Cambio Total.
Nuevamente el gobierno
Santos y su estado desconocen los derechos de las víctimas e, increíblemente,
ellas, todas las víctimas, son visibilizadas por la FARC, el Nuevo partido.
La lucha de la FARC ha
sido no solo en el reconocimiento de su responsabilidad (10-15% de las más de
220.000 víctimas del conflicto armado), sino en el acompañamiento en su lucha y
en el codo a codo exigiendo sus derechos.
El estado y su gobierno –Santos-
pretende pasar de agache en su responsabilidad con las víctimas. La inmensa
mayoría es responsabilidad estatal. Veamos.
83% de las masacres son
responsabilidad estatal. 83,2% de las ejecuciones extrajudiciales. 97,7% de las
desapariciones forzadas (60.000 desaparecidos forzosos). 100% de los
desplazados forzosos (7,5 millones de colombianos).
Como si fuera poco, y
muy a la “colombiana”, el gobierno Santos espera que como todo se vaya
diluyendo el recuerdo de las monstruosidades adelantadas desde el estado contra
los colombianos desarmados, inermes.
Porque hay que enfatizar. Esas víctimas no
son los guerrilleros dados de baja en combate. Tampoco son los más de 25.000
miembros de la fuerza pública dados de baja por el fuego guerrillero en los 53
años de confrontación, lanzada desde 1964 por el estado y sus gbiernos (El
Espectador).
Las víctimas son
civiles, desarmados, inermes, objeto de la aplicación de la Doctrina de
Seguridad Nacional y su Terrorismo de Estado.
Además, las víctimas son
re-victimizadas. El Congreso colmbiano, específicamente el senado, pretende
negar la aplicación del Acuerdo de Paz en lo referente a las Circunscripciones
de Paz, ideada para que las poblaciones que soportaron todo el rigor de la guerra
interna tengan representación en el Congreso, el cual en un poco más del 35%
responde a los intereses de una parte de los victimizadores, los
narco-paramilitares.
Corresponde a los
pobladores de esas poblaciones responder a la exclusión con lo que más les
duele a los politiqueros del establecimiento. No votarlos. Votar por
representantes auténticamente populares.
En manos de los colombianos pobres está tomar el futuro en
sus manos.
/hvt
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