José María Carbonell,
Nueva Colombia.
Aún tenemos la capacidad
de sorprendernos. No es para menos. A más de los escándalos de Odebrecht y el
robo de los Baldíos por Luis Carlos Sarmiento Angulo, que se apropió –con la
ayuda del hoy Fiscal General NHM, de 22.000 hectáreas, nos sorprende que el
Fiscal Anticorrupción –nombrado por el Fiscal General- resulte enredado en la
Trama de la Corrupción.
El fiscal anticorrupción
llegó a la fiscalía con el hecho pensado. No hay de otra. Era su
oportunidad de oro para llenarse los bolsillos, para eso se había preparado
todo ese tiempo de estudios.
Es necesario señalar que
eso de "llenarse los bolsillos” es una práctica diaria, consuetudinaria,
en los funcionarios estatales que llegan a determinado cargo. La fiscalía
anticorrupción no era la excepción ya que es sabido que en Colombia los jueces,
fiscales, etc, producen acciones judiciales de acuerdo con el grueso del fajo
de dólares –no pesos colombianos!- que entren a sus bolsillos.
Ahora, el ex fiscal
anticorrupción era corrompido desde antes. Su novia fue capturada con coca
en El Dorado y el novio diligente la defendió y se valió de estratagemas para
sacarla en limpio. O sea, el tipito
era ya corrompido con tiempo de antelación. Lo que también “sorprende” es que
el Fiscal General no haya “visto” lo que ahora todos podemos ver.
Más diciente de la
corrupción reinante en la Fiscalía es que el Fiscal general diga que el fiscal
anticorrupción Moreno –carachas, otro Moreno, qué casualidad!- no fue
recomendado por nadie, cuando todos sabemos que en Colombia nadie llega a un
puesto burocrático sin recomendación de un jefe politico, menos un cargo tan
alto como que era la “política Estrella” de la Fiscalía, combatir la
corrupción.
Esto me hace recordar a
Turbay Ayala cuando espetó que iba a “reducir
la corrupción a sus justas proporciones”. Será que el Fiscal general sabía de
qué manera iba a combatir la corrupción? Será que la corrupción se combate
incentivando la corrupción? Ahhh…
Como si lo anterior
fuera poco, el Secretario de Seguridad de la alcaldía de Medellín, Gustavo
Villegas, tenía ”conexiones” con la Oficina de Envigado y comunicación directa
con narco-paramilitares.
Es de recordar que la
alcaldía de Medellín, mejor dicho, el alcalde de Medellín Federico Gutiérrez,
se ha caracterizado por ser un “antagonista” del proceso de Paz logrado entre
las FARC-EP y el gobierno Santos, en representación del estado colombiano.
Ahora se viene a entender las razones del “antagonismo”. El
tipito Villegas es un narco-paramilitar de racamandaca. En esa dirección se
entendería también la posición del gobernador de Antioquia, Luis Emilio Pérez.
Definitivamente es de tal grado la corrupción en Colombia
que se juntan todas las formas de corrupción. Lo que extraña es que ni el
Fiscal general ni el alcalde de Medellín responden políticamente por los actos
de corrupción de sus subalternos. Ah, es que estamos en Colombia…
Por ello, está a la orden del día la propuesta de lograr
entre los colombianos de bien un Gobierno de Transición que no solo defienda el
Acuerdo de Paz, sino que aborde también la lucha contra la corrupción y todos
los demás problemas insatisfechos que dieron origen y perpetuaron el conflicto
interno.
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