Cambio Total.
La « caldera
del diablo » de la corrupción ha saltado y ha señalado a algunos de los
responsables. En múltiiples ocasiones hemos dicho que la corrupción es
consustancial con el régimen que gobierna Colombia. Las últimas denuncias de la
Revista SEMANA lo corroboran.
Desde el
Ejecutivo se ha promocionado la idea del « dejar pasar, dejar hacer »
a los militares lo que « les venga en ganas », dizque porque ellos
defiendan la « patria ». Jamás un soldado de la patria habia sido
humillado con tanta alcahuetería como hoy. Nunca había sido tan evidente hasta
dónde se había entronizado la corrupción en las fuerzas militares. Y es que desde
siempre ha habido « manzanas » podridas, pero lo que se ha develado
hoy es que todo el manzanal está corroído por la corrupción.
Hemos denunciado
la corrupción de los militares en su momento preciso. No por prurito
anti-militar, sino por el convencimiento de que el militarismo –o lo que es lo
mismo el Terrorismo de Estado- estaba horadando, como horada una termita un
árbol, toda la institución militar y la estaba llevando por el camino errado,
hacia el despeñadero de atacar su propia patria, entendiendo que ésta es el
pueblo.
Denunciábamos las
violaciones de derechos humanos –que ha producido 966.000 víctimas, la mayoría
de ellas imputables a la tropa oficial-, y señalábamos la nefasta influencia e
injerencia del imperio estadounidense en nuestros asuntos. Declarábamos
enfáticamente que la DSN y su Terrorismo de Estado eran supremamente perjudiciales
para la institución, hasta el punto que el pueblo consideraba –y considera- a
los militares como un « ejército de invasión » en su propio país.
Hemos propuesto dotar a las fuerzas militares de una Doctrina Bolivariana, que
cuide nuestras fronteras y sea hermano-amigo-compañero del pueblo porque la
mayoría de los militares son hijos del pueblo.
Mas la oligarquía
y el imperio la han llevado por la senda equivocada. En la década de los 50 del
siglo pasado convirtieron a los militares en un ejército contra-insurgente,
anti-comunista, dizque porque el « peligro comunista » estaba en las
puertas del mar caribe. Todos los excesos y tropelías fueron y han sido tapadas
por todos los presidentes, engallando unas fuerzas militares que hoy se creen
que están por encima de la ley y de su pueblo, a quien tratan como « enemigo
interno ».
Los militares han
devenido en « super clase”, aisladas de su pueblo, odiadas por muchísimos
de ellos, aborrecidos por las grandes mayorías nacionales, y al creerse « superiores »
creían a su vez que ellos podían cometer toda clase de delitos porque ellos, la
superclase, era intocable. Se metieron en cuanto negocio sucio hay en la
sociedad. Su trato con la delincuencia común los convirtió en delincuentes. Su
pelitesía a los capos del narcotráfico los fue convirtiendo en narcotraficantes,
y después en narco-paramilitares. Cuántos generales hoy están pagando cárcel
por sus crímenes.
Todo ello era
válido porque el enemigo era el « comunismo », después la « guerrilla »,
más después los « narco-terroristas », enemigos por ellos mismos creados
por orientación del imperio. Si asesinaban indefensos campesinos era excusado
porque ellos estaban « combatiendo la guerrilla ». La sociedad fue
incapaz de ver el monstruo que estaba criando. Desde el estado, no solamente
desde el gobierno aún cuando gran parte de culpa reacae en los presidentes, les
perdonaban y encubrían sus delitos de Lesa Humanidad. Aún hoy día el presidente
JMSantos –ante la profundidad de la corrupción-, en primera instancia reaccionó
enérgicamente –como debía ser-, pero después le dijo a los colombianos que
habia que « hacerle pasito » porque de pronto los militares se
insubordinaban. Desde las Altas Cortes les abrían oficinas en sus
edificaciones. Ni se diga de su hermano carnal el corrompido Congreso. Ahí hemos
visto a los Vargas-Lleras y a los Uribhitler brindándoles agasajos y apoyos a
los militares. Ahí hemos visto a los « padres de la patria » con los
calzones ensopados ante las charreteras de los generales.
Hoy la oligarquía
está sorprendida porque el monstruo que ellos criaron está a punto de
engullirlos. Con el agravante que ese monstruo es un monstruo super corrompido.
Mientras los militares cometían sus topelías y excesos contra el pueblo todo
estaba bien. « Parte sin novedad ». Mas cuando el monstruo militar se
atreve contra sus « propios » hijos oligarcas, « el arroz se
pone a peso ». Qué se creen esos señores militares que pueden tocar
impúnemente a la clase que le dió origen ? Se equivocaron. « Tacaron burro ».
Es tan
aberrante la situación que la prensa burguesa colombiana trata de tapar con el
manto de la impunidad las “realizaciones” asesinas de los militares orquestando
unas denuncias maniqueas sobre una supuesta represión a la “oposición” en
Venezuela, el país con la más amplia libertad política e informativa que
incluso ha perdonado a los conspiradores. Mas, no será que el imperio necesita « sacar
del paseo » a una oligarquía como la colombiana, timorata, ladina,
corrompida también, que es incapaz de lanzar los 500.000 efectivos del pié de
fuerza contra la odiada “Revolución Bolivariana”? No será que el imperio cree que ya puede lanzar
desde Colombia el ataque contra la Venezuela hermana? Será que el imperio decidió
que es hora que paguen los millones de dólares y el consentimiento de tantos años?
Será que en sus cuentas el imperio cree el cuento de la derrota de la
insurgencia armada, internacionalista hermana de la revolución bolivariana y del
pueblo venezolano ?
Jamás un ejército
corrompido podrá contra la razón de la justicia. Jamás las malas acciones son
premiadas por la historia. Los pueblos, gallardos en su accionar, dotados de
las doctrinas revolucionarias, del marxismo-leninismo, desarrollan el
Internacionalismo Proletario no como una consigna vacua, sino como una consigna
de hermandad, de consanguinidad, que les posibilita el triunfo contra el
enemigo de los pueblos, así a algunos no les gusta el marxismo-leninismo. Así ha sido el Internacionalismo adelantado en
solidaridad de todas las revoluciones. Esta vez no será la excepción.
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