Allende La Paz, Cambio Total.
Cuestiones que en otros países ni siquiera se
contemplan como insumos para el debate político, en Colombia nos toca ir una y
otra vez sobre ellos a fin de que se esclarecan lo máximo posible.
Uno de esos puntos –importantísimo por demás- es el
relativo al Terrorismo de Estado. Sabemos que en Colombia las fuerzas militares
han recurrido a lo indecible –modalidades criminales como las desapariciones
forzadas, las ejecuciones extrajudiciales, las masacres, la tortura, el
desplazamiento forzado etc- para tratar de ganar la Guerra o mostrar que la estaban
ganando.
Durante los períodos presidenciales el Estado
desarrolló el Terrorismo de Estado de la DSN usando su aparato de guerra y represión,
las fuerzas militares, las cuales realizaron la más atroz violación de derechos
humanos usando su herramienta
narco-paramilitar en conocido contubernio impúdico criminal.
Especialmente durante la administración Pastrana, al
tiempo que adelantaba los Diálogos del Caguán, la maquinaria narco-paramilitar
desarrollaba su atroz accionar contra personal civil, en cumplimiento del
principio de “secarle el agua al pez”.
Pastrana
tiene en su haber casi 30.000 víctimas mortales. Además 2.317 masacres (con 10.000
víctimas), 4.123 desapariciones forzadas, 1´360.000 desplazados forzados,
13.839 ejecuciones extrajudiciales ahora llamados “falsos positivos” y más de
600 sindicalistas asesinados, en una escalofriante marca de sangre de su
administración.
Durante
los 8 años del también narco-paramilitar
presidente Uribe Vélez los narco-paramilitares al tiempo que adelantaban una
negociación con el gobierno, utilizaban el “corralito de Santa Fé de Ralito”
para continuar con su macabra danza contra el pueblo inerme, desarmado. Es de
señalar, como si fuera poco, la participación directa de las fuerzas militares
en los más de 3.500 casos de ejecuciones o ”falsos positivos” para demostrar
que iban ”ganando la guerra” cuando lo que hacían era asesinar indefensos
jóvenes de las barriadas de Bogotá y otras ciudades.
No podemos dejar de señalar que el presidente Santos fue
ministro de Defensa durante las administraciones Uribe Vélez y su participación
en los eventos mencionados le cabe una máxima responsabilidad, después del
entonces presidente ya que el presidente es el máximo comandante de las fuerzas
militares y el ministro de defense su segundo.
Durante la administración Santos ha continuado a
cuenta-gotas la aplicación del Terrorismo de Estado y sólo ahora con la firma
del Cese Bilateral de Fuegos se empieza a oír de parte del Estado la intención
de ”atacar” a los narco-paramilitares, que en una maniobra estatal (military-policial)
ahora llaman BACRIM, Águilas Negras, Uribeños, etc.
”Aunque la mona se vista de
seda, mona se queda” y llámense como se llamen será siempre Terrorismo de
Estado. No porque sean 1, 10, 20, 50 víctimas al tiempo dejan de ser Terrorismo
de Estado, mucho más si se repiten en tiempo y escenario en el territorio
nacional.
Teniendo en cuenta lo anterior,
a raíz de la firma del Cese Bilateral de Fuegos se clarifica el derecho que a
las FARC-EP les asiste de hacer política, y no sólo de ellas sino también del
derecho del pueblo colombiano de participar en la arena política. El país
merece la oportunidad del accionar político legal de las FARC ya que como
fuerza popular remozarán la política en nuestro país y demostrarán sus principios
éticos-morales, principios del que adolecen los partidos del establecimiento
profundamente inmersos en la corrupción ”normal” y la corrupción
narcotraficante.
Si no hay la verdadera
intención del gobierno colombiano de desmontar el Terrorismo de Estado de la
DSN y dotar las fuerzas militares de una nueva doctrina militar, autóctona, mal
podríamos hablar del silenciamiento de las armas. Se habrán silenciado del lado
popular –las FARC-, pero seguirán trepidando y enviando su mensaje de muerte
mordiendo la carne de los campesinos, los indígenas, los estudiantes, los
obreros, las mujeres, en continuidad de las políticas neoliberales de éste
gobierno.
Quisieramos creerle a Santos y equivocarnos, pero ”por
sus hechos los conoceréis”…
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