En busca de impunidad?

La reciente movida del narco-paramilitar ex-presidente Álvaro Uribe Vélez para montarse en el ”tren de la Paz” muestra que lo que busca éste sujeto es nada menos y nada más que la impunidad para todos sus delitos.

El presidente Santos realiza esfuerzos para subir al ”tren de la Paz” a reconocidos enemigos de la Paz. Nada más equivocado en política. Ya subió a César Gaviria, quien en diciembre de 1990 bombardeó ”Casa Verde” y cerró con ello la posibilidad que la Constituyente fuera un tratado de paz y con ello tiene la responsabilidad histórica de los miles de muertos que se han producido en éstos 25 años.

Ahora, con lastimeras peticiones JM Santos invita a acompañar los diálogos de La Habana, al narco-paramilitar y hoy ex-presidente Uribe Vélez, el cual ante tal muestra de debilidad ”condiciona” su participación a la revisión de ”algunos puntos” de lo ya acordado y discutido en la Mesa convirtiendo al narco-paramilitar y hoy ex-presidente en una nueva y otra parte de la Mesa. Ya no serían los Acuerdos Generales entre las FARC-EP y el Gobierno nacional, sino los Acuerdos entre Santos y Uribhitler y las FARC.

Subir a Uribhitler a la Mesa de La Habana es, a más de alimentar su egolatría, meter un “ruido” innecesario, pues todos sabemos cuáles son sus posiciones y lo que busca (sus objetivos). En últimas, su objetivo es alcanzar la impunidad de sus delitos de todo tipo cometidos por el narco-paramilitar y hoy ex-presidente. Nunca antes en la historia colombiana un presidente había dejado su cargo con la multitud de denuncias por sus delitos antes, durante y después del ejercicio de su cargo presidencial. Denuncias que van desde sus tiempos de gobernador de Antioquia y su involucramiento en la Masacre de El Aro, por ejemplo, pasando el Co-hecho para lograr reformar la Constitución y hacerse re-elegir como presidente con Yidis a bordo, hasta los múltiples actos de corrupción para enriquecerse personalmente él y su esposa, hijos y familia, así como la entrega de la soberanía nacional a los gobiernos de Estados Unidos y a las multinacionales.

De aceptar a éste individuo en la Mesa las FARC tendría que ”torear” la intransigencia del narco-paramilitar y hoy ex-presidente, quien no se da por satifecho sino cuando impone sus puntos de vista. Ejemplo lo tenemos hoy. “Si el Gobierno y las Farc aceptan reabrir algunos capítulos como el tema de la impunidad, el tema de la elegibilidad política de los responsables de los delitos de lesa humanidad; nosotros estaríamos dispuestos a participar en esa conversación. De lo contrario, si no aceptan reabrir esos capítulos ¿cuál es la razón de estar nosotros en unos acuerdos cuando ninguno de esos acuerdos es tenido en cuenta?”.

La posición uribhitleriana es la de la imposición ya que su alter ego es inconmensurable y ha sido la constante de su accionar político. Su megalomanía haría imposible continuar con el diálogo constructivo en la Mesa de La Habana porque estaría como la “cuchareta”, metiéndose en todo y queriendo que lo que se acuerde tenga su sello, convirtiéndose en un “distractor” en la Mesa o tal vez en el “dueño” del proceso.

Uribhitler puede ir a La Habana a exponer sus puntos de vista, cómo no. Pero sin mayor consideración que la de cualquier político del establecimiento que desee exponer sus puntos de vista y contribuir al proceso de Paz. Mas no a gritar, imponer, salirse si no se aprueban sus imposiciones, lo característico en él. Además, en últimas Uribhitler es problema de Santos y su Bloque de Poder Dominante. Ellos lo criaron, lo amantaron, lo hicieron crecer y lo sentaron en el sóleo presidencial para que venciera a las FARC-EP y no pudo. Esa es la única realidad.

Qué grite, que patalee, que twitee, que “se muerda el codo”, que haga lo que le dé la gana el narco-paraco y hoy ex-presidente Uribe Vélez, pero que no entorpezca el proceso de Paz que avalamos la inmensa mayoría de los colombianos, no como dicen las falsas encuestas oligárquicas. El pueblo colombiano, damnificado por la guerra decretada por ese Bloque Dominante en el Poder y por los gobiernos de Estados Unidos y quien pone los muertos en esa guerra fratricida desea la Paz con Justicia Social.