José María Carbonell, Cambio Total.
”No más Repúblicas Independientes”, dijo Álvaro Gómez.
Y desataron la Guerra. El presidente
Valencia agredió a 48 campesinos que estaban constituídos en Autodefensas
después de “La Violencia”, de la mano del imperio estadounidense, con 16.000
soldados, la aviación y la “peste negra”. Ellos cultivaban la tierra en una
zona a la que nunca había llegado el gobierno. Hasta ese día para “restablecer
la soberanía” en una zona que si algo había era soberanía ejercida por 48
campesinos (2 mujeres, 46 hombres).
Desataron la guerra y
empezó el Segundo ciclo de “La Violencia”. Continuó la agresión y a los
campesinos, a los pobres de la ciudad y del campo, los excluyeron de la vida
nacional. Que en el fondo eso era lo que querían. Que en los
recintos de los centros de poder solo retumbara el eco de sus voces. Las voces de los poderosos de Colombia.
Se profundizó la guerra,
se degradó como toda guerra, y son casi 1 millón de víctimas mortales cuyas
vidas han sido cercenadas porque los que son como Álvaro Gómez Hurtado no
permiten que nadie, nadie, les dispute el favor de los ciudadanos. Ni se
diga el poder porque el poder lo tienen bien asegurado. Ni siquiera que las
voces de los campesinos que dicen ”hayga” profane los ”recintos sagrados” de la
corrupción, o sea, los centros de poder.
Mas el ”enano se les
creció”. Ante la violencia ejercida por las fuerzas militares y después por los
militares-narcoparamilitares, no había otro camino que “enmontarse” o
exiliarse. La inmensa mayoría de los perseguidos, de los excluídos,
decidió enmontarse. Ya hoy no son 48, ahora son más de 16.000. Los cuales, a golpes de fusil, los obligaron –al Bloque
de Poder- a sentarse en una Mesa de Negociación y ésta vez si firmar un Acuerdo
Final que posibilita concretar todas las reivindicaciones largamente
conculcadas.
“No más impunidad para
las FAR”, dice Álvaro Uribe Vélez.
El Narco-paramilitar No
82 ex-presidente y hoy senador Uribe Vélez no quiere que haya Paz en Colombia. Él
adelantó “el Corralito de Ralito” con los narco-paramilitares para institucionalizar
en narco-paramilitarismo en las estructuras de poder y como los “capos”
narco-paramilitares tenían otra vision los extradite a los Estados Unidos. Hoy
suena su clarín desafinado llamando a más guerra. Utiliza un galimatías y
proclama que él “quiere el NO para alcanzar el SÍ”, o sea, quiere más guerra para alcanzar la Pax de los sepulcros, que es la
única paz que merecen quienes osan mancillar los recintos sagrados del poder
corrupto en Colombia, en momentos en que se ha firmado el más justo Acuerdo
para la Paz jamás concebido en el mundo.
Se cuida de decir que la
guerra que él quiere debe ser librada entre pobres contra pobres –como siempre-,
ya que él no envió sus dos parásitos hijos ni siquiera a pagar el Servicio
Militar Obligatorio. Qué cobardes!!!
Mas contra esas posiciones, la de Gómez en los años 60 y la
de Uribe hoy, se alza un pueblo con capacidad de lucha que está dispuesto a
alcanzar la Paz al precio que sea. Así éste precio sea el de la muerte ya que ”es
preferible morir de pié que vivir encadenado” a la guerra.
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