Colombia asiste a un momento de grandes retos por la paz, un momento que siembra la esperanza de superar las violaciones a los derechos humanos, de manera particular aquellas cometidas contra quienes se han dedicado a exigir y defender los derechos.
Actualmente, uno de los factores que más preocupación genera es la persecución y la violencia contra líderes sociales y defensores de derechos humanos en distintas regiones del país, tal como lo consigna el Programa Somos Defensores.[1]
Y entre esos líderes sociales están los sindicalistas, que, como se sabe, históricamente han sido víctimas de la violencia. De acuerdo con el seguimiento realizado por el Sistema de Información de Derechos Humanos de la ENS, desde enero de 1973 hasta julio de 2017 hubo al menos 14.461 violaciones a la vida, libertad e integridad cometidas contra sindicalistas. Entre éstas, 3.122 homicidios (2.800 hombres y 322 mujeres), 385 atentados, 236 desapariciones forzadas, 7.054 amenazas de muerte y 1.897 desplazamientos.[2]
Pero la violencia antisindical no es un asunto del pasado, persiste; como también está al orden del día la criminalización de la actividad sindical, esto es, el tratamiento de orden público, judicial y punitivo hacia esta actividad. Una lectura reciente de la situación de derechos humanos del sindicalismo muestra que, si bien en los últimos años ha habido tendencia decreciente de la violencia antisindical, es preocupante que, pese a las medidas implementadas por el gobierno, este fenómeno no cesa.
De acuerdo al análisis sobre la violencia antisindical en este periodo reciente, se identifican algunas hipótesis centrales: 1) La tendencia decreciente en el registro de casos[3]. 2) La violencia antisindical focalizada en activistas y dirigentes sindicales. 3) Se acrecienta la violencia dirigida contra organizaciones sindicales en su conjunto. 4) Se presenta un cruce entre la violencia y la criminalización de la acción sindical. 5) La reactivación de la violencia antisindical en el sector rural.[4]
Aunque la violencia antisindical se ha reducido con respecto al pasado, tenemos que en 2016 hubo un incremento del 31,3% de los casos registrados en 2015. Lo que indica la existencia latente del riesgo que podría incidir en el incremento de vulnerabilidad para las y los sindicalistas.
La CSA se pronuncia
Precisamente en respuesta a la situación de violencia contra sindicalistas en Colombia, la Confederación Sindical de las Américas (CSA) remitió hoy miércoles una carta al presidente Santos, en la cual manifiesta su enérgica condena de esta violencia y la falta de garantías de protección a la vida y la integridad física de los sindicalistas para desempeñar su labor.
“Esta gravísima situación de violencia e impunidad contra los sindicalistas, sumado a otros elementos, tales como la demora en la implementación de los acuerdos de La Habana, la presión de empresas multinacionales por ocupar territorios de comunidades indígenas para la industria extractiva, el reagrupamiento del paramilitarismo y su pretensión por ocupar regiones y territorios de los que se ha retirado las FARC en cumplimiento de la aplicación del acuerdo de paz, configuran un cuadro complejo para la continuidad del proceso de paz en Colombia, que el movimiento sindical internacional ha respaldado desde su inicio”, señala la CSA en su carta al presidente colombiano.
Asimismo, exige una investigación inmediata de los crímenes contra las y los sindicalistas, la identificación de los autores materiales e intelectuales, la adopción de todas las medidas de prevención necesarias para protegerlos, así como la reparación individual y colectiva del sindicalismo colombiano por el daño sufrido durante la etapa del conflicto armado.
Violencia antisindical en 1° semestre de 2017[5]
Según el Sistema de Información de Derechos Humanos de la ENS, entre el 1° de enero y el 5 de julio de 2017 se registraron 115 violaciones a la vida, la libertad y la integridad física contra sindicalistas, discriminados así: 10 homicidios, 4 atentados, 77 amenazas, 13 hostigamientos y 9 detenciones arbitrarias. Como se ve, en el primer semestre de 2017 prevaleció la violencia no letal, es decir, la que se expresa mediante la persecución y la amenaza.
