por ARIEL ÁVILA | 2017/10/04
Parece absurdo que el país hubiera caído en la trampa, pero lo que está pasando en el Congreso de la República con la Jurisdicción Especial para la Paz, o JEP, parece un chiste contado en dos tiempos.
Parece absurdo que el país hubiera caído en la trampa, pero lo que está pasando en el Congreso de la República con la Jurisdicción Especial para la Paz, o JEP, parece un chiste contado en dos tiempos. La explicación es la siguiente:
1. Públicamente Cambio Radical y el Centro Democrático dicen no apoyar la JEP debido a que promueve la impunidad, sin embargo, en el Congreso de la República lo que hacen es proteger bandidos y responsables de crímenes internacionales y hacen todo tipo de maniobras para excluir los famosos “terceros” de la JEP. Los terceros son personas civiles que cometieron crímenes y tienen responsabilidades que explicar ante la Justicia. Dicen que el modelo trae impunidad -lo cual es falso-, y por debajo de la mesa, lo que hacen es promover esa impunidad que aseguran combatir.
2. La otra parte del chiste está en que se acusa a la JEP de traer impunidad, pero lo cierto es que este modelo trae tanta justicia, que prefieren que todo se haga por la justicia ordinaria donde sí hay mucha impunidad.
Las columnas del exministro Henao y del candidato Duque, el primero de Cambio Radical y el segundo del Centro Democrático, dejan ver estas dos posturas. El tema de fondo, como le he expresado en dos columnas anteriores, es que casi la totalidad de las 7 millones de hectáreas despojadas a campesinos quedaron en manos de políticos o empresarios, personas que hoy están en la legalidad y en cargos o puestos de poder político, a todos ellos se les llama terceros. El exmagistrado Pretelt, el Fondo Ganadero de Córdoba o el reciente escándalo de Mauricio Lizcano dejan ver esto. La tierra quedó en manos de gente que sabe que si hay proceso de paz le tocará decir la verdad y devolver lo que se robó.
Adicionalmente, la tierra despojada no terminó en manos de terceros por casualidades o carambolas de la vida. Todo parece indicar que hubo zonas donde, más que consecuencias no esperadas, fue una estrategia sistemática de despojo. A muchos campesinos se les acusaba de ser auxiliadores de grupos armados ilegales y con esto, luego llegaban a masacrarlos y desplazarlos. Frases como “me vende o le compro a la viuda”, “firme aquí… no le queda de otra” se hicieron comunes en todo el país. Alias Cadena o Rodrigo Mercado, también llamado Matarife, comandó el frente Montes de María de las AUC.
Él hizo desfilar decenas de campesinos por las notarías de los Montes de María para entregar sus tierras a testaferros, en otros casos terratenientes corrieron la cerca, y luego en la notaría, de manera fraudulenta, legalizaban la corrida de la cerca. O en otros casos obligaban a los campesinos a abandonar la tierra y meses después aparecían nuevos ocupantes. La historia de la finca La Alemania o La Europa deja ver estas estrategias.
La tierra en disputa, Desplazamiento forzado y legalización del despojo en San Onofre del Centro de Memoria Histórica y el libro de la paraeconomía de Mauricio Romero dejan ver esta realidad. Todos estos libros fueron productos de investigaciones de años y dejan ver que gente, que hoy está en la legalidad, utilizó la violencia para concentrar tierra y adquirir riquezas.
Esa gente que se benefició de la guerra fue la que financió el No, es la misma que fondea las campañas de los que se oponen a la paz y es la misma que financia las campañas falsas sobre el riesgo de que Colombia se vuelva Venezuela, o sobre que Santos le entregó el país a las Farc. Lo más triste de todo es que los colombianos, como no leen, se tragan el cuento de que estos dos partidos quieren tumbar la JEP para evitar la impunidad, cuando en realidad la incentivan.
Mensaje directo: Cambio Radical dice que lo que hace es para defender empresarios y políticos, pero los que se quedaron con la tierra despojada y financiaron grupos armados ilegales, ya sean de derecha o izquierda, no son empresarios, son bandidos. Además le digo una cosa a Jorge Enrique Vélez: el calificativo que debe recibir alguien que hace una defensa como esta a bandidos, es de bandido; es decir, bandidos defendiendo bandidos.
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