José María Carbonell,
Cambio Total.
Si hay un crimen que
puede llevarse el deshonroso honor de crímen de crímenes es la desaparición
forzada.
En el desaparecido
concurren varios delitos criminales a cual más más aberramte.
Detenido –privado de la libertad- de forma arbitraria, sin
ninguna orden judicial que lo justifique solo por el hecho de ser considerado “enemigo”,
“colaborador” o “auxiliador” de la guerrilla por brazo ilegal o legal del
Estado.
Torturado para lograr
saber con ”quiénes trabaja”, cuales son sus contactos. A cual más más aberrante
los métodos utilizados.
Golpes, muerte por
asfixia, electrochoques, motosierra que enerva los sentidos por su ruido y por
las heridas que produce, hasta el desmembramiento.
Hasta que por fin llega la liberadora muerte. Un tiro o el descuartizamiento con las motosierras, o
un ahorcamiento. Ya en ese momento final no se siente nada. Ya se perdió la
conciencia de la vida.
Sus restos mortales son
escondidos. Una sepultura en alguna región olvidada. O sus restos son picados con las motosierras y tirados
a los ríos. Después si la víctima es “importante” desaparecen por segunda ocasión
a la víctima.Desaparición de desaparecidos.
Mas el sufrimiento no
termina allí. Con la muerte y las ceremonias de entierro se producirá el duelo
y la reelaboración porque ante la muerte la vida continua. No así
para la familia de un desaparecido.
Comienza el trasegar en parajes remotos en búsqueda de su
familiar. Padre, hermano, hijo, esposo, amigo.
Siempre se tiene la esperanza que ”de pronto” los vean cruzar la puerta de su
casa. Del regreso. En dónde estabas? Qué te pasó?
Preguntas que se quedan sin respuesta. No hay explicación que justifique tan aberrante
situación.
No solo producen la
desaparición del desaparecido sino que con sevicia le infringen sufrimientos de
su familia. Lo peor es la espera y la esperanza.
Surgen otras preguntas:
Sus captores le darán comida? Lo cobijarán ante el frío? O lo mantienen en ayuno forzoso para quebrar la
voluntad del prisionero y que diga lo que no puede decir. O porque no sabe o
porque son hombres de una sola pieza.
Es una situación que no
acaba hasta que se encuentren los restos mortales.
Hay una máquina infernal
que está detrás de esos crímenes.
Nunca podrán
reconocerlo. SE mostrarían como lo que son. Alimañas.
Son más de 64 mil desparecidos forzosos que si le suma la
desaparición no forzosa llegamos a la escalofriante cifra de 102.000
colombianos desaparecidos.
Cesará algún día ésta macabra de ejercer el poder del Bloque
Dominante de Poder?
Eso esperamos con el ACuerdo Final. Es nuestra
única esperanza.
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