Adicionalmente, también se siguen presentando acciones contra organizaciones sindicales como colectivo[6]. El 8 de marzo fue atacada con una granada la sede del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria (Sintrainagro) Seccional Ciénaga, Magdalena. Allí se encontraban reunidos los directivos nacionales y de la seccional. El artefacto explosivo fue dejado debajo del carro del dirigente de Sintrainagro, Medardo Cuesta Quejada.
Violaciones contra la vida, libertad e integridad de sindicalistas en Colombia. 1° semestre 2017.
Tipo de violación | Mujeres | Hombres | Total |
Amenazas | 6 | 71 | 77 |
Hostigamiento | – | 13 | 13 |
Detención arbitraria | – | 9 | 9 |
Atentado con o sin lesiones | – | 4 | 4 |
Homicidios | 2 | 8 | 10 |
Tortura | – | 1 | 1 |
Allanamiento ilegal | – | 1 | 1 |
Total general | 8 | 107 | 115 |
Fuente: Sistema de Información de Derechos Humanos, SINDERH, ENS.
El cuadro anterior muestra que la amenaza y el hostigamiento son los tipos de violencia que presentan mayor recurrencia: el 78,2% del total de casos registrados. Lo que indica que la persecución y la intimidación continúan siendo dispositivos centrales y no efectos colaterales de la violencia antisindical, a menudo ligados a escenarios donde se destaca el activismo sindical. Muchos de los mensajes amenazantes aludían la posición política y acentuaban la estigmatización de la acción sindical.
Gran parte de los sindicalistas y sindicatos que fueron víctimas de amenazas estaban llevando a cabo procesos de defensa de derechos y defensa de la paz. Por ejemplo, el 6 de enero de 2017 varias organizaciones defensoras de derechos humanos en el Tolima fueron amenazadas por las Autodefensas Unidas de Colombia, grupo paramilitar que opera en la zona. Varios dirigentes y activistas de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Tolima (Astracatol), así como Nelson Moreno, dirigente de la CUT Subdirectiva Tolima, fueron señalados de “comunistas que le hacen daño al Tolima y al país con el cuento de la paz”.
El 17 de abril fueron amenazados algunos profesores que adelantaban en el colegio cátedras e investigaciones de los acuerdos de paz con los estudiantes.
Por otra parte, en lo corrido del 2017 se han registrado 8 hechos de violencia contra mujeres sindicalistas, 7 de ellas dirigentes y activistas en el ámbito rural. La otra víctima corresponde a una afiliada al sindicato de docentes del Valle (Sutev), asesinada el 7 de junio. Asimismo, mujeres familiares de dirigentes sindicales han sido víctimas de la violencia, como es el caso de la esposa y la hija de Huber de Jesús Ballesteros, dirigente de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (Fensuagro).
Violaciones a la vida, libertad e integridad según tipo de sindicalista. 1° semestre 2017.
Tipo de sindicalista | N° Casos |
Dirigente sindical | 97 |
Trabajador de base | 17 |
Asesor sindical | 1 |
Total general | 115 |
Fuente: Sistema de Información de Derechos Humanos, SINDERH, ENS.
Otra circunstancia preocupante, es que la violencia se concentra en la dirigencia y el activismo sindical. Mientras que en 2016 este tipo de casos alcanzaron el 78,4%, en el 1° semestre de 2017 superan el 84,35% del registro total. Es decir, cada vez se evidencia una relación más estrecha entre la actividad sindical, en sus diversas expresiones reivindicativas y organizativas, y la violencia contra los sindicalistas y los sindicatos que lideran estos procesos. Veamos algunos casos:
El 3 de febrero de 2017 fueron amenazados 9 dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Vigilancia, Escoltas y Similares (Sintraviescols) en el Valle del Cauca. La amenaza la recibieron cuando negociaban la convención colectiva y adelantaban una querella contra una de las empresas empleadoras, evento en el que también fue amenazado un dirigente de la CUT subdirectiva Valle.
