Cambio Total.
Dos rostros que explican su procedencia.
Son hijos del
pueblo. Sus caras lo demuestran. Ninguno de ellos se parecen a un hijo de
Pachito Santos, o de Uribe, o de Ordóñez, o de Lafaurie.
Son muchachos que con constancia, con fuerza y fortaleza, con una
voluntad de hierro, soportando 5 y más horas pedaleando contra la adversidad de
ser pobres.
Ni Nairo ni Esteban
son ricos. Campesino uno. El otro clase media. Batalladores
ambos por sacar sus familiares del círculo infernal de la pobreza. Hijo de
pobre por siempre pobre, es una máxima en Colombia.
Ellos han vencido la adversidad. Han escrito páginas épicas con sus
fuerzas. Al igual Ibargüen, Forge Figueroa, y todos los deportistas que han
triunfado contra la maldición de ser pobre en el Segundo país más inequitativo
del mundo.
Hemos pujado
durante tres semanas el triunfo de Nairo. Seguimos la lucha de Esteban, de tantos
pedalistas colombianos que luchan día a día por triunfar y vencer la pobreza en
un país en el que ser pobre es una maldición.
Un brindis por
ustedes, gladiadores contra la pobreza!
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