Hay un animalito que tiene la cualidad de cambiar de color y camuflarse en los colores circundantes de su hábitat. Es el camaleón.
Este animal tiene un competidor en la especie humana. Es el camaleón político. A diferencia del camaleón verdadero, el camaleón político es abundante en la zoociedad. Los hay de diversas especies. De izquierda o de derecha. Los hay camaleones infiltrados en las organizaciones populares y los hay camuflados en las derechas así ellos no se sientan de derecha y sean despreciados por sus conmilitones.
De entre los camaleones, el camaleón infiltrado tiene como misión torpedear todo intento de consolidar cuanto proyecto de organización popular se intente. Ellos son militares, policías, que dentro de esas organizaciones populares posan de radicales, "come-candela", que se oponen a los esfuerzos de crear organización con el cuento de que lo que vale es el activismo, o la "revolución mundial". Ejemplos hemos tenido muchísimos desde la época de los 60-70. Aún persiste por ahí con su sigla a cuestas.
Esos "revolucionarios" realizan todos los actos habidos y por haber, son intrépidos ante la fuerza pública, y extrañamente nunca les pasa nada, ni son detenidos y mucho menos los toca el Terrorismo de Estado. Imagino ya usted está viendo en su mente más de uno.
Hay otros camaleones políticos que juegan su papel como si fueran espías, sin serlo naturalmente. Son sigilosos, oportunistas que van asfaltando su pista para ir ascendiendo en la jerarquía del partido u organización que le tocó en suerte escoger para su "desarrollo" y después cuando ya le queda estrecho el marco de esa organización saltan a otra organización, abraza otro ideología, todo ello aderezado de una sesuda explicación del por qué salta a otro escenario. Ese salto tiene su precio, claro. No sabemos cuánto les habrán pagado, peo ellos tienen un precio bajo a alto de acuerdo con el momento político y que tan alto haya conseguido ascender en la jerarquía.
Así van de partido en partido, de puesto en puesto, y hasta se alía con lo más nefasto de la vida nacional, incluso llega a militar con fascistas. A él no le importa. Lo importante es seguir amamantándose de lo más rastrero ya que "el que no está en la jugada, está fuera de la farándula".
Por estos días vuelve a mojar prensa uno de esos especímenes. Angelino Garzón. Por esas extrañas casualidades de la vida su nombre se asocia con una banda narcoparamilitar llamada "los 12 apóstoles". El susodicho Angelino llegó al descaro de arrodillarse ante el narco-paramilitar 82 expresidente y hoy senador, Álvaro Uribe Vélez, el politiquero más corrupto de la historia colombiana, y eso es mucho contar!
Y ahí está...
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