El 27 de febrero, por participar en una protesta fueron detenidos por agentes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) los trabajadores Juan Méndez Gutiérrez, Melvin Dávila Rincón, Manuel Vergara Pérez, Gilberto Julio Velásquez y Andrus Julio Díaz, afiliados a la USO y al Sindicato Nacional de Profesionales de la Seguridad (Sinproseg). Y al día siguiente los dirigentes de la USO Wilmer Hernández, Alexander Escobar y Rodolfo Vecino fueron agredidos por el ESMAD.
Asimismo, dos directivos del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud en Colombia (Sintrasaludcol) que presentaron denuncias contra Saludcoop/Cafesalud, recibieron amenazas. Se trata de Eric Amador Toro, directivo de la Seccional Barranquilla, amenazado el 16 de marzo presuntamente por el ELN; y Rodrigo Medina, directivo de la Subdirectiva Cali, amenazado el 25 de abril. A éste le dijeron que moriría por ser sindicalista.
El 21 de abril, mientras se encontraban en una huelga de más de 50 días, fueron amenazados 12 trabajadores de Manaure afiliados al sindicato de la empresa Big Group Salinas Colombia (Sintrasles) y al Sindicato Nacional de Trabajadores de Big Group Salinas de Manaure (Sintrabgsalinas). Y el 22 de mayo fue víctima de un atentado el presidente de este sindicato, Carlos A. Gómez Galván.
Violaciones a la vida, libertad e integridad contra sindicalistas según departamento. 1° semestre 2017.
Departamento | N° Casos | % | |
Cauca | 27 | 23,48% | |
Valle | 17 | 14,78% | |
Tolima | 14 | 12,17% | |
Guajira | 13 | 11,30% | |
Santander | 11 | 9,57% | |
Bolívar | 9 | 7,83% | |
Boyacá | 4 | 3,48% | |
Cesar | 4 | 3,48% | |
Huila | 4 | 3,48% | |
Atlántico | 3 | 2,61% | |
Magdalena | 3 | 2,61% | |
Meta | 2 | 1,74% | |
Bogotá D.E. | 1 | 0,87% | |
Antioquia | 1 | 0,87% | |
Córdoba | 1 | 0,87% | |
Risaralda | 1 | 0,87% | |
Total general | 115 | 100,00% |
Fuente: Sistema de Información de Derechos Humanos, SINDERH, ENS.
Según el cuadro anterior, en el periodo considerado la violencia contra sindicalistas y sindicatos se presentó en 16 departamentos. El que mayor número de caso registró fue el Cauca, con el 23,48% del total. Valle le siguió con 14,78%, Tolima 12,17%, Guajira 11,30% y Santander 9,57%. Indica que la violencia antisindical se intensificó en tres regiones: Caribe, Pacífico y Oriente colombiano.[7] Si bien Antioquia no cuenta con casos documentados en 2017, es de aclarar que existe un subregistro debido a dificultades en el acceso a la información, principalmente con relación a casos de docentes sindicalizados.
Violaciones a la vida, libertad e integridad contra sindicalistas según sector económico. 1° semestre 2017
Sector económico | N° Casos | % |
Agricultura, caza y pesca | 44 | 38,26% |
Minas y canteras | 42 | 36,52% |
Otros servicios comunales y personales | 15 | 13,04% |
Educación | 8 | 6,96% |
Industria manufacturera | 3 | 2,61% |
Salud | 3 | 2,61% |
Judicial | 2 | 1,74% |
Total general | 115 | 100,00% |
Fuente: Sistema de Información de Derechos Humanos, SINDERH, ENS.
