Por culpa de la imposición politiquera del presidente
JM Santos del Plebiscito, por tratar de vencer a su amigo-enemigo politiquero
Uribe Vélez, o por tratar de satisfacer su megalomanía, el país está sumido en
la incertidumbre, el salto al vacío, o lo que es lo mismo, en el limbo de la
Patria Boba.
Desde luego que también es parte de culpa de los
fanáticos que votaron el No y también de los que no entendieron el momento
crucial que vivía Colombia y se quedaron en casa por comodidad o porque el
discurso gubernamental no los conmovió. Esto hay que señalarlo claramente.
Nuevamente el país ”político” no lee al país ”nacional”. Se excluyen a las
grandes mayorías y se defiende el statu quo, base del caudillismo,
personalismo y megalomanía de la élite que dirige el país a quienes les importa
un bledo lo que opine el país “nacional” porque éste no se moviliza en defensa de
sus más sentidas reivindicaciones.
Colombia pareciera que va para atrás. Ya lo dicen
algunos analistas. Vivimos en el medioevo. E iremos más para trás si dejamos
que Uribe Vélez y JM Santos tracen la senda a seguir en la vida nacional.
Las fuerzas sociales y políticas que propenden por
hacer avanzar al país para salir de esa época oscurantista son excluídos de la
vida nacional. Las FARC-EP, las víctimas, las organizaciones sociales, todos
han sido excluídos por decisión del país ”politiquero” y, también hay que
decirlo, por la indolencia de las mayorías que creen que la Paz es maná que
baja del cielo.
No. La Paz hay que construirla y para ello hay que lucharla contra los
sectores que quieren echar al país a la época de las cavernas. Es
imprescindible movilizarse para defender el Acuerdo Final, acuerdo catalogado
por la Comunidad Internacional como modelo para futuras negociaciones de paz en
el mundo.
Ver: El acuerdo es inmodificable para el derecho internacional: Enrique Santiago
Ver: El acuerdo es inmodificable para el derecho internacional: Enrique Santiago
Hay que organizarse, leer y analizar lo leído, hay que oír y discernir lo
que se oye, y movilizarse, movilizarse, movilizarse, para sacudir el moho que
impide el movimiento. La ausencia de movimiento es la muerte en vida. La
vida es la lucha por hacer realidad nuestros más caros anhelos.
Aún tenemos un casi un mes para darle el timonazo que requiere la Paz en
Colombia. Defendamos el Acuerdo Final de las multiples maneras que sabe el
pueblo. Atesoremos las opiniones de reconocidos juristas internacionales que
conceptúan que un Acuerdo Especial como el Acuerdo Final está acordado, firmado
y entregado en custodia a Suiza.
Nada puede cambiar ese Acuerdo Final, a no ser que querramos quedar como un
paria a nivel internacional y ante los ojos del mundo como un país carente de
toda seriedad, que manejan al país como un circo.
El futuro está en nuestras manos si defendemos con la movilización lo más Preciado
y ansiado por los colombianos, la Paz.
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