Álvaro Cuadra
El triunfo de Rafael Correa en una jornada electoral que todos los observadores internacionales han calificado de exitosa este domingo, está mostrando la inmensa adhesión que genera en la amplia mayoría de los ecuatorianos su proyecto de “Revolución Ciudadana”.
En realidad, según indicaban los sondeos, la única duda era si el
actual mandatario lograba la mayoría en la primera vuelta, tal como ha
acontecido. La figura de Correa ejerce en el país un liderazgo político
indiscutible, convirtiendo a la oposición en un grupo disperso de
caudillismos anticuados, ajenos a la efervescencia democrática, social y
política que vive el Ecuador en la actualidad.
Como
reconocen muchos expertos internacionales, los logros de Correa saltan a
la vista: subsidios a los sectores más necesitados de la población,
aumento del salario mínimo, en fin, mejoramiento de la infraestructura
del país en construcción de aeropuertos y carreteras así como una
profunda modernización en áreas tan sensibles como la salud y la
educación. Hasta el más recalcitrante opositor del actual gobierno debe
reconocer que el Ecuador del presente es muy diferente y mejor que aquel
que recibió Correa de sus antecesores.
En la arena internacional, este pequeño país de América del Sur va dejando atrás la penosa imagen caricaturesca de “Banana Country”,
para ser reconocido hoy como un país digno en vías de una acelerada y
exitosa modernización democrática. Como suele repetir el mismo
presidente de los ecuatorianos, la “Revolución Ciudadana avanza” y
lo hace respetando las libertades cívicas de todos los ciudadanos, lo
hace salvaguardando las riquezas nacionales, lo hace en definitiva
administrando una situación macro económica estable y por una senda
democrática que nadie podría impugnar.
A diferencia de
otros procesos afines, diríase que los logros de Rafael Correa se han
mantenido alejados de la estridencia. Su figura misma no ocupa las
primeras páginas de los medios, sin embargo, para cualquier observador
desapasionado, no cabe duda que Ecuador avanza en un desarrollo inédito,
pues no se trata solo de una alternativa de las políticas neoliberales
implementadas en muchos países de la región sino de la recuperación de
un saber ancestral que es, al mismo tiempo, un nuevo horizonte político y
antropológico.
Es interesante constatar cómo en este
rincón de Sudamérica está surgiendo, literalmente, un nuevo paradigma
como resistencia al neoliberalismo que impera en muchos países
latinoamericanos, una nueva visión del mundo que ha sido incorporada a
las constituciones de Ecuador y Bolivia. Los ecuatorianos resumen esta
nueva cosmovisión de su sociedad y de lo político con una expresión en
lengua quechua “Sumak Kawsay”, el “Buen Vivir” que se
refiere a un equilibrio sano con la naturaleza, con la vida en
comunidad. Una concepción que atiende a la calidad de vida de los
ciudadanos y no, como suele ocurrir, a logros puramente económicos. El
triunfo inapelable de Rafael Correa en las recientes elecciones
ecuatorianas es, también, una nueva sensibilidad que comienza a crecer
entre nosotros.
Álvaro Cuadra es investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. ELAP. Universidad ARCIS.
El triunfo de Rafael Correa
Written By Unknown on lunes, febrero 18, 2013 | lunes, febrero 18, 2013
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