Allende La Paz, Cambio Total.
Hay una peleílla por las redes sociales entre el
ex-presidente César Gaviria y el narco-paramilitar ex-presidente Álvaro Uribe
Vélez.
Ninguno de los dos
pertenece a la ”clase oligárquica”. El primero un clase media que por cosas del
narcotráfico accedió a la candidatura presidencial y después a la presidencia
tras el asesinato del entonces candidato Luis Carlos Gálan Sarmiento, asesinato
ordenado por el narcotráfico en contubernio impúdico con algunos sectores del
Establecimiento (el ex-general Maza Márquez, por ejemplo).
El Segundo, conocido de
autos, tiene más de 250 procesos en la Cámara de Representantes y ninguno
avanza (serán corrompidos los de esa célula legislative?), de la rancia cuna
narcotraficante, del círculo estrecho del capo “Don” Pablo Escobar Gaviria y su
Cartel de Medellín.
La peleílla se da porque
Cesarín Gaviria le sacó los trapos sucios al aire sobre la Masacre del Aro, lo
que le ha valido a Uribe Vélez entre otros apodos el del “Señor del Aro”, no es
el de ”Señor de los Anillos”, no, no. El “Señor del Aro”.
Gaviria debe saber por
qué hasta ahora, hasta ahora!, se decide a contar la verdad que el sabe. Y él
debe saberla bien ya que su círculo es de los más altos jerarcas del Estado y
de las Fuerzas Militares.
Uribe Vélez se defiende
diciendo que no hay ninguna prueba contra él en el expediente de la Masacre de
El Aro. Y trae al sparring de su abogado, otro corrupto como él.
Claro. La mafia utiliza
el contundente y mortal argumento de la desaparición física del contradictor o acusador.
Francisco Villalta, un narco-paramilitar que fue condenado, junto a Carlos
Castaño Salvatore Mancuso máximos comandantes de los narco-paramilitares, por
su participación en la Masacre de El Aro.
Francisco Villalta fue
asesinado después de que abrió la boca y señaló la participación del señor
Álvaro Uribe Vélez, entonces gobernador del departamento de Antioquia, en la
mencionada Masacre de El Aro. Así actúa la mafia. A los testigos se les
silencia con plomo. A balazos se extiende un manto de impunidad.
Así es el proceder
criminal de Álvaro Uribe Vélez. Esa mancha nunca se la podrá quitar como no se puede quitar el No 82 de su frente criminal.
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