Allende La Paz.
Es de todos sabido que el gobierno de JM Santos le ha puesto
”conejo” a la implementación del Acuerdo de Paz. De esa manera queda demostrada
la calidad moral de la oligarquía en el poder. Son tan mezquinos que prefieren ”pelar
el culo” ante la comunidad internacional antes que adelantar las reformas –mínimas-
consignadas en el Acuerdo de Paz.
Esa mezquindad está demostrada por las marrullerías del
Congreso colombiano al pretender re-negociar -mediante sus fraudulentas leyes-
el Acuerdo. Voces de Paz ha sido diligente en denunciar éstas prácticas de los
miembros del corrompidísimo Parlamento colombiano.
Y cuando los Acuerdos
pasan el congreso, viene la también corrompida justicia –incluídas las Altas
Cortes- a cercenar el Acuerdo de Paz mediante las torcidas interpretaciones,
interpretaciones que se mueven de acuerdo con el “fajo de billetes que entran a
sus bolsillos”. No sería extraño que en algunos años estuviéramos viendo las
denuncias de la corrupción de miembros de esas altas Cortes exigiendo dinero
para declarar “ajeno al espíritu de la Constitución” los diferentes Acuerdos
aprobados en el Congreso.
El pueblo colombiano se está movilizando de diferentes
maneras en apoyo a la implementación del Acuerdo de Paz. Muchas universidades
colombianas, muchos gremios, muchos sindicatos, diferentes organizaciones están
apostándole a la Paz y quizás por ello es que desde los círculos de poder
empotrados en las “instituciones” están preocupados porque el curso de la
Implementación del Acuerdo de Paz no afecten sus mezquinos intereses de clase.
Las bondades de la paz están a ojos vistas. Ningún soldado
ha muerto ni ha sido herido desde que se firmó el Cese Bilateral de Fuegos. Claro que eso no les preocupa a los presidentes, congresistas,
jueces, magistrados, empresarios, financieros, etc, porque sus hijos no van a
la guerra.
Es necesario enfatizar
que la lucha por la Implementación del Acuerdo de Paz es la lucha por nuestro
presente y por nuestro futuro. No solamente de nuestro futuro. No. La
implementación del Acuerdo de Paz es nuestro presente, nuestro hoy, y debemos lucharlo
todos organizados, unidos, coordinados, a fin de lograr arrancar las reformas
necesarias al círculo de poder que nos allane la vía hacia la construcción de
la nueva institucionalidad que necesitamos para crear ese Nuevo País.
Publicar un comentario