Con
la aprobación de la reforma al fuero militar, después de un fuerte
debate sobre sus puntos más polémicos (que son prácticamente todos), la
población quedó expuesta a las bestialidades que bajo su mampara legal,
las fuerzas militares y todo el estamento castrense, llámese como se
llame cada dependencia, quiera cometer contra la ciudadanía.
Los falsos positivos, las violaciones y
las ejecuciones extrajudiciales fueron actos hábilmente dejados en manos
de la justicia ordinaria para atenuar la inconformidad expresada por
los pocos legisladores oponentes a la ley, organismos internacionales,
entre ellos algunas ONGs y la ONU, quienes se han mostrado preocupados
por los peligros que encierra dicha reforma.
Uno de los puntos duramente cuestionados
y que generó mas polémica para su aprobación fue el llamado "blanco
legitimo", pues como su nombre lo indica, se trata de otorgar
legitimidad y legalidad a los falsos positivos bajo un nuevo nombre,
contemplado dentro del fuero, que da poder a los militares para asesinar
al pueblo.
Cabe recordar que los falsos positivos
no fueron hechos aislados dentro del servicio, sino que obedecieron a
una política de Estado cuyo promotor fue el actual presidente de la
república, quien en ese entonces ejercía como ministro de la defensa
nacional, con incentivos como ascensos, dinero y vacaciones al militar
que más bajas guerrilleras registrara en su historial. Por estos hechos
han sido procesados algunos militares, mientras el cerebro criminal que
diseño la práctica no ha sido tocado por la justicia.
Serán muchos los casos donde darán de
baja a quien consideren sospechoso de colaborar con la insurgencia y le
pondrán al lado uno par de botas "Venus Llanera", una caja de munición
9mm, una reata y tal vez unas ampollas de Cefradina, para poder decir
que es un auxiliador de la guerrilla. Pero también, todo aquel que haga
parte de un sindicato, de una asociación o junta comunal o haga justos
reclamos, sin lugar a dudas será otro "blanco legitimo", porque quien
reclama está en contra del gobierno y por ende es insurgente. Entonces
el “blanco legitimo”, dentro de su interpretación, da significado de
“legitimidad” a las ejecuciones extrajudiciales, falsos positivos y está
por verse de que manera le darán “legalidad” al acto de violar y
asesinar niños y niñas.
Se construirán otras instalaciones tipo
Tolemaida Resort donde habitarán sicópatas con charreteras y soles. Y
desde esos complejos vacacionales seguirán manejando sus negocios con
las mafias del planeta, sin tener que preocuparse por su seguridad. Se
seguirán ensañando con los chivos expiatorios de poca monta como el
oficial Guarnizo, mientras el alto mando militar, untado de pies a
cabeza de sangre inocente, drogas y corrupción sigue ocupando honorables
puestos.
Es incierto el futuro de una nación,
cuyo órgano legislativo este plegado a los intereses del poder y la
guerra contra los oponentes que no tienen más armas para defenderse, que
su legitimo derecho a expresar abiertamente su inconformidad ante los
abusos y atropellos del régimen. Derecho cada vez más vulnerado cuando
meticulosamente, con toda frialdad y maquiavélico cálculo se elaboran
las leyes con la trampa incluida y otras se someten a reformas cuya
finalidad conlleva al mismo objetivo.
La solución del conflicto colombiano
demanda cada vez más de la solidaridad de la comunidad internacional,
para que ayude a buscarle una salida menos cruento al problema de la
guerra que vive el país. No bajo el interés económico que algunos
gobiernos persiguen, sino como la necesidad imperiosa de garantizar la
paz continental y mundial.
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