.
La ONU ha informado que en este año 2017 han sido asesinados
41 líderes populares en manos de los ejecutores del Terrorismo de Estado. Como siempre, el Estado, en boca del ministro del
interior, sale presuroso a ”desmentir” a la ONU y dice que son 41 denuncias
recibidas, pero no verificadas, como si en Colombia las denuncias de
ejecuciones no correspondieran a la verdad de líderes asesinados por el
Terrorismo de Estado.
Es de recordar que desde 2011 al 2015 fueron asesinados 534
activistas populares y en el 2016 esa cifra se elevó en 120. Sumando las 41
denunciadas por la ONU la cifra de víctimas del Terrorismo de Estado se
elevaría a 695 víctimas.
El Terrorismo de Estado
se sigue aplicando en Colombia, a pesar de haber firmado el gobierno de JM
Santos un Acuerdo Final para una Paz estable y definitiva, lo cual no es óbice
para parar los fusiles. Las únicas armas que se han silenciado han sido las de
las FARC-EP, entretanto las armas oficiales –militares, narco-paramilitares,
sicarios, etc- siguen enviando su mensaje de muerte, prueba de ello son los 32
líderes asesinados confirmados desde que se firmó el Acuerdo de Paz con las
FARC-EP.
El presidente de la CUT
Luis Alejandro Pedraza señaló en declaraciones a la prensa burguesa que ”la CUT
en 30 años de existencia y desde que fue fundada ha sido blanco de un genocidio
que en la actualidad suma más de 1.147 sindicalistas asesinados” no más de esa
Central Sindical. Es de resaltar que uno de los blancos del Terrorismo de
Estado ha sido el Magisterio colombiano: de los más de 3.000 asesinatos, cerca
de 1.000 corresponden a la Federación Colombiana de Trabajadores de la
Educación (Fecode). “Tan solo en este año nos han asesinado 19
sindicalistas”, informa el dirigente de la CUT.
La base de ese Terrorismo de Estado está en el modelo
capitalista, neoliberal, que instauró y practica el Bloque de Poder Dominante
(élite), que ha permitido ”la concentración de la riqueza en Colombia, el 3 %
de los ciudadanos tiene la riqueza que le correspondería al 70 % de la
población”, asevera Pedraza.
Producto de esas políticas de Terrorismo de Estado
practicada por todos los gobiernos colombianos se produjo una baja en ”el
porcentaje de trabajadores
sindicalizados de 16 %, en 1986, a 3,7 % en la actualidad. Los convenios
internacionales con la OIT han resultado siendo prácticamente tratados de papel,
en la práctica no nos cumple ni el Gobierno ni el sector privado: el 60 % de
los empleados estatales son contratistas, y el 54 % de los trabajadores en el
sector privado tienen contratos de temporalidad”.
Cifras aportadas por la OIT nos
hablan que la informalidad en Colombia alcanza más del 60 % de las personas que
tienen empleo, siendo más dramática la situación de los jóvenes que no tienen
posibilidad de encontrar empleo. Si a ello le sumamos la reforma laboral
regresiva adelantada durante las administraciones de Álvaro Uribe Vélez
(2002-2006-2010) –aumento de la edad de pensión, flexibilización de la jornada laboral, no pago de horas extras,
etc- tendremos el caldo de cultivo ideal para adelantar el Terrorismo de
Estado.
Es más, "En Colombia solo 7,8 de
los 22 millones de trabajadores ocupados está vinculado al Sistema de Seguridad
Social, lo que supone que la informalidad laboral llega al 65 %, según un
estudio de la Universidad del Rosario de Bogotá publicado hoy" y Las
cifras del Observatorio Laboral de ese centro universitario también indican que
la tasa de afiliación sindical en el país es tan solo del 4,4 % (Ver: 1o mayo Colombia).
El gobierno de JM Santos
insiste en mostrar unas cifras maquilladas que no corresponden con la realidad,
o como ahora el minInterior trata de desmentir el pronunciamiento de la ONU
sobre el Terrorismo de Estado. La única realidad que viven los colombianos es
la pobreza, el desempleo, la precariedad laboral, el Terrorismo de Estado.
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