Por Víctor Ramirez, Maestro Ambulante.
La
historia patria en sus episodios por la libertad, la independencia y la
justicia, se ha empeñado en hilvanar brillantes sucesos que pasan a la
posteridad como legado para las posteriores generaciones, mediante las cuales
la llama de la libertad, que condena todo acto de opresión, queda encendida
perennemente, como signo de grandeza y dignidad de un pueblo que no se rinde,
que no se entrega, que no se humilla ni amilana, en su constante porfía por ver
coronada, definitivamente, el sueño libertario de nuestros próceres de la
Independencia.
Es
lo que salta a la vista como señal de vida, cada vez que al calor de la
Revolución Bolivariana conmemoramos nuestras fechas patrias y el advenimiento o
partida física de los grandes hombres y mujeres, sobre cuyos hombros palpita la
patria. Este singular día del 24 de julio, confluyen como un libro abierto,
para ilustración de las nuevas generaciones de patriotas, que tendrán el deber
de sostener con su trabajo, sus luchas y sus vidas el bienestar y grandeza de
la nación, tres acontecimientos estelares que nutren nuestra memoria histórica
como pueblos: El natalicio del Libertador Simón Bolívar, la Batalla Naval de
Maracaibo y el Día de la Armada Nacional.
Asomarse
a este panorama de ventura nacional, obliga a enaltecer la gloria de Bolívar
para traerlo a nuestro tiempo, para renacer de nuevo como una esperanza cierta,
que anime las fuerzas para desterrar para siempre los restos de colonialismos
que persisten aun hoy, es esta una sana orientación patriota a la hora de
volver la mirada al héroe, que como bien lo afirmara Núñez Tenorio, “…no se
trata de recordarlo, sino reencarnarlo en una práctica revolucionaria que haga
realidad sus proyectos de ayer…” Por
supuesto, que bajo esta clara directriz, honrar la memoria de Bolívar en las
conmemoraciones va mucho más allá de describir y abordar su biografía, es un
gesto de asumir el compromiso de la defensa de la Patria, reivindicando los
rasgos que definen su personalidad y estirpe de revolucionaria, al servicio de
la lucha anticolonial por la Independencia.
Quizás
sea el principal rasgos a emular su constancia, su perseverancia y fe en la
victoria, convencido de la justeza de la causa que se defiende. Derrotada la Primera República, vencida la Segunda,
expuestos a un sinfín de vicisitudes y adversidades siempre mantuvo la
fortaleza para seguir adelante, por ello, de él llegó a decir el prócer de la
Independencia Cubana José Martí, que Bolívar “nunca se cansó aun cuando su
pueblo se cansaba”, destacando de este modo, el signo vital de su fortaleza,
contrario obviamente con los espíritus débiles y pusilánimes, que de nada se
espantan, que a la menor dificultad se desaniman y retroceden.
Solo
con este arrojo pudo aquel hombre concebir y empeñarse en la emancipación de
toda la América Morena, como la llamó José Martí, quien además dijo de Bolívar:
“…pocas veces… el alma de un continente entero cupo tan de lleno en la de un
hombre…”, he aquí expresado, con todo el fervor de un patriota convencido, la cualidad
del revolucionario que no tuvo sosiego ni descanso hasta no ver libre de todo
yugo colonial a su patria amada, siendo este un digno ejemplo a seguir, al que
estamos obligados por mandato histórico, para completar la obra que soñaron, y por
la que lucharon, nuestros libertadores.
El
Presidente Nicolás Maduro, en un intento por darle objetividad histórica a la
significación que para la tradición bolivariana tiene la obra del Comandante
Supremo Hugo Chávez, expresó recientemente, que para “comprender a Bolívar Hoy,
hay que estudiar a Chávez”. Y es que
precisamente, el Presidente Chávez, en su discurso del 19 de abril de 1999, nos
proporciona una sólida guía para el estudio del pensamiento bolivariano y su
trascendencia, al afirmar: “la ideología de la Revolución Bolivariana es el
bolivarianismo, un bolivarianismo revolucionario, un bolivarianismo para este
tiempo”, de este modo nos llamó a acometer la tarea de la militancia
consecuente con el ideal bolivariano, que pasa por su estudio y comprensión para
asimilarlo plenamente, así como por su aplicación para transformar la sociedad
capitalista actual, para enriquecerlo con nuevos aportes y hallazgo, lo que le
da el sentido crítico y revolucionario a la militancia bolivariana.