En lo relacionado con la dinámica sectorial de la violencia antisindical, en el periodo reciente los sectores de la agricultura, caza, pesca, minas y canteras concentraron el 74,78% de los casos documentados, lo que indica una reactivación de la violencia en zonas rurales. Veamos algunos ejemplos:
Cristóbal Guamanga, líder social y campesino, directivo del Sindicato de Pequeños Agricultores del Cauca (Sinpeagric), filial de Fensuagro, ha sido víctima de seguimientos y amenazas. Una de ellas el 3 de marzo, contra él y otras organizaciones sociales y políticas. Recibió un mensaje que decía: “Sentencia de muerte a guerrilleros farucos. Tienen el tiempo contado se van o se mueren…”.
Igual ocurrió el 9 de febrero con Alfonso Mendoza Álvarez y José Borja Escalante, dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria (Sintrainagro) Subdirectiva Ciénaga. Por medio de un texto escrito ambos fueron amenazados por el grupo paramilitar Comando Urbano Los Rastrojos, que les exigió que se fueran de la zona.
Otro caso que ilustra la violencia contra un dirigente sindical del sector rural, es el de Huber de Jesús Ballesteros, dirigente de Fensuagro e integrante de Marcha Patriótica. Fue detenido en agosto de 2013 y dejado en libertad el 13 de enero de 2017 por vencimiento de términos. Posteriormente, en abril, mayo y junio de este año fue víctima de amenazas y seguimientos por parte de las Autodefensas Unidas de Colombia. También su esposa y su hija recibieron mensajes amenazantes que los declaran objetivo militar y manifiestan oposición a la implementación de los acuerdos de paz.
Violaciones a vida, libertad e integridad contra sindicalistas según presunto responsable. 1° semestre 2017.
Presuntos responsables | N° Casos | % |
Paramilitares | 59 | 51,30% |
No identificado | 39 | 33,91% |
Organismo estatal | 15 | 13,04% |
Guerrilla | 2 | 1,74% |
Total general | 115 | 100,00% |
Fuente: Sistema de Información de Derechos Humanos, SINDERH, ENS.
Finalmente, con respecto a los responsables de la violencia contra sindicalistas en este 2017, se tiene que los principales presuntos victimarios han sido los paramilitares en más de la mitad de los casos registrados, lo cual resulta muy preocupante por el obstáculo que representa para la construcción de la paz, y por la falta de reconocimiento por parte de la institucionalidad sobre la pervivencia de este grupo armado ilegal. El segundo lugar lo ocuparon los organismos estatales, lo cual también resulta muy preocupante.
[1] Según el Programa Somos Defensores, entre enero y marzo de 2016 se registraron 113 defensores y defensoras de derechos humanos víctimas de algún tipo de agresión. En el mismo periodo en el año 2017 este tipo de agresiones alcanzó la cifra de 193 casos. Véase:
https://www.somosdefensores.org/index.php/publicaciones/informes-siaddhh [Consultado Junio 2 de 2017]
[2] Sistema de Información de Derechos Humanos, Sinderh, Escuela Nacional Sindical.
[3] Nota metodológica: es necesario precisar que existe sub registro, principalmente, en la violencia antisindical cometida contra docentes, ya que en los últimos años se han encontrado dificultades para acceder a esta información.
[4] Cuaderno de Derechos Humanos N° 24. “Voces que no callan” (2016). Escuela Nacional Sindical.
[5] Nota metodológica: Las cifras correspondientes al periodo comprendido entre enero y junio de 2017 son provisionales, ya que se encuentran en proceso de recolección, contrastación y validación.
[6] Este tipo de violaciones se dirigen contra la organización sindical en su conjunto.
[7] Cuaderno de Derechos Humanos N° 24. “Voces que no callan” (2016). Escuela Nacional Sindical.
[7] Cuaderno de Derechos Humanos N° 24. “Voces que no callan” (2016). Escuela Nacional Sindical
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