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El
general Leonardo Barrero, actual comandante de las Fuerzas Militares,
tiene comprometedoras conversaciones con un coronel detenido por falsos
positivos.
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“Dénos 5.000 millones a nosotros y a las otras empresas de a 3.000. Mientras todos estemos comiendo nadie va a ‘peliar’”.
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El
que algunos de los detenidos por los falsos positivos estén por fuera
de sus centros de reclusión y salgan de paseo es algo que ya ha
denunciado esta revista.
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En
esta conversación el detenido coronel González y su socio hablan de un
nuevo contrato de una licitación que saldrá por valor de 5.300 millones.
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Esta
es una de las conversaciones en las que se evidencia la intención de
entrar en una contratación irregular en la Escuela Militar de Cadetes
del Ejército.
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Hay varias conversaciones que se refieren a la contratación de la aviación del Ejército por cientos de millones.
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Varios
de los militares que están detenidos por el caso de los falsos
positivos, entre ellos el coronel González, se comunican constantemente
por teléfono con varios de sus subalternos (que también están
involucrados en falsos positivos), a quienes les consignan dinero en sus
cuentas o en las de sus familiares.
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En
varios audios queda claro cómo dos militares activos, y en particular
el soldado de apellido Silva, fueron destinados para trabajar bajo las
órdenes del coronel González del Río, quien se encuentra preso,
sindicado de un delito de lesa humanidad.
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Conversan sobre la llamada que habría efectuado un alto oficial para temas de contratación.
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En
uno de los audios, el detenido oficial sostiene una entusiasmada
conversación con su socio en la que le cuenta sobre la posibilidad de
vender equipos y material militar a Ecuador.
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En
una conversación con su esposa, el detenido coronel González habla
sobre un contrato de morrales. Ella le pregunta inquieta si sabe si el
contrato ya fue asignado.
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Las
grabaciones muestran cómo parte de la gasolina del Ejército, que
debería estar destinada para vehículos oficiales, se utiliza en carros
particulares y oficiales que tienen a su servicio algunos de los presos.
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“Llamo para lo del ‘penthouse’”, dice el oficial detenido en la PM13.
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El
detenido coronel González (foto)llama a un oficial en un batallón en
Manizales y le pide que hospede en el casino a los investigadores
privados y su abogada.
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En
esta conversación se habla sobre la forma como serían entregados los
contratos y la promesa que le hacen al detenido coronel de asignarle
nuevos contratos para batallones que quedan en La Macarena y San Vicente
del Caguán.
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En
las conversaciones, el general retirado Rito Alejo del Río, quien
permanece detenido en las instalaciones de la PM 13 desde 2009, y quien
fue condenado a 25 años en agosto de 2012 por el homicidio de un
campesino en 1997 en Urabá, es el jefe en la unidad militar en la que
está recluido.
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En
varias de las conversaciones es claro que la línea de los negocios
ilegales desde la prisión tiene alcances insospechados y abarca el tema
de las armas.
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“Estoy
en el Jockey Club”. “Estoy en el comando del Ejército”. “Estoy en el
apartamento”. “Voy para el hotel”. “Voy para donde mi general”. “Estoy
en el centro comercial”.
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En
una conversación, un hombre llamado Luis le dice al coronel detenido:
“El señor de la Agencia Nacional de Minería me estaba esperando hoy para
ver si al fin se iba a hacer la vuelta.
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En
enero de 2013, la revelación por parte de La FM de RCN de un video en
donde se ve al coronel Luis Borja, condenado a 25 años por falsos
positivos, extorsionando a varios subalternos para no delatarlos causó
conmoción en el país.
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