Domínico Nadal, El
Cuento de la Semana.
Es un país en que
firmado el Acuerdo de Paz y declarado constitucional por la CC, los “enemigos
de la paz” siguen en sus marrullerías tratando de torpedearlo.
Las “vacas muertas” son
eso. Están muertas. Son despreciables. Van camino a la total podredumbre. Mejor
dicho, han estado inmersas en la podredumbre total y por ello han incentivado
la guerra como forma de esconder su corruptción. Traducida en la
acumulación de dineros, tierras y poder, de manera illegal y violenta.
Esas ”vacas muertas” corporeizadas en Vargas Lleras y Uribe
Vélez representan lo más sórdido y negativo de la sociedad colombiana. La Mafia. ”Enemigos”
que se vuelven ”amigos” por la conveniencia de las elecciones presidenciales
muestran cuánta podredumbre carcome a la clase politiquera colombia.
Los vemos juntos,
coincidiendo en los temas a tratar, en las corrupciones de sus avalados,
deseando poder tapar, esconder, no solo sus actos corrompidos, sino sus
pronunciamientos sobre temas nacionales.
Es sabido que a los
hombres se les juzga por lo que hacen y no por lo que piensen sobre sí mismos.
Aplicando ésta verdad sabemos que los dos delincuentes politiqueros no tienen ningún empacho moral en continuar con sus
actos de corrupción. Vargas Lleras sigue “avalando” a los mafiosos de las diferentes
regiones de Colombia. Lo mismo hace Uribe Vélez, quien tiene a su hermano
Santiago respondiendo por los asesinatos cometidos por la banda “Los 12
apóstoles”, de su propia inventiva y creación.
Mas a pesar de éstos dos
delincuentes, a pesar de que ambos se le atravesaron como ”vacas muertas” a la
Paz, la Paz camina, continúa su paso de vencedores. La situación no está fácil.
La ONU la califica de “explosiva”. Con dificultades, con marrullerías por parte
del gobierno Santos, con el odio de algunos funcionarios estatales, mas sigue
andando la Paz. Esperamos el gobierno Santos practique los correctivos a fin de
enderezar el rumbo de la implementación del Acuerdo de Paz. Si no lo hace
estaría dilapidando lo único que tiene para mostrar en 8 años de inquilinato en
la Casa de Nariño.
Es reconfortante la
simpatía de los colombianos por la Paz, por el nuevo partido FARC, e inmerso en
éstas manifestaciones el deseo de lucha de los colombianos pobres, el pueblo,
por llevar a feliz puerto la Paz, su más caro anhelo!
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