Colombia es el país en donde lo peor siempre pasa.
Primero, por tener empotrada en el poder a una oligarquía
sanguinaria que aplica el Terrorismo de Estado de la DSN, el cual ha dejado
casi 1 millón de víctimas mortales y más de 6,3 millones de desplazados
forzosos internos. Esa misma oligarquía ya había ensayado con ”La Violencia” y
le dejó a los campesinos y pobres más de 300.000 asesiandos y 2 millones de
desplazados.
Segundo, porque todos los fenómenos naturales se convierten
en tragedia por cuenta de la ineficiencia y la corrupción que se come a
dentelladas el erario público que ayudaría a paliar esos fenómenos. Recordemos
no más la tragedia de los damnificados del Invierno, 3 millones de colombianos,
que perdieron todo por las inundaciones, y como el César, JunMaSantos ”llegó,
echó el discursito, prometió y se fue…” y la plata nunca lelgó porque se quedó
en la maraña burocrática de alcaldes, gobernadores, diputados, concejales y
parlamentarios, que financiaron así su campaña electoral.
Ahora, por culpa de un fenómeno que aún no ha llegado ya los
niños de la Guajira -32.000 mal contados por las ”instituciones”- se están
muriendo de desnutrición y de sed. Debería darles vergüenza que el gobierno de
la revolución bolivariana de Venezuela tenga que abrir sus fronteras para
alimentar a los indígenas wayuú –y a toda la población-, en un acto increíble
de solidaridad humana. Mas ya veremos a los bandidos contrabandistas metiendo
el ”matute” hacia el interior del país, a fin de venderlos y enriquecerse.
Colombia, país en donde la oligarquía parásita pelecha a la
sombra del pobre pueblo, tiene unos ídices infrahumanos. Es el tercer país en
desigualdad de todos los países latinoamericanos. Es un país con un 17 por mil
de muertes de niños menores de 5 años, mientras los ”miserables” niños de Cuba
tienen un 4 por mil, índice más bajo que los Estados Unidos y Candadá. Ni se
diga de las Metas del Milenio, las cuales ninguna seerá cumplida por el
gobierno de la ”prosperidad democrática”, prosperidad que si acaso será sufrir
la ”prosperidad de morirnos de hambre, sin salud, educación ni vivienda”.
Mientras todo eso pasa, las fuerzas
militares-narcoparamilitares continúan aplicando su ”inamovible” doctrina, la
del Terrorismo de Estado de la DSN, porque eso sí, en la Mesa de la Habana ”no están
en juego ni el modelo económico ni la doctrina miltiar y su estructura”. Claro,
30 millones de dólares diarios despilfarrados en una guerra fratricida ha
resultado en el enriquecimiento de tos generales de la cúpula militar, razón
por la cual hacen ”sonar sus sables” cada vez que se trata de restringir sus
exhorbitantes privilegios.
Ay, Colombia, país en donde todo lo peor siempre pasa….
Publicar un comentario