Allende La Paz, Cambio Total.
En respuesta al ataque de Marquetalia los campesinos deciden
transformar un movimiento de autodefensa en movimiento guerrillero, a fin de
salvaguardar sus vidas. En tal acción política muestra el cáracter
profundamente revolucionario de enfrentar al enemigo de clase de acuerdo como
ese enemigo planteé la lucha política.
Desde entonces las FARC, a golpes de fusil, han estado en la
vida política del país.
Cada
acción militar respondía a criterios estrictamente político-militares, y acción
militar que no tuviera ganancia política pues sencillamente no la realizaban. Al
mismo tiempo, cada escuadra guerrillera funcionaba –y funciona- como célula de
partido en donde se discutía –y se discute- de todo, desde el análisis político
de las acciones militares, políticas, hasta los errores cometidos con un
profundo sentido crítico y autocrítico.
Hablar hoy del “debut” de las FARC-EP en “política” es como
negarle la razón de ser del día. Siempre habrá un nuevo día, por oscura que
haya sido la noche, y a cada día esplendoroso le sucederá una noche, indefectiblemente.
Es que el ejercicio de la política es la razón de ser de las
FARC-EP. Las FARC-EP han estado en el centro de la política colombiana. Prueba
de ello es la cantidad de dinero –dólares bien habidos y mal habidos (narcotráfico)-
que han malgastado para vencer a las FARC. Y no pudieron. Les queda ahora la
esperanza de poder hacerlo desde la legalidad y la trapisonda de la mal llamada
”política” colombiana y sus politiqueros corruptos y asesinos.
Siempre el ejercicio político de las FARC ha estado –y está-
presente en su política de Paz. Desde el primer día de respuesta a la agresión militar-política
del Estado ha estado presente en los llamamientos farianos. Hay que ser ciego y
sordo –a veces lo son funcionales- para no encontrar ese sentimiento en los
documentos de las FARC.
Siempre luchando por sentar en la Mesa de Diálogos al
gobierno representante del Estado. Ninguno
feliz totalmente hasta el momento, medianamente felices algunos intentos (les
dió aire y avanzaron en sus propuestas), fracasados los más. Hasta
llegar a la Mesa de La Habana. Lo cual
no significa que el Estado haya renunciado a su pretensión de acabar las FARC. No.
Ahí vemos los medios de comunicación jalándose lo que sabemos inventando una y
mil historias -y tergiversando siempre las otras-, en tanto esconden la
responsabilidad del Estado con el más del 85% de las víctimas que ha dejado el conflicto
interno.
Las FARC es –y será-
perseguida por el Estado siempre y por siempre. Nunca perdonarán su ideología
(Marxista-Leninista) ni perdonarán su irreductible posición de estar apoyando
siempre y por siempre al pueblo, a los desclasados, a los diferentes, a los “raros”.
Será
perseguida –en la legalidad o en la ilegalidad- porque las FARC-EP es la
antítesis del Estado. Es su
enemigo de clase. Porque la oligarquía-terrateniente-ganadera-narcotraficante
sabe que en la esencia política e ideológica de las FARC-EP está implicita la
semilla de la destrucción del Estado burgués que crearon ellos mismos para
pelechar a su sombra y vivir a sus anchas.
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