Casi desapercibida por el público, pero también por los expertos en
energía de Alemania, se llevó a cabo en Cuba una revolución energética
que, en ciertos aspectos, va más lejos que la transición energética
alemana. En el año 2005, el presidente cubano Fidel Castro proclamó la
“revolución energética“, que incluía medidas de largo alcance: 2,5
millones de refrigeradores fueron reemplazados por refrigeradores más
eficientes, mediante un programa del gobierno. El abandono de los
bombillos incandescentes a favor de lámparas fluorescentes compactas
(CFL) también se hizo 5 años antes que en Alemania y en la Unión
Europea, y la conversión fue global.
La revolución energética ignorada
1. Mejora de la eficiencia energética en los hogares y las empresas mediante la sustitución de los electrodomésticos ineficientes. Al mismo tiempo, reemplazo de los equipos de cocción que utilizaban queroseno y gas licuado por hornillas eléctricas
2. Complemento de las grandes centrales eléctricas con plantas distribuidas y mejora de las redes de transmisión y distribución
3. Desarrollo de energías renovables
4. Aumento de la exploración y producción de fuentes propias de energía fósil
5. Aumento de la cooperación internacional
6. Sensibilización de la población
Casi desapercibida por el público, pero también por los expertos en energía de Alemania, se llevó a cabo en Cuba una revolución energética
que, en ciertos aspectos, va más lejos que la transición energética
alemana. En el año 2005, el presidente cubano Fidel Castro proclamó la
“revolución energética“, que incluía medidas de largo alcance: 2,5
millones de refrigeradores fueron reemplazados por refrigeradores más eficientes, mediante un programa del gobierno. El abandono de los bombillos
incandescentes a favor de lámparas fluorescentes compactas (CFL)
también se hizo 5 años antes que en Alemania y en la Unión Europea, y la
conversión fue global.
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