La Fiscalía le abrió un proceso por concierto para delinquir y tráfico de armas, pues, al parecer, encontró evidencia de que vendía armamento a grupos ilegales.
Por: Redacción Judicial
Un nuevo caso de corrupción vuelve a sacudir a las Fuerzas Militares: una red de oficiales y suboficiales activos y retirados habrían sacado armas de largo alcance de distintos batallones del Ejército para vendérselas a grupos al margen de la ley. Este nuevo escándalo involucra a un oficial que ya es conocido por sus controversias: el coronel (r) Robinson González del Río, quien ahoras vuelve a aparecer como presunto cerebro de estas vueltas criminales. Una investigación realizada por la Unidad contra Bandas Emergentes de la Fiscalía, en la que se interceptaron comunicaciones del oficial (r), al parecer halló pruebas del mencionado tráfico y de cómo se vendía armamento y material de guerra a la banda crimina de "Los Urabeños".
Según las pesquisas del ente investigador todo comenzó después de que en las llamadas interceptadas se escucharan temas de compra y venta de munición. En uno de los audios se escucha al coronel (r) González hablar con el exmagistrado del Consejo Superior de la Judicatura, Henry Villarraga. En un momento, el jurista le dice al oficial que “no se vaya a olvidar del tema de las municiones”. Cabe recordar, que González del Río y el togado se vieron inmersos en un escándalo de posible tráfico de influencias cuando supuestamente intentaron pasar de la justicia ordinaria a la justicia penal militar el proceso de falsos positivos contra el uniformado.
El nuevo enredo del coronel (r) González se produce luego de dos operaciones que realizó la Fiscalía contra las bandas criminales en 2012 para desmantelar el 60% de la red de tráfico de armas de los Urabeños. En ese momento se conoció que algunos oficiales y suboficiales activos y retirados del Ejército y la Policía tenían nexos con esa organización. De ahí que durante dos años se cruzara información para encontrar a los responsables, a quienes un juez de control de garantías de Bogotá les emitió orden de captura.
La Fiscalía explicó que el modus operandi de la organización consistía en extraer de los distintos batallones las armas de uso privativo de las Fuerzas Militares a través de los suboficiales que estaban a cargos del armamento. Quienes, además, eran los responsables del transporte de las armas ya que utilizando su investidura militar burlaban los distintos retenes policiales. Así lograban llegar hasta los lugares que habían sido escogidos por los Urabeños para realizar la entrega. En la red también participaban civiles expertos en armamento, ya que en varias oportunidades la mercancía salía desarmada y necesitaban que alguien las ensamblara.
Las capturas de las 13 personas se llevaron a cabo en Medellín, Bogotá, Montería, Florencia (Caquetá), Puerto Leguizamón (Putumayo), Cali, La Dorada (Caldas), Barrancabermeja (Santander) y en el corregimiento de Doradal en el municipio de Puerto Triunfo (Antioquia). Los implicados son cuatro militares activos del Ejército;cuatro retirados, entre los que se encuentra el coronel (r) González del Río; dos exmiembros de la policía y cinco particulares que serán procesados por los delitos de concierto para delinquir y tráfico, porte y fabricación de armas de uso exclusivo de las FF.MM.
Todos los hombres serán traslados a Montería ya que en esta ciudad fue que se llevó a cabo la investigación que permitió desarticular esta red dedicada a venderle armamento a los Urabeños. Según se logró establecer, el coronel (r) González del Río, a quien también le adelantan una investigación por irregularidades en los contratos del Ejército, saldrá mañana de la cárcel La Picota de Bogotá rumbo a la capital de Córdoba.
“El hombre de confianza”
Las autoridades capturaron en la tarde al soldado profesional Jesús Ignacio Silva, considerado como el “hombre de confianza” del coronel González del Río. El uniformado, según las investigaciones era el encargado de realizar la compra y venta del armamento de uso privativo de las Fuerzas Militares que era retirado de las divisiones de manera ilegal.
La captura de cuatro personas en noviembre del año pasado con fusiles M-60 en el corregimiento de El Doradal, donde se ensamblaban las armas, permitió vincular al coronel en retiro y un grupo de uniformados y civiles con este tráfico de armas, el cual fue denunciado desde el interior de las Brigadas.
La investigación permitió establecer la ruta que tenía este armamento así como los encargados de sacar el armamento de diferentes unidades. Mediante la interceptación de llamadas telefónicas, intercambio de comunicaciones y encuentros en sitios se pudo identificar a cada una de las personas que participaron en estos negocios.
Igualmente se estableció el modus operandi de la negociación, en estos casos siempre aparecía el nombre del coronel que estaba recluido en una guarnición en Tolemaida, foco de otros escándalos de corrupción debido a la entrega de permisos y salidas a los uniformados procesados, quienes no en pocas oportunidades se vieron haciendo compras en centro comerciales y con sus familiares en resorts vacaciones.
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