Es
muy probable, que se haya inspirado el comandante Chávez, en el texto de la
carta que le enviara Bolívar a Antonio Leocadio Guzmán, donde le expresaba lo
siguiente: “en mi nombre se hará el bien y el mal”, en todo caso, son las
advertencias y guìas necesarias para distinguir con certeza, en medio de las
poses y posturas que se asumen, la verdadera y justa posición bolivariana. Corresponde entonces, a este contingente que
acompaña a la Revolución Bolivariana acometer esta tarea y desarrollar la base
doctrinaria que concrete en teoría y práctica ese bolivarianismo
revolucionario, ese bolivarianismo que es para este tiempo, como nos lo indicó
Hugo Chávez Frías. En esta necesaria
tarea, las propias enseñanzas del Libertador, en el sentido de sacudirnos las
cadenas de la sumisión y la ignorancia para ser personas ilustradas, ha de
servirnos de guía orientadora, dijo Bolívar en el Discurso ante el Congreso de
Angostura lo siguiente: “Uncido el pueblo americano al triple yugo de la
ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir ni poder, ni
saber, ni virtud. Discípulos de tan
perniciosos maestros, las lecciones que hemos recibidos y los ejemplo que hemos
estudiados, son los más destructores.
Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza, y por el vicio
se nos ha degradado más bien que por la superstición . La esclavitud es la hija de las tinieblas: un
pueblo ignorante es u n instrumento ciego de su probia destrucción: la
ambición, la intriga abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres
ajenos a todos los conocimientos políticos, económico y civil; adoptan como
realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad, la
traición por el patriotismo, la venganza por la justicia.” Esta formidable visión y comprensión de la
realidad que tenía el Libertador debemos emularla hoy, quienes nos hemos
empeñados en seguir su ejemplo asimilando el método que seguía para el estudio
de la situación polìtica, expuesto en el Manifiesto de Cartagena: “ojos
previsivos y una meditación profunda”.
Fieles a esta sana tradición
bolivariana, corresponde también abordar, con el mismo espíritu patriótico
revolucionario, la gloriosa gesta que significó la Batalla Naval de Maracaibo,
acaecida el 24 de julio de 1823, suceso ejemplar que inspira el nacimiento del
Día de la Armada Nacional. Aquel amanecer del 24 de julio de 1823: “los comandantes de los buques
republicanos fueron llamados al bergantín Independiente, donde el Almirante
José Prudencio Padilla dio las últimas instrucciones para el combate,
efectuando algunos cambios y no satisfecho aún, a las 10:30; pasó personalmente
a bordo de toda la escuadra, con el objeto de arengar a sus dotaciones y
animarlas de un modo eficaz para que, llegado el momento del ataque, lo
hicieran con la mayor intrepidez y entusiasmo.
Como consecuencia del ataque
patriota, fueron destruidos muchos buques realistas y capturados otros. Los
realistas en la más angustiosa situación picaron los cables y trataron de
escapar haciéndose a la vela; pero fracasaron en su intento, pues sus buques
mayores fueron hechos prisioneros. La mayor parte de la tripulación del San
Carlos se arrojó al agua e igual suerte corrió la de los otros buques, excepto
la del bergantín-goleta Esperanza, que fue destruida por una explosión. Sólo
tres goletas escaparon al abrigo del castillo San Carlos”, son las elocuentes
descripciones que hemos encontrados en fervientes patriotas de hoy, que narran
con entusiasmo los pormenores de aquella batalla que una vez màs evidencia el
arrojo, valentía, pero sobre todo la conciencia y convicciones que animaron a
nuestros patriotas que con gallardía enfrentaron al colonialismo español.
