Por Allende La Paz.
Las FARC-EP firmó, junto
con el gobierno nacional, el Acuerdo Final para una Paz estable y duradera, con
lo cual se dió por terminado el Conflicto Armado.
Mas el Conflicto parece
que no ha cesado en las mentes de algunos recalcitrantes que privilegian la Guerra
ya que ella les produce jugosos dividendos. Son de sobra conocidos los “enemigos
de la Paz” que más bien deberían llamarse los ”amigos de la guerra”.
Sabemos que la ultra derecha agrupada en el partido Centro
Democrático y otras ”sumas”, por ejemplo el corrupto ex-procurador. Son ellos
la ”voz cantante” de los que quieren ver al país incendiado por la guerra con
su carga de muertos, mutilados, viudas, huérfanos, padres que pierden hijos.
Son los llamados Homo necans, hombres que viven del dolor ajeno, mientras sus
hijos se llenan los bolsillos con toda suerte de ”picardías”.
Hay sectores empresariales-financieros –los que en última
más beneficios reciben de la Guerra- que financian a Dios y al Diablo. ganando siempre,
ya que la guerra permite legislar contra las conquistas de los trabajadores
(Leyes 100 de 1993, flexibilización de la jornada laboral, no pagos de horas
extra ni recargos nocturnos, aumento de la edad de jubilación, etc) y no contentos
con ello, se involucran en la más espantosa corrupción (caso Odebrecht y Luis
Carlos Sarmiento Angulo y Fiscal Martínez).
Es de resaltar que Luis Carlos Sarmiento Angulo –considerado
uno de los hombres más ricos del mundo- triplicó su fortuna durante los años
del nefasto gobierno de Álvaro Uribe Vélez.
Evidentemente que los fanáticos de la guerra lo hacen no
porque a ellos les guste ir a guerrear –ni ellos ni sus hijos han ido al frente
de batalla-, sino porque la guerra tapa sus hechos de corrupción. La mayor ”incomodidad”
de Uribe Vélez es que no ha podido tapar sus actos de corrupción –el gobierno
que más cantidad de ex-funcionarios están presos por actos de corrupción en la
historia de Colombia- con sus estridencias en contra de la paz, en contra de
las ”Far”, los que sumados a sus delitos de narcotráfico y
narco-paramilitarismo lo convierte en el más sucio personaje político de la
historia colombiana, muy por encima de Laureano Gómez y Ospina Pérez.
Hoy cuando las partes involucradas en el conflicto armado –gobierno
en representación del estado y las FARC-EP en representación del pueblo- están
transitando los caminos de la Implementación del Acuerdo Final –no sin
dificultades y retrasos- hay un sector que ha participado en la guerra interna
desde su ”trinchera”: Los medios de comunicación en poder de la oligarquía.
A muchos periodistas –a sueldo
en esos medios- pareciera que no les han cambiado el chip cerebral. Siguen
jugando su papel guerrerista, militarista, quizá porque son parte de los
oficiales de la reserve, o quizá siguen cómodos en su papel de peones de sus
empleadores.
Cuando obligados por las circunstancias entrevistan a
miembros de las FARC-EP se comportan de manera tan agresiva que hacen preguntar
”esa es la prensa que contribuirá a la Paz” en nuestro país? Siempre insisten
en sus preguntas capciosas, queriendo hacer caer en errores o contradicciones
al entrevistas, o queriendo sacarle el reconocimiento de algo que no puede ser
reconocido porque sencillamente no existe y si existe es solo en la mente del
periodista.
Fue el caso del comandante Iván Márquez entrevistado en la
W, a quien quisieron arrinconar con el tema del narcotráfico y ya sin presencia
de Márquez los periodistas del noticiero insistían en comprometer a las FARC-EP
en el narcotráfico, cosa que ha sido suficientemente explicado por las FARC-EP
de mil maneras. Las FARC-EP no son narcotraficantes, no participan en ningún
eslabón del narcotráfico, solo cobraban al narcotraficante el impuesto por la
transacción realizada (venta del campesino al narcotraficante de la pasta de
coca, impuesto cobrado al narcotraficante). Sería como decir que el Estado es narcotraficante
porque cobra impuestos por la compra de bienes con dineros provenientes del
narcotráfico.
Así de igual manera, vemos cientos de casos diariamente. Situación
ésta que demuestra que desde la orilla de los detentadores del poder no se ha
producido el desarme de sus espíritus, desarme que evidenciamos los colombianos
en cada hecho realizado por las FARC-EP en la concreción práctica del Acuerdo
Final.
Lamentable que en vez de apoyar con sus entrevistas objetivas
la Implementación del Acuerdo Final, se agarren de argumentos nimios y de
pensamientos subjetivos que nada bien le hacen a la salud de la nación y del
pueblo, la única víctima del conflicto armado. Por ello, es que las muestras de
simpatía y de involucramiento de las gentes que pudieron presenciar la ”Última
Marcha” de las FARC-EP hacia las Zonas Veredales (ZVTN) sean el único y
verdadero veredicto del sentir popular.
La Paz es un bien supremo para un pueblo que ha soportado
una guerra injusta por más de 52 años. La Paz es la niña de sus ojos…
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