Allende La Paz,
Cambio Total.
La « inseguridad »
quiere instaurarse en la mente de los ciudadanos del mundo, es decir, en sus
pueblos. Mas a pesar de quererlo no lo logra. Ello de por sí nos tiene que
volver a colocar los piés en la tierra y analizar las « guerras
informativas » en cada uno de los países y qué debemos hacer para
enfrentar la maquinaria mediática del imperio y sus acólitos.
Las « certidumbres »
del pasado han sido arrasadas por los estertores del imperio que se resiste a
morir a pesar de que ya no es fuente de desarrollo sino de catástrofes para la
humanidad y el planeta. Su método de explotación de los recursos del planeta ha
llegado al « punto de quiebre » y los pueblos agredidos desarrollan
la más titánica resistencia contra los apetitos desmedidos del imperio y sus
acólitos. Por ello estamos viendo la resistencia en países como Irak, Libia,
Siria, Egipto, Túnez, en fin, en casi todos los lugares del mundo, al tiempo
que luchan por defender sus reivindicaciones (Grecia, España, etc).
Importante arma
que usa el imperio en su loca guerra contra el mundo y sus pueblos es la « guerra
mediática », la cual adquiere enorme fuerza producto de la globalización
de la información en primer lugar. Hoy ya estamos interconectados en cuestión
de segundos y si antes no creíamos en la comunicación a distancia entre átomos
y seres, hoy lo vemos palpables, y de ésta manera estamos « informados »
de lo que sucede en todo el mundo al instante.
Así vemos que el
imperio desarrolla sus « guerras mediáticas » en ciertos países que
son especialmente importantes para sus apetitos deseosos de salvación. Los
países latinoamericanos con algunos de sus presidentes progresistas son un
blanco para esa guerra. Los ataques diarios a Correa, Cristina, Dilma, Chávez,
muestran que el imperio no contempla enemigos « chicos », al tiempo
que sigue agrediendo diariamente a la gloriosa Revolución Cubana.
En Colombia, son
las FARC-EP el blanco preferido de la « guerra mediática » no ya
desde los diarios burgueses nativos sino también de los internacionales. Las
FARC son blanco de tergiversaciones y ataques a sus propuestas de cambio y de
paz ya que van en contra vía del paradigma que el imperio pretende seguir
dictándonos e imponiéndonos en nuestras vidas.
No hay día que
los diarios burgueses no publiquen sus sucias informaciones con las cuales
pretenden enlodar a las FARC-EP. Que si son « narcotraficantes », que
si son « terroristas », que si « abusan de las guerrilleras »,
que si « las obligan a abortar », y otras de menor calado, pero que
las magnifican como esa que si los farianos tienen apetitos pequeño-burgueses y
« son Harlistas », etc, etc,
con lo cual pretenden implantar en el imaginario colectivo la imágen de unas
FARC deshumanizadas, siendo que son al contrario todo lo contrario. Por cuenta
de las FARC-EP es que no se ha llegado a la degradación total del conflicto
interno.
Son las fuerzas
estatales las que han degradado la guerra, incluso « mediáticamente »,
y han creado monstruosas criaturas como el « asesino de la moto », el
« Mochacabezas », émulos de los « pájaros » de la época de « La
Violencia », creaciones todas de la oligarquía liberal-conservadora en el
poder, así hoy se llamen uribistas o santistas. Tal « mediatización »
de la guerra los ha llevado a convertir a los asesinos narco-paramilitares en « héroes »
a los cuales les abren las portadas y las páginas de sus periódicos y revistas.
Esa « guerra
mediática » ha llevado a dignificar las siniestras figuras del
narcotráfico y el narco-paramilitarismo, brazo armado ilegal de las fuerzas
militares estatales, quienes adelantan la más monstruosoa e increíble « guerra
sucia » no contra las guerrillas, sino contra el pueblo colombiano en
aplicación del principio contrainsurgente gringo de « secarle el agua al
pez ». Hoy esos narco-paramilitares son llamados BACRIM en un intento de esconder su verdadera naturaleza de neo-narcoparamilitares,
los cuales siguen siendo utilizados por las fuerzas militares estatales
para continuar martirizando y asesinando al pueblo colombiano.
Por éstas razones
el pueblo colombiano, los campesinos –su base social primordial- y los
trabajadores y estudiantes saben que han sido las FARC-EP las que han impedido
llegar a la barbarie total en el conflicto interno. Son ellas las que siempre
han puesto en primer lugar de la vida nacional la necesidad imprescindible de
buscar una salida política al conflicto, la cual deberá llevar a construir un « Nuevo
País », el cual deberá transitar por los caminos de la « Paz con
justicia social », libertad, democracia, independencia y soberanía
nacional.
Hoy día la
oligarquía en el poder está amarrada a la Mesa de Conversaciones de La Habana y
el puebo jubiloso se manifiesta de una y mil maneras, evidenciando que la « combinación
de las formas de lucha de masas » no es un invento de comunistas y
guerrilleros, sino extraída de las más caras tradiciones de lucha del pueblo
colombiano.
De tal manera que
dando la lucha contra la oligarquía se combaten los intentos del imperio de
desarrollar su « guerra mediática » en el mundo, seguiremos los
colombianos, el pueblo colombiano, dando la lucha por construir un « nuevo
país », paso ineludible en la construcción del Socialismo en Colombia.
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