Allende La Paz, Cambio Total.
La magnanimidad es cualidad de los grandes hombres. Esa
cualidad establece la diferencia entre ”enemigos de la Paz” y ”amigos de la Paz”.
Todo por ganar la tienen los ”amigos de la Paz”, en tanto los ”enemigos de la
Paz” tienen todo por perder y se irán sumiendo en la amargura. Muchas veces la
falta de magnanimidad los hunde en el estercolero de su ignominia.
Es el caso de Pastrana,
Uribhitler, Lafaurie, Ordóñez y demás especies. Supuran por la herida
ante el Cese Bilateral de Fuegos. Su cadáver insepulto lo cargan ya muertos
políticamente. Los ”enemigos de la Paz”, o sea, los ”aadoradores de la guerra”,
como ”vacas muertas” se quieren atravesar a la rueda de la historia. Pobres
diablos.
Ellos quieren una guerra que la peleen los hijos de los
pobres. Una guerra fratricida. Eso sí,
desde hace tiempos estamos señalando, que los ricos no mandan sus hijos al
frente de batalla, a combatir por sus asquerosos intereses.
Son ellos los sátrapas que cabalgan sobre la delincuencia
del narco-paramilitarismo, o BACRIM, o como los vistan porque ”así los vistan
de seda narco-paramilitares se quedan”, aupados por algunos militares,
ganaderos, empresarios del campo, que no quieren soltar la teta de la tenencia
de la tierra y por ello contribuyen al desplazamiento forzoso. Lo cual, desde
luego, no exime de responsabilidad al Estado en las nefastas expoliaciones.
Ni siqueira la prudencia los hace cerrar la boca y tendrían
que mirar con tristeza que la historia los dejó atrás, que el pueblo colombiano
quiere la Paz y que se firmó el Cesde Bilateral de Fuegos entre el Gobierno y
las FARC-EP y le decretó el R.I.P. (Descanse en Paz). D.E.P. Uribe-Ordoñez-Lafaurie-Pastrana…
Esos cadáveres insepultos tratan de acuñar frases –desgañitadamente-
que se les vuelve como bumerang y les golpea su feos rostros. Ninguno de esos “enemigos de la Paz” pueden mostrar lo
construído entre las FARC-EP y el Gobierno. Acordaron el Cese Bilateral de
Fuegos y nadie, a excepción de Betancur, lo había logrado, aunque en éste ultimo
caso fue cercenado a sangre y fuego por los “enemigos de la Paz” agazapados en
el Estado.
Ésta firma del Cese Bilateral de Fuegos ha salvado vidas,
señores. Vidas!
Vidas que podemos sentir en toda su pujanza. Vida que vivimos
cuando ya algunos están algunos dándose prisa por desmontar las trincheras de
sus puestos de policía y bases militares porque ”llegó la Paz” o que percibimos
en la mirada esperanzada de una madre que tiene cargado a su niño el cual porta
un cartelito que reza ”los niños celebramos la Paz”.
Mas a los ”Homo necans” que desean perpetuar la guerra en
Colombia no les importa salvar siquiera una vida. Ni siquiera los niños. A
ellos no les importa la vida, ellos quieren sembrar la muerte a su paso, la
devastación, a fin de enriquecerse a costa de la miserableza de sus
compatriotas.
Mas no supervivirán. Ya
están muertos…
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