Allende La Paz.
El ministro de Defensa,
Luis Carlos Villegas, con la liviandad que caracteriza a los funcionarios
estatales, ante la denuncia de la presencia de grupos narco-paramilitares que
pretenden copar las zonas en donde las FARC-EP hacían presencia, dijo: “No hay
paramilitares en Colombia”.
Y se creyó su propia
mentira. La cual, desde luego, le reventó en la cara como un boomerang.
Las denuncias de
campesinos y habitantes de variadas regiones han constatado la presencia de
esas bandas de criminales, que, por cómo llegan a las zonas campesinas, armados
y uniformados, hace pensar en realidad en una invasión de narco-paramilitares a
dichas zonas, la cual ha sido realizada de acuerdo con un plan pre-establecido.
Ahora bien, si como dice el MinDefensa Villegas "no hay paramilitares", quiénes están asesinado a los líderes de las comunidades? Las Fuerzas Militares?
Es que dado el
conocimiento que tenemos de cómo actúan ciertos sectores
oligárquicos-terratenientes-ganaderos-narcotraficantes, en contubernio impúdico
con algunos miembros de las fuerzas armadas, el plan establecido busca abortar
la implementación del Acuerdo de Paz con las FARC-EP y a la vez copar las áreas
en donde han sido fuertes tradicionalmente las FARC-EP.
Ya los campesinos
agrupados en la Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat) ante la
desprotección en que quedan al concentrarse las FARC-EP en las Zonas Veredales
(ZVTN) exigen de parte del gobierno nacional medidas de protección como las que
antes les daba la presencia guerrillera en sus zonas.
Llegar allí no es “mostrar
los dientes”, es morder las carnes de los campesinos, que son los que han
soportado la Guerra interna decretada por las oligarquías santafesinas, paisas,
vallunas, costeñas, etc. El pasado año 2016 asesinaron –ejecutaron extrajudicialmente-
116 líderes sociales y politicos populares, ya en este primer mes de 2017 van
13 líderes asesinados, y las amenazas no paran. Cada día llegan panfletos
amenazantes y hasta se atreven a amenazar montados en moto y con casco oscuro a
personas que nunca han tenido nada que ver con el conflicto armado.
Amenazas de todo tipo y
ejecuciones extrajudiciales que no han parado ni siquiera por haber estado
durante 6 años en un proceso de Paz y de haber firmado el Acuerdo Final por una
Paz estable y duradera. Mientras las FARC-EP estaba en Cese Unilateral de
Fuegos, éste continuaba siendo aplicado en los campos y ciudades colombianas. Tampoco
por haber iniciado conversaciones para lograr la Paz con el ELN. Todo lo cual
nos muestra que el Terrorismo de Estado continúa hacienda de las suyas contra
el pueblo campesino y popular.
La base de este
Terrorismo de Estado es la Doctrina de Seguridad Nacional impuesta por el imperialismo
estadounidense, el cual ancló en las mentes enfermizas de gobernantes, jueces,
congresistas y militares colombianos. Mientras persista la DSN como doctrina
rectora del accionar de las fuerzas militares seguirán las amenazas y
ejecuciones extrajudiciales.
Debemos destacar el fariseísmo de los funcionarios
estatales. El presidente Santos no pasa de declaraciones para la media
mediática. El minDefensa trata de tapar el sol con un dedo. Los militares dicen
combatir el narco-paramilitarismo, en tanto algunos de sus miembros permiten el
tránsito armado y uniformado de las
bandas narco-paramilitares, que ahora las llaman BACRIM o Bandas
delincuenciales organizadas en otro intento para ”lavar la cara” estatal.
La Implementación del
Acuerdo Final alcanzado con las FARC-EP enfrenta miles de dificultades
antepuestas por los funcionarios estatales que están demostrando no querer la
Paz. Quizás
la guerra sea la fuente de su vida. Mas el pueblo seguirá luchando por la Paz,
rodeando y movilizándose como lo hizo el pueblo campesino de La Gabarra en el
entendido que los ”muchahcos” de las FARC-EP y el ELN son sus defensores.
No quisiéramos pensar que para el Bloque Dominante de Poder
la guerra es su única carta ante la manifiesta inconformidad del pueblo ante
las políticas neoliberales adelantadas por el gobierno Santos. Al parecer el
presidente Santos no será ni siquiera capaz de concretar la paz con las FARC-EP
y con el ELN, el cual está a la espera para ver la seriedad del gobierno en lo
relacionado con la Implementación del Acuerdo con las FARC-EP.
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