Ya firmado el Cese Bilateral de Fuegos y casi ad
portas del Acuerdo Final en la Mesa de La Habana llega el momento de analizar
el papel jugado por las FARC-EP en la vida del país y la herencia dejada a las
futuras generaciones. Señalaremos apenas algunos de los puntos que consideramos
relevantes.
Aunque ya se ha hecho este ejercicio en algunos
escritos en el pasado (Ver al final del artículo), ese ejercicio fue hecho en
plena confrontación armada. Hoy estamos casi en el inicio de una nueva época
cuando se dará la firma de un Acuerdo que contiene elementos inéditos para los
pueblos, especialmente el pueblo colombiano, y le confiere características
especiales a la existencia de una organización guerrillera que se enfrentó no
sólo a un pié de fuerza descomunal -500.000 unidades-, sino que tuvo que
enfrentar al propio imperio estadounidense con todo su poderío, contenerlo y
obligar a sus fuerzas conjuntas -asesores gringos y oficiales nativos- a
aceptar su incapacidad para vencer una guerrilla infinitamente menor en número
y recursos, y obligar a sus comandantes supremos a sentarse en una Mesa de
Negociación para buscar conjuntamente una salida política civilizada al
conflicto interno desatado por la oligarquía colombiana con la asesoría
estadounidense.
Las FARC nos deja la enseñanza de aceptar el
reto, por descomunal que parezca, de luchar por el pueblo entregando hasta la
vida misma. Muchos guerrilleros se sacrificaron por el cumplimiento de sus tareas.
Quizás nunca sabremos cuántos guerrilleros cayeron en la confrontación armada o
fuera de ella, éstas últimos asesinados inermes. El comandante Jacobo Arenas
dijo que "en algún momento publicaremos sus nombres".
De entre los caídos en combate tengo obligadamente que mencionar a mi
hermano carnal, Cristian Pérez, cantautor que murió en las montañas del
departamento del Cauca. Cristian estaba imbuido del ideario fariano y por ese
ideario y por su amor al pueblo entregó su vida. Como él son todos los
guerrilleros de las FARC, de ahí la enorme fortaleza demostrada durante 52 años
de dura y mortal lucha armada para cambiar las causas que originaron el Conflicto
Interno colombiano.
Otra herencia que nos dejan las FARC-EP es su amor a la Paz. Es
casi inverosímil que hombres endurecidos en el combate profesaran tan profundo
convencimiento de que cada acción los acercaba a la Paz y a la solución
política del Conflicto Interno, como en efecto está sucediendo en los actuales
momentos. La entrega de
la vida del Comandante en jefe, Alfonso Cano, es ejemplo vivo de ello.
Igualmente es necesario mencionar que solo
organizaciones dotadas de un ideario como el de las FARC son capaces de
soportar los embates de unos enemigos despiadados y curtidos en el arte de
matar para imponerles a los pueblos sus políticas y su visión del mundo,
en el cual prima solo sus mezquinos intereses.
Desde 1964 las FARC lanzaron su primer
llamamiento por la Paz. Posteriormente en todos sus documentos podemos leer una
máxima: "El futuro de Colombia no puede ser la guerra civil". Hoy las FARC-EP le puede decir a sus combatientes sacrificados y al
pueblo colombiano: ”Estamos cumpliendo!”.
No es por culpa de las
FARC si Colombia es encaminada a la Guerra civil. Serán otros los responsables
así como fue la otra parte la responsable de la guerra desde hace más de 60
años. Afortunadamente –para bien del pueblo colombiano- las FARC ha logrado
concretar su política de Paz.
Hoy digo SÍ a la Paz y
me comprometo a acompañar a las FARC-EP en su transito hacia la legalidad y
hacia la actividad política legal. El pueblo colombiano se merece esta
oportunidad.
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