Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo.
Salto al vacío. Colombia
sigue siendo la Patria boba. Ante una posibilidad de aprobar la Paz se
decidió por una ”peleíta” entre dos sectores oligárquicos-mafiosos. Ganó el NO, perdió el SÍ.
Al 62,6% de los colombianos no les conmovió el discurso ni
de unos, ni de otros. Una de las dos más altas abstención de la historia. Que casi
siempre ha estado por encima del 50%. El discurso le llegó apenas al 37,4% de los
electores registrados en el padrón electoral.
Ni siquiera haber esgrimido la necesidad de alcanzar la Paz
fue suficiente para conmover a ese 62,6%, que como siempre decidieron quedarse en
sus casas y ver la ”pelea” por televisión.
No es que ”Colombia” le
haya dicho No a la Paz. El mensaje es muy diferente.
Este resultado es un campanazo de alerta para los dos sectores
en que está fragmentados el Bloque de Poder Dominante (oligarquía,
terratenientes, ganaderos, narcotraficantes). Ninguno puede vanagloriarse de haber ganado el pulso
electoral. Los dos quedaron casi que empatados. La diferencia es ínfima.
Mas bien los dos deben
mirar con preocupación que a pesar de haber desarrollado una intensa campaña sus
mensajes no llegan al grueso de los electores. Los periodistas y analistas
extranjeros que por estos días han venido a Colombia no entienden por qué hay
colombianos que no quieren la Paz, mucho menos entenderán que haya un 62,6% de
potenciales sufragantes que les importa un pepino lo que diga el “país político”;
ellos son el “país nacional” que sabe que si no sale a rebuscarse el dinero en
trabajos informales no tendrá qué comer sus hijos y familia.
Los colombianos no les
creen a los políticos oligarcas. No se dejan manipular por sus
discursos. Ni siquiera por el discurso de la Paz.
Quizás porque los electores colombianos saben la cantidad de
mentiras y de promesas incumplidas de todos los gobiernos. De todos, incluyendo
el de ÁlvaroUribe Vélez que se reclama triunfador sin serlo en realidad. El margen es tan estrecho que tendrán que ver que van
a hacer o de no se ”los come el guere guere”.
Las FARC-EP no han sido derrotadas. Ellas estaban jugando a la
espera del Plebiscito. A regañadientes lo aceptaron. Lo que hagan los que
detentan el poder marcará el rumbo que siga el país.
Este salto al vacío deja al país en una incertidumbre total.
Ojala no se desencadene otra vez locura de la guerra fratricida ahora que hemos
saboreado el dulce sabor de la paz sin muertos y con posibilidades de construir
otro país, en Paz con Justicia Social.
Esperamos que los dos sectores del BPD, la élite en el poder,
pondere con cabeza fría los pasos a seguir por parte de ellos. El pueblo mostró
lo que tenía que mostrar.
Las FARC-EP ha manifestado su disposición por la Paz. Se la ha
jugado por ella. Su planteamiento fue siempre la de una Asamblea Constituyente
que llegara y moviera a los amplios sectores del pueblo colombiano para, entre
todos, construir un gran Pacto de Paz en una nueva Constitución que construya
un Nuevo País.
Hoy Colombia está en el limbo.
Ha
sido un verdadero salto al vacío. Sus
alas no han alcanzado a desplegarse…
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