Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo.
Se está hablando en los medios en poder de la oligarquía –casi
todos- del ”poder de la prensa”. Ese poder llevó a postular que la prensa era
el cuarto poder. Eso, claro, en tiempos en donde había medios independientes
del poder.
Desde hace décadas ese poder se fue difuminando al pasar los
medios a manos de conglomerados capitalistas, que además de ver un jugoso
negocio, estaban plenos de la necesidad de tener esos medios comunicacionales
en las manos “correctas”, es decir, en manos de los capitalistas.
En nuestro país nunca ha habido ”prensa” independiente.
Desde el nacimiento de la prensa ésta estuvo en poder de los burgueses. El
Tiempo y El Espectador son un ejemplo. Desde el parto de la prensa ella se
alineó con los poderosos capitalistas, o mejor, con el Estado, el cual
representaba –y representa- a los ricos, burgueses, capitalistas.
Al decretar la guerra contra 48 campesinos el Estado –en representación
de los burgueses- se contempló adelantarla también en el plano comunicacional. Así El Tiempo, por ejemplo, adelantó la guerra
comunicacional publicitando noticias en contra de los campesinos que
adelantaban la resistencia contra la agresión estatal-imperialista. Pelechando
a la sombra de la guerra El Tiempo se convirtió en un supermedio comunicacional
y sus dueños transmutaron en personajes poderosos, al punto de “poner”
presidentes y entrando a la “política”.
Tal política ha seguido hasta ahora. El Tiempo no escatima esfuerzos para presentar como “aberraciones”
las luchas del pueblo por mejorar sus condiciones de vida y sataniza la Resistencia
popular. Ni se diga la nefasta propagandización de las guerrillas,
señalada como la causa de todos los males del país oligárquico.
VER: Plan Colombia y
Conflicto Interno colombiano https://es.slideshare.net/jotamcarbonell/libro-plan-colombia
El
papel de los medios de comunicación pg 32
Esos medios azuzaban –aún azuzan- la guerra contra el
pueblo. Aún hoy, en plena implementación del Acuerdo de Paz entre las FARC-EP y
el gobierno Santos-, la ”prensa oligárquica”, la llamada falsimedia, continúa
sonando tambores de guerra contra el pueblo. Claro que trata de ”camuflarse” de periodismo
independiente, objetivo, que busca el interés de toda la población.
Así como los partidos
burgueses son policlasistas en su composición y uniclasista en su ideología y
dirección, así los medios posan de ser “independientes”. Nada
más falso. La prensa –todos los medios de comunicación, radio, prensa, televisión,
etc- están en poder de 4 capitalistas. Luis Carlos Sarmiento Angulo, familia Santodomingo,
Ardila Llule y sindicato antioqueño.
Esa “prensa” publica lo
que interesa a sus dueños. A veces, algunos periodistas se “salen de madrina” y
publican cosas que van en contravía de la línea editorial del dueño, pero eso
no es más que una maniobra para demostrar la “independencia” del medio. La
prensa en Colombia tiene como función defender los intereses de la élite en el
poder, así como la tiene el estado.
Evidentemente que el pueblo desarrolla su resistencia y funda
sus medios, su prensa. Mas esa prensa, a pesar de todos los esfuerzos, adolece
de, en un tiempo, circulación nacional, de carencia de una radio nacional y ni
se diga de una televisión de cobertura nacional.
Esta situación al parecer
está cambiando. La “prensa” –ante la explosión de los llamados “Medios
Sociales”- va en declive ya que los consumidores de hoy priorizan la noticia
inmediata, plana, sobre la elaboración de los periodistas. Los compradores de
la prensa oligárquica cada vez son menos –ya hay voces que llaman a cerrar
filas ante el fenómeno- y la Internet y sus medios sociales están jugando un
papel primordial en la información al momento de noticias a nivel nacional y
mundial.
Hoy el lector de a pie de las grandes ciudades tiene más
posibilidad de saber las noticias en cualquier parte del mundo, aunque en las
barriadas populares no todo es color de rosa. En el campo el acceso a internet es más complicada y más
costosa. Tener antenas repetidoras de internet y computadores es costoso y no
está al alcance de los campesinos e indígenas, incluso en ciudades intermedias
es supremamente difícil acceder a ella.
Por ello, el Acuerdo de
Paz entre las FARC-EP y el gobierno Santos –en representación de todo el estado-
contempla la creacción de 21 radios comunitarias. Buen esfuerzo en la dirección
correcta. Tocaría profundizar esta tendencia. Se hace necesario, imprescindible
diría yo, crear una Cadena Nacional de Radios Populares, al tiempo de luchar
por dotar de Internet a toda la población, de television, de periódicos y
revistas. Claro que para ello se hace necesario fundar diferentes medios en
todo el país para hacerle llegar al pueblo el propio pensamiento popular, sus
ideas y propuestas.
Solo así podremos
adelantar la construcción de la Nueva Colombia en paz con justicia social.
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