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Sábado 30 de julio de 2016
Reciban un cordial saludo de parte de los campesinos organizados en la Asociación Campesina del Catatumbo – ASCAMCAT-, deseándoles a ustedes y sus equipos de trabajo los mejores éxitos en las deliberaciones para que el paso hacia la paz en nuestra patria sea una realidad próximamente, esa paz que la mayoría anhelamos y respaldamos para que todo sea diferente.
Saludamos, aplaudimos y nos alegramos con los anuncios de paz del pasado 23 de junio, donde el cese bilateral al fuego entre las partes genera esperanza de éxito del proceso en La Habana y que tiene que iniciar con la implementación en los territorios, de los acuerdos ya alcanzados.
Quisiéramos que esta misiva tuviera otro objetivo más esperanzador, pero no, escribimos a ustedes con la profunda preocupación por dos situaciones que nos aquejan, la primera es la agudización de la violencia en nuestra región, producto de la reaparición de las estructuras del paramilitarismo que avanza en todo el territorio nacional y en especial en el Catatumbo. Desde enero de este año 2016, nos hemos tenido que enfrentar a noticias como las del asesinato de más de 59 personas de manera selectiva según la oficina de DDHH de Naciones Unidas, entre ellas líderes comunales como es el caso de la Señora Nelly Durán, la desaparición del líder social Henry Pérez; además de los panfletos amenazantes anunciando la mal llamada “limpieza social” en los diferentes municipios del Catatumbo y la provincia de Ocaña. Del mismo modo, hay un sin número de personas amenzadas que ha tenido que salir de la región.
Como no es un secreto para nadie, los catatumberos tuvimos que resistir la barbarie del paramilitarismo y en este momento se vuelven a encender las alarmas, situación que la queremos poner como un S.O. S para que se tomen las medidas necesarias por parte del Estado colombiano y no permita que se vuelva a repetir el historial del 29 de mayo o el 21 de agosto del año 99, que desprende así toda la maquinaria de terror y barbarie que nunca antes habíamos visto y vivido en carne propia.
Es por esto que decimos que debe hacerse el desmonte real del paramilitarismo y que no se permita que la tan anhelada paz se vea fracturada, cuando se está hablando de una esperanza que vemos lejana en nuestra región gracias a la zozobra de la reaparición del paramilitarismo. Y por esto queremos decir ¡no más! No más violencia en Colombia, necesitamos el desmonte de esas fuerzas oscuras que tanto daño le han hecho al país, y que puede seguir haciéndole en el marco de las negociaciones en La Habana y en las futuras negociaciones con el ELN.
La segunda preocupación que tenemos radica en que para nosotros la paz con justicia social pasa por eliminar los problemas sociales que aquejan nuestra región, dentro de las cuales se encuentran los cultivos de coca y marihuana. Por esto, vemos con alegría los acuerdos anunciados en el punto 4 en La Habana, el cual busca dar soluciones integrales a esta problemática y que ya se está implementado en el departamento de Antioquia, específicamente en el municipio de Briceño.
Ante esta situación anunciamos públicamente nuestra voluntad de que el Catatumbo sea territorio de az, por lo cual hemos presentado al gobierno nacional nuestra propuesta de programa integral para la sustitución de ingresos campesinos derivados de los cultivos de coca y marihuana. Esta propuesta fue construida con base en las consultas previas campesinas y el encuentro regional de cultivadores y recolectores de coca. Estamos convencidos que sólo con la construcción colectiva entre el gobierno y la comunidad avanzaremos, por lo cual creemos que la Mesa de Interlocución y Acuerdo del Catatumbo –MIA-C- debe ser el espacio donde se construya la ruta para la implementación en la región. Vemos con preocupación la actitud “paralelista” del gobierno nacional en cabeza del Señor Eduardo Diaz, que se materializa con dilaciones en el espacio de diálogo en la MIA-C e incentivando divisiones dentro de la comunidad que está dispuesta a iniciar este proceso.
Hoy somos los campesinos que levantamos el rostro con el anhelo de la paz, con esa ilusión de ver reverdecer y producir nuestras tierras de esperanza, con escribir la historia de esa Colombia en paz.
Señores del Gobierno Nacional y las FARC-EP, queremos hacer este llamado de alerta y temor, no queremos repetir la historia de muerte y sangre, queremos una Nueva Colombia en paz con justicia social, donde quepamos todos y todas, donde hagamos un ejercicio de verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición, donde exista ese proceso de reconciliación nacional para avanzar hacia otro rumbo: construyamos ese sueño juntos, las protagonistas de la paz somos las comunidades.
POR LA DEFENSA DE LA VIDA, LA DIGNIDAD, LA TENENCIA DE LA TIERRA, LA PERMANENCIA EN EL TERRITORIO Y LA BUSQUEDA INCANSABLE DE LA PAZ CON JUSTICIA SOCIAL
ASOCIACIÓN CAMPESINA DEL CATATUMBO – ASCAMCAT.
CON COPIA:
JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN. PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA. RAFAEL PARDO MINISTRO POSCONFLICTO. WILLIAM VILLAMIZAR LAGUADO. GOBERNADOR DEPARTAMENTAL NORTE DE SANTANDER.
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» Carta de Ascamcat a la Mesa de La Habana: Mientras en Colombia suenan vientos de paz, en el Catatumbo reaparece el paramilitarismo
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