Por Allende La Paz.
La Paz avanza a pesar de todo. A pesar de los ”enemigos de
la Paz” liderada por Uribhitler. A pesar
del ”fuego amigo” de Vargas Lleras, que no es más que fuego enemigo disfrazado.
A pesar del Congreso que legisla con
pasmosa lentitud porque le tiene miedo a las FARC-EP en la arena política. A
pesar del Fiscal General que le tiene ojeriza a la JEP, al tiempo que trata de esconder
la corrupción de Luis Carlos Sarmiento Angulo –su amigo y empleador- en el caso
Odebrecht. A pesar del burocratismo de los encargados de construir los
Campamentos de las Zonas Veredales (ZVTN).
A pesar de esas “vacas muertas” en el camino de la Paz, ésta
sigue avanzando. De manera diferencial. Y en medio de esos ataques a la Paz
sobresale radiante lo disposición de las FARC-EP de continuar buscando la
concreción del máximo anhelo de los colombianos.
Están construyendo ellos
mismos sus campamentos. Están disfrutando la cordialidad con los militares y
policías y la ONU en la “Última Marcha” y ahora en las Zonas Veredales, así
solo existan en el papel. También con las actividades culturales y deportivas.
De esa manera se está construyendo la Paz, con la contribución del pueblo
colombiano que ha expresado de miles maneras su adhesion a la causa de la Paz.
Hoy estamos hablando de Paz, lo hacemos de manera categórica,
lo demostramos en los hechos, y la vivimos en plenitud. Hasta ahora no ha
habido ningún hospitalizado en el Hospital Militar de Bogotá por cuenta del
conflicto. Es evidente que los problemas persisten, de eso no hay ninguna duda.
Persiste el conflicto económico con un gobierno y
un estado que aplica el neoliberalismo como modelo del sistema capitalista
imperante. La Reforma Tributaria y el bajo aumento del salario mínimo es una expresión
de ésto.
Persiste el conflicto político con la clase
politiquera que sigue viendo en las FARC-EP su enemigo de clase y el
impedimento que desde ya está enfrentando sus maniobras corruptas. Las FARC
seguirá defendiendo hasta con la vida misma al pueblo, a sus campesinos, a los
obreros de las ciudades, a los estudiantes de todos los niveles en la geografía
del país, a las mujeres, a los ancianos, a las minorías, etc. Por ello, para
obstaculizar el desarrollo de la política sana que encarnan las FARC los
politiqueros no se apresuran en la discusión del Estatuto de Oposición, por
ejemplo.
Persiste en conflicto social y empiezan a multiplicarse
las protestas ciudadanas exigiendo el cumplimiento de reivindicaciones ganadas
o por ganar. Ya vemos los campesinos manifestándose por el cumplimiento del
acuerdo Final en lo relativo a lo que a ellos compete (baldíos, sustitución de
cultivos, reconstrucción de escuelas y puestos de salud, etc).
Desde el Estado y su
gobierno siguen aplicando violencia contra el pueblo. El Terrorismo de Estado
sigue siendo eje fundamental en el accionar del aparato represivo del estado.
Siguen aplicando la violencia estructural, leyes, normas, etc, que sumadas a la
violencia física (desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, masacres,
desplazamiento, torturas, etc), muestran a Colombia como un país en extremo
violento, violencia aplicada desde el Estado.
Mas la apuesta de las FARC-EP y del pueblo que lo acompaña
es seguir en la lucha. De manera que haga inexcusable el uso de las armas en la
resolución de las contradicciones antagónicas y no-antagónicas de la sociedad. Las FARC y el pueblo harán política legal, civil.
Esperamos que el estado permita ésta apuesta. Si no lo permiten se reproducirá
el conflicto armado a niveles no vistos y a todos los niveles.
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