Allende La Paz, Cambio Total.
La capacidad de lucha de las FARC-EP es a toda prueba. Nunca ninguna organización guerrillera había soportado
tantos planes militares y tantas arremetidas para quebrar su columna vertebral –el
Secretariado Nacional- con tal cantidad de dineros, armamentos y hombres.
Ya desde su inicio fueron
agredidos 48 campesinos con el lanzamiento de una jauría de 16.000 soldados,
con utilización de la aviación y la Guerra biológica. Esos 48 titanes
sobrevivieron y empezaron a escribir las historias de una épica de Resistencia contra
una de las oligarquías más senaguinarias y un imperio que convirtió a Colombia
en un laboratorio de contra-insurgencia, no solo en el campo de batalla sino
también en la investigación científica para dotar a los gringos en portadores
de armas biológicas (en la U. del Valle los estudiantes que se habían tomado la
Facultad de Medicina encontraron muchas de las investigaciones con mosquitos
infestados de malaria y otras bacterias [estaba en pleno apogee la Guerra de
Vietnam]).
Cada presidente –y sus
cúpulas militares- recibía su plan militar. Cada Nuevo plan military significaba
que las FARC había vencido el anterior. Y cada Nuevo plan era enfrentado,
contenido y superado por la enorme capacidad de lucha de las FARC. Así hasta
llegar al Plan Colombia catalogado por el cobarde Andrés Pastrana como “el más
grande esfuerzo en el combate contra la insurgencia armada”. Los subsiguientes
presidentes heredaron el Plan Colombia en sus versions Plan Patriota
(Uribhitler 2002-2006-2010) y Plan Consolidación, que tampoco pudo vencer a las
FARC y, por el contrario, los funcionarios gubernamentales y militares fueron
obligados por las FARC-EP a sentarse en la Mesa de La Habana.
Las FARC-EP siempre consideró
la imperiosa necesidad de alcanzar una salida política al Conflicto Interno, a
fin de evitar que Colombia desembocara en una Guerra civil total. La lucha militar
siempre estuvo acompañada por la lucha política para alcanzar tan noble
objetivo, la Paz, mas no cualquier paz, no la pax de los sepulcros planteada
por los rancios oligarcas, terratenientes, ganaderos -ahora acompañados de
narcotraficantes y narco-paramilitares-, sino una Paz con Justicia Social.
Es realmente de una
pobreza ideológica descomunal no visualizar ésta lucha de las FARC-EP, a pesar
de estar logrando un caro anhelo de los colombianos, el pueblo colombiano. Por
el lado oligárquico están los “enemigos de la Paz” desconociendo todo lo
logrado en su papel de “vacas muertas” de la historia y por el lado de la
llamada “izquierda” por parte de elementos que ante su frustración de no haber
logrado triunfar ellos tildan lo logrado en La Habana como “una entrega” sin
entrar a considerer las diferencias significativas del presente Proceso de Paz
de La Habana con los anteriores “procesos” con otras organizaciones
guerrilleros.
Una diferencia
sustancial y definitiva estriba en que los anteriores procesos se dieron entre
unas guerrillas derrotadas y el gobierno, en tanto hoy lo que se está
produciendo es entre una guerrilla que no ha podido ser vencida y un gobierno
que tampoco ha podido ser vencido por la organización insurgente armada. El
acompañamiento intrnacional para monitorizar la implementación de los Acuerdos
le da una visión diferente a éste proceso de La Habana.
Esa capacidad de lucha de las FARC-EP en el campo
político-militar será demostrada en la arena política, sin duda. El reto de las FARC es inconmensurable. Nosotros desde
la Revista Cambio Total acompañaremos ésta apuesta de las FARC, así como
acompañamos todas las luchas del pueblo colombiano.
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