Por: Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo.
Ante los recientes
escándalos de la sempiterna corrupción en Colombia se ha planteado una
disyuntiva entre Paz y Corrupción. Algunos plantean que ante la Paz –firmada, pero
no lograda, todavía!- ahora se descubre que el principal problema de Colombia
es la corrupción y que la tarea primordial es combatir la corrupción.
Así no es la cosa. Hay
que enfatizar que la corrupción es endémica en nuestro país. Siempre ha
existido y existirá mientras transitemos por los caminos del estado capitalista
neoliberal. Que algunos estados burgueses logran reducir “a sus justas proporciones”
la corrupción es otra cosa, mas siempre existirá ya que es inherente a ese Sistema.
Ha sido evidente que lo
que ha producido más “ruido” en la vida colombiana ha sido el Conflicto Armado,
por el querer de la oligarquía y el imperialismo, alimentado por los conflictos
económicos, politicos, sociales, culturales, etc. A golpe
de fusil la insurgencia armada respondió a la élite en el poder y se ganó un
espacio en la vida nacional. Prueba de ello es que desde hace más de 60 años
los pobres, el pueblo, se han visto obligados a la lucha armada para hacer
valer sus derechos.
Es apenas lógico que con el callar de los fusiles se
evidencien de manera palpable la inconmensurable y endémica corrupción y los
otros problemas conque arrastra el Estado burgués, que se traducen en las
carencias que sufre el pueblo colombiano en sus necesidades básicas primarias y
secundarias. El Estado ha ocultado el
incumplimiento de sus obligaciones con los ciudadanos con la guerra.
Es por ello
imprescindible aclarar que sin Paz no hay –ni habrá-
lucha verdadera contra la corrupción. Esto es una verdad de
perogrullo. Por ello no se entiende por qué se coloca al pueblo ante la falsa
disyuntiva de Paz Vs Corrupción. Es más,
por qué se cree que el Congreso puede cambiar el Acuerdo Final insistiendo en “modificaciones”,
“precisions”, cuando los únicos que podrían cambiarlo son el Gobierno y las
FARC-EP, y ambos están de acuerdo que el actual es el mejor Acuerdo possible.
Esa falsa disyuntiva es
aprovechada por los ”enemigos de la Paz” para torpedear el curso de la
Implementación del Acuerdo Final para una Paz estable y duradera con el falso
sofisma. Se le sirve en bandeja de plata a esos ”enemigos de la Paz”
la cabeza de la Paz bajo una supuesta lucha contra la corrupción, recurriendo a
puntos que en la medida de la Implementación del Acuerdo Final se irán
resolviendo.
Es evidente que la lucha debe ser adelantada en los dos frentes.
Priorizando. La Paz, en la medida de sus logros y el nacimiento de nuevos
partidos populares –no contaminados por la corrupción-, será base para sanear
un Estado putrefacto por la Corrupción, el Terrorismo de Estado y las
violaciones de Derechos Humanos, amén de las políticas neoliberales económicas
(privatizaciones, etc).
Desde luego, el
movimiento popular y todo el pueblo en su conjunto adelantará las acciones
necesarias a fin de ir contruyendo la autopista para una Nueva Colombia en Paz
con Justicia Social.
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