Colombia vive intensas jornadas de movilización popular. Después del pírrico triunfo de los promotores del engañoso No, el pueblo se ha dado cuenta que la Paz no puede dejarse en manos de la élites en el poder o como llaman, el Bloque de Poder Dominante (BPD).
La 3a Marcha del Silencio, que llenó la Plaza de Bolívar más de 4 veces, fue un hecho relevante. Igualmente la Marcha por la Paz de Medellín muestra al verdadero pueblo antioqueño que sienten una inmensa vergüenza por el triunfo del No y por haber sido tierra de nacimiento del narco-paramilitar No 82 ex-presidente. Otras ciudades como Cartagena, del viejo eje cafetero y otras de menor población han aunado disímiles voluntades en una causa común, La consecución de la Paz.
Es especialmente un llamado de atención que los estudiantes universitarios hayan levantado un campamento -como los de la guerrilla- en la Plaza de Bolívar y estén resueltos a no levantarlo hasta no alcanzar la Paz. Este debería ser un ejemplo a seguir por todos los estudiantes -la chispa de los cambios revolucionarios-, el cual debería ser apoyado por todo el pueblo.
En momentos como el actual se pone de presente la consigna de "resistencia de masas, movilización de masas y nada de aventuras". Las masas saben identificar muy bien el enemigo en momentos de peligro y lo convierten en blanco de sus dardos. Sabedores de quién es ese enemigo no dudan en desenmascararlo como lo han hecho con sus acciones masivas que obligó al jefe de campaña del NO a contar la verdad. Nunca la mentira ha triunfado sobre la verdad, mucho menos cuando es un triunfo pírrico.
La inventiva popular se ha puesto de presente en el momento actual y espontáneamente ha utilizado las armas a su alcance, los medios sociales, Facebook, Twitter, blogs, amén de los medios tradicionales de lucha y de propaganda. Las FARC, en trance y en ejercicio de, su transformación en partido político se ha replegado a zonas más protegidas y convirtieron sus campamentos en campamentos de refugio humanitario, que cobijaría no solo a los guerrilleros, sino también a la población civil.
De esta manera el pueblo está dando cátedra de saber qué hacer en el momento presente y está poniendo en aprietos a los enemigos de la paz, los cuales tendrán que rendir cuentas ante la justicia por sus delitos al derecho al sufragio y la utilización mentirosa, falaz, de argumentos que no se compadecían con el momento que estamos viviendo los colombianos que luchan por La Paz con Justicia Social.
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