Allende La Paz.
Los recientes acontecimientos con la Masacre de Tumaco, que
se suma a la represión indiscriminada en Remedios y Segovia, el Chocó, el Cauca –el ESMAD asesinó una
periodista que cubría desalojos violentos de ese órgano de represión-, el
Catatumbo y otras regiones del país, ha prendido las alarmas de los sectores
populares y hace temer que Colombia, por el querer de la élite en el poder,
esté transitando un camino sinuoso que podría desembocar en una guerra civil,
aún a pesar del Acuerdo de Paz con las FARC y el ELN.
Afortunadamente, algo
está cambiando en el país. Algo ha cambiado en Colombia.
Ya las FARC dejó las
armas y es un partido político. Sin embargo, aún algunos sectores oligárquicos –Cortes,
Jueces, Fiscalía, empresarios, militares y los medios de comunicación oligárquicos- se empeñan en seguir aplicando al pueblo la legislación de guerra que aún está
vigente en la legislación colombiana, y en culpar de todos los males a la FARC.
Ya no hay la excusa de
la existencia de las guerrillas para esconder que el Estado excluye de la vida
nacional a sectores importantes como los campesinos, quienes son los
productores de alimentos. Tampoco que los problemas que padece la población
pobre colombiana son debidas al abandono estatal de amplias franjas de esa
población.
Mucho menos que el
gobierno Santos –y el estado- no aborda los problemas que dieron origen al conflicto
interno colombiano. Exclusión de las amplias mayorías de colombianos de la
satisfación de sus necesidades en materia de trabajo –informalidad galopante-,
salud, educación, cultura, y también con la exclusión en materia política.
De igual manera, ya no
hay excusa para seguir aplicando el Terrorismo de Estado de la DSN contra los
sectores que se manifiestan exigiendo ser tenidos en cuenta cuando de sus
reivindicaciones se trata.
Ya el pueblo está
cansado que el Estado solo haga presencia para reprimir con su aparato militar,
militares y policías. Ya el pueblo está cansado que los gobiernos incumplan los
compromisos que adquieren con las comunidades cuando éstas se movilizan
exigiendo sus derechos.
Ya el pueblo está
cansado de ver la horripilante cara del estado que los trata como ”enemigos
internos” y solo trae asesinatos, desapariciones y desaparecidos cuando llega a
sus zonas. Por ello, está exigiendo dotar la Fuerza Pública de una nueva
Doctrina Militar, que no use las armas estatales para asesinar su propio pueblo.
Una doctrina Bolivariana acorde con los momentos que vive Colombia en los
momentos actuales.
Ya el pueblo está
cansado que ante cualquier movilización les respondan con bala, con plomo. Y contra ello no se paraliza. Por el contrario, se moviliza decididamente.
Ya el pueblo colombiano
ha cambiado. Ya la forma de hacer política está cambiando, a pesar que los partidos
del establecimiento continúen practicando sus corruptos formas de manejar el
estado.
El pueblo, las mayorías
pobres, ya saben que hay un partido Nuevo, un partido de Nuevo tipo. Es el
partido de la FARC. Y ya está en el centro de la coyuntura política. Ya está
planteando su programa. Y el pueblo lo está recibiendo esperanzado.
Por ello, ante la
propuesta de los partidos del establecimiento de mantener el corrupto status
quo el Partido de la FARC plantea construir la Paz con Justicia Social en vía
hacia un Nuevo País. Y si toca remover los cimientos del decrépito estado
actual estamos dispuestos a construir nuevos cimientos de Paz y Justicia Social.
Esa es la esperanza!
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