José María Carbonell.
Ya empiezan los medios en poder de la oligarquía a maquillar
a los candidatos de extrema derecha para hacerlos ”vendibles” a los electores
en las próximas elecciones del 2018.
Empezaron con Daniel Samper ”descubriendo” –medio en broma,
medio en serio- la cara "afable" del
derechista Iván Duque, anti Acuerdo de Paz, apoyado por los narco-paramilitares
que en su edición anterior reconocieron más de 150.000 asesinatos –ejecuciones-
de campesinos, indígenas, gentres
pobres. El analista político Ramiro Bejarano, afortunadamente, le ripostó
acertadamente en Twitter.
El ”ingenuo” Danny Samper en un acto de magia de clase ve la
cara oculta de iván Duque como si esa cara se pudiera maquillar con sus trinos
en Twitter.
No. Iván Duque y el CD de Álvaro UribeVélez encarnan lo más
retardatario de Colombia. Las más sanguinarias épocas padecidas por los
colombianos pobres. Ellos son los que aplicaron el Terrorismo, de estado cuando
estuvo UribeVélez 8 años en el “palacio de Nari”, terrorismo de sus aliados
narco-paramilitares –como Popeye- y que hoy día pareciera adelantan el más
espantoso asesinato selectivo de los líderes populares.
Recordemos que
UribeVélez justificó –y nunca se retractó- los “falsos positivos” (ejecuciones
extrajudiciales) con una espantosa frase: “De
seguro, esos muchachos no estaban recogiendo café”. Las madres de Soacha demostraron que fueron
ejecuciones en jóvenes llevados al campo engañados con la promesa de un trabajo
(en una Colombia en la cual el desempleo entre los jóvenes ronda el 60-70%).
Esos crímenes están en
la más espantosa impunidad toda vez que el supremo responsable –el comandante
supremo de las fuerzas militares, el presidente de la república, a la sazón
Álvaro UribeVélez- no ha sido ni siquiera llamado a indagatoria por la Comisión
de Acusaciones de la Cámara de Representantes, juez por ley del presidente.
No nos dejemos engañar
porque los que ayer utilizaban la “cizaña” contra el Acuerdo de Paz, que más
antes realizaron chuzadas de periodistas, políticos democráticos,
sindicalistas, etc, y adelantaron el más espantoso terrorismo de estado, que
junto al gobierno de Andrés Pastrana, son los que más víctimas causaron en el
“conflicto interno”.
No nos dejemos engañar por
el cambio de estrategia. El marketing político les señaló la necesidad de
cambiar el discurso, de mostrarse como las “ovejas mansas”, a fin de cazar
incautos.
Duque y UribeVélez
pretenden recuperar el favor de los sectores de la extrema derecha colombiana
–conservadores, liberales, Iglesias, etc-, los cuales se han corrido al lado
del otro representante de la extrema derecha, Germán VargasLleras (Germán no es
el man), al mismo tiempo que conquistar a los despistados que militan en el
abstencionismo.
Esa es su apuesta.
Mas no olvidemos que “así la mona (narcoparamilitres) se
vista de seda, mona se queda” y siempre será narco-paramilitar por siempre.
Una vez conseguido el objetivo de ser elegido presidente,
UribeVélez será el que gobierne a Colombia y lo más probable es que la sume en
un espantoso baño como el de la Violencia de Ospina y compañía, o la haga
regresar a las épocas de ingrata
recordación de la guerra fratricida.
Entonces nos aplicarán
la reforma laboral con su aumento de la edad de jubilación, precarización
laboral, no pago de horas extras, y
nuestros jóvenes y no tan jóvenes trabajadores tendrán que someterse a la
informalidad laboral, “economía del rebusque”, y a vender su fuerza de trabaja
hasta por “un plato de lentejas”.
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