Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo.
El optimismo histórico
parece que se les ha olvidado a muchos. Los revolucionarios de verdad ni
siquera en los momentos más aciagos renuncian a él. No hay por qué.
Si miramos el estado de la Paz hoy día podemos decir
que estamos major que antes. Las FARC-EP en su vida guerrillera –la cual
afortunadamente están cerca de dejar atrás (si los dejan)- pasó por momentos
difíciles. Momentos de guerra en extremo jodidos. En cierta occasion estuvo
casi que en la extinción. En otro, durante la caída del Socialismo ”real”, les
tocó hacer un pare y analizar concretamente esa situación concreta.
De esas situaciones difíciles las FARC-EP con su estandarte –”la guerra no puede ser el futuro del país”,
o sea, la paz- salieron avante. Hicieron de ellas un punto de quiebre y se
lanzaron hacia adelante. Y
empezaron a pensar en sí mismas y cómo concretar su consigna fundamental.
Siguieron a golpe de
fusil –no les dejaban otra opción- haciendo política. Cada acción militar tenía
un objetivo politico central. Y siempre proponían una salida política al conflicto
interno. Sus propuestas llegaban a los oídos sordos de la élite en el
poder. Estaban borrachos de triunfo a pesar de que las acciones militares iban
mostrando la supremacía de la guerrilla, la cual por el simple hecho de
resistir los embates de las fuerzas militares-narcoparamilitares estatales ya
estaba triunfando.
Hasta que llegó alguien de la entraña oligárquica –hijo de
El Tiempo el más guerrerista de los medios de comunicación oligárquicos- y por
haber estado en el centro de la confrontación se dio cuenta de que no podían –ni
con Plan Colombia, ni con miles de millones de dólares, ni con la más moderna
tecnología militar de punta- triunfar sobre las FARC-EP.
Es mas, en su fuero interno, quizás tuvieron que analizar
que en algún momento el empate entre las propias fuerzas y las de las FARC-EP
podrían romperse en favor de la insurgencia armada. Ya ellos habían puesto todas sus cartas sobre la mesa
y no habían podido vencer la Resistencia y lo que se concluía era que las
FARC-EP se “acomodaban” a cuanto Plan militar les ponían enfrente.
Faltaba que las FARC-EP
consiguieran los misiles tierra-aire para romper ese empate técnico. Y
conseguirlo era solo cuestión de tiempo. En este mundo de venta de armas alguno
se arriesgaría a ganarse el negocio de proveer a las FARC-EP de esos
artefactos.
Pues bien, llegó Santos
a la presidencia y planteó. “Está bien, conversemos”. La acción política por
medios armados dió paso a la acción política política. Se sentaron,
conversaron, y llegaron a una negociación. Ninguno había vencido al otro, ni
viceversa, y había que firmar la Paz.
Conseguían las FARC-EP
así llevar a la práctica su consigna central: la Paz mediante la solución
política al conflicto interno colombiano. Salían derrotadas las fuerzas
enemigas de la paz. Salían derrotados los militaristas de civil y de uniforme,
los que a la sombra de la guerra pelechaban y se enriquecían, los que
aprovechando la guerra legislaban contra los trabajadores y los sometían –aún someten-
a la super explotació, es decir, todas las fuerzas ”enemigas de la Paz” estaban
siendo derrotadas por la firma del Acuerdo de Paz entre las FARC-EP y el
gobierno Santos, en representación de todo el estado.
Se daba curso a la implementación, fase en la cual estamos
en el momento presente, con dificultades, con trapisondas de los ”enemigos de
la Paz”, mas no hay en la vida ninguna ganancia sin dificultades. Mucho menos
la Paz. Todo triunfo de la Paz está basada en lo logrado en miles de
sacrificios en la guerra y en la posguerra.
El Materialismo Histórico nos señala entonces que por difícil
que sea el camimo, siempre y por siempre el triunfo será de las fuerzas
populares, de los obreros, de los campesinos, de las mujeres, de los
estudiantes pobres, etc, porque ellas son las fuentes creadoras de riqueza en
cualquier sociedad y en ellas reside la fuerza de una nación.
Encaremos con optimismo ésta fase de construcción de la paz
en nuestro país. Debemos enfatizar en el triunfo popular y en reconstruir el
tejido social roto por el accionar del Terrorismo de Estado. Nuestro pueblo
sigue dando ejemplos de resistencia. Buenaventura, maestros, Minga indígena, etc.
También debemos
enfatizar que no hay ningún contrasentido entre Paz y Política. Por el
contrario, están estrechamente relacionadas pues ambas tienen como prioridad el
ser humano. También debemos recordar que es siempre más fácil destruir que
construir. Construyamos día a día la paz. En nuestros corazones y en nuestras
acciones. Estamos con las FARC-EP en el momento presente por cuanto
ellos han puesto de presente su propuesta de lograr un Nuevo País.
Así alcanzaremos la tan ansiada Paz ! Nuestro libertador
Simón Bolívar lo señaló: “De la paz debes esperar todos los bienes y de la guerra nada más que desastres”.
Publicar un comentario