Siguiendo las
enseñanzas del Libertador el Comandante Chágvez nos dejo también su clara
visión de lo que significó para la independencia de la Patria, la Batalla Naval
de Maracaibo, en su discurso del 24 de julio de 2012, expreso el Comandante lo
siguiente: “La batalla naval del Lago de Maracaibo fue la batalla que, después de
Carabobo, consolidó definitivamente la independencia de Venezuela y el nacimiento
de la República, la independencia primera, aquella la que se perdió en uno
pocos años”, para destacar luego la trascendencia de la misma en la
construcción libertaria de la Patria Grande, dijo Chávez: “Cumplía Simón
Bolívar 40 años, estaba en el lomo de Los Andes, junto a Sucre y muchos otros
dignos militares venezolanos. El ejército unido Libertador se fue hacia el sur,
a contribuir con la liberación de Ecuador, de Perú, y luego la creación de
Bolivia. Algunos analistas de nuestra historia afirman, que si no hubiese sido
por la batalla naval del Lago de Maracaibo, posiblemente Simón Bolívar hubiese
tenido que retornar a Venezuela, porque (...) el imperio español hubiese podido
continuar consolidándose (...) Con esas acciones se consolidó la independencia
primera y pudo Bolívar continuar rumbo hacia el sur, contribuyendo con la
independencia del continente suramericano”, esta visión que ensancha la
magnitud de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, la completa asignándole el
contenido político de la misma que hoy tiene plena vigencia, constituyendo un
digno ejemplo a seguir, dijo El Presidente Chávez entonces: “Fue una heroica
jornada la batalla naval del Lago de Maracaibo que hoy conmemoramos. De ahí
viene el carácter antiimperialista de la marina venezolana, de la Fuerza Armada
Bolivariana de Venezuela, que nacieron antes de la República incluso, el
ejército bolivariano y la armada mirandina (...) que
nacieron precisamente para impulsar la revolución de independencia”, es de
resaltar que además de puntualizar el contenido antiimperialista, el comandante
Chávez precisa el aporte de Miranda en el nacimiento de la armada Nacional, que
dice de su acentuada tradición histórica, como una fuerza hija legítima y genuina de la independencia.
Y no es para menos,
fue precisamente en aquellas expediciones patrióticas independentista de 1806,
comandadas por Miranda donde comenzó a flamear el estandarte de la armada
nacional, cuando en el Leandro, La Abeja y Baco, las embarcaciones de Francisco
Miranda, ondeaba señorialmente el tricolor nacional. Nuestra Armada, es una fuerza que desde los
mares inscribió su accionar en las luchas que libraron los pueblos de nuestra
América por la libertad, asimismo se comportaron cuando perdida la segunda
República nuestros patriotas se refugian en Haiti y desde allí Bolívar y Petión
organizan una fuerza que surca los mares para traer la antorcha de la
independencia de nuevo a las costas venezolanas de allí viene nuestra Armada
Nacional, por ello afirma Chaves que su nacimiento es anterior a la República
misma, es este un rasgos que le caracteriza, y que llevará por siempre para
honra de sus soldados y dignidad de la patria, que ha recibido de La Armada
Nacional desde los remotos tiempo de la lucha independentista la grandeza del
espíritu guerrero animado por grandes sentimientos patrióticos de amor a la
libertad y la independencia.
Es de gran
satisfacción para la nación que los Cinco Comandos Operativos, que actualmente
componen la Armada Nacional la: Comando de la Escuadra, Comando de la
Infantería de Marina, Comando de la Aviación Naval, Comando de Guardacostas y
Comando Fluvial, encarnen con fervor patriótico el ímpetu de aquellos nobles
soldados que al grito de “Morir o ser Libres” lograron vencer la escuadra
española, con menores recursos bélicos, legándonos el más sagrado ejemplo de
patriotismo y libertad.
Con orgullo patrio,
todos los bolivarianos de esta patria, conmemoramos todos los 24 de julio el día
de la Armada Nacional, con la comprensión más allá de la celebración, sino,
como ya anotaba Núñez Tenorio, para que reencarne en la lucha revolucionaria,
que hoy libramos contra el sistema imperialista mundial hegemonizado por los
Estados Unidos, para que mas temprano que tarde podamos borrar, para bienestar
de las futuras generaciones, este oprobioso sistema de destrucción y muerte,
como ayer lo hicieron nuestros patriotas con el colonialismo español. Sigan
adelante por la Patria, en el cumplimiento de su deber, siguiendo el ejemplo de
su rica tradición libertaria.
Seamos dignos hijos
de Bolívar, sigamos las grandes enseñanzas de Martí: “Quien tenga patria que la
honre y quien no tenga patria que la conquiste: esos son los únicos homenajes
dignos de Bolívar”, y de nuestra Armada Nacional, decimos nosotros.
Viva Bolívar!!
Viva Chávez!!
Viva la Armada
Nacional!!
Viva La Batalla Naval
del Lago de Maracaibo!!
Viva la Patria!!
Maestro Ambulante
Víctor Ramírez.
Guanare 24 de julio
de 2